Medicinas extrañas
Las momias eran profa-nadas por los árabes para hacer medi-cinas muy costosas contra las úlceras, la anemia, la jaqueca... Pero como las verdade-ras momias no abunda-ban, algunos astutos comerciantes comenzaron a fabricarlos a partir de cadáveres obtenidos por las calles o robados en los cementerios. La pócima era vendida en pequeños frascos que contenían un trozo de carne humano aliñada con sustancias aromáticas, aceites y resinas. En Occidente esta práctica clandestina se hacía con cuerpos de ahorcados recientes, secados al horno y bañados en betún.
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