martes, 30 de junio de 2009

Algunos edificios se caen... este decidió tumbarse...

La forma correcta de agarrrarse en el metro, la del Sr. claro

El Roto - Embarazos

Buen Almuerzo

Gomorra

Gomorra (2008)

Dirección: Matteo Garrone.
País: Italia.
Año: 2008.
Duración: 135 min.
Género: Drama.
Interpretación: Toni Servillo (Franco), Gianfelice Imparato (don Ciro), Maria Nazionale (Maria), Salvatore Cantalupo (Pasquale), Gigio Morra (Iavarone), Salvatore Abruzzese (Totó), Marco Macor (Marco), Ciro Petrone (Ciro), Carmine Paternoster (Roberto), Zhang Ronghua (Xian), Simone Sacchettino (Simone).
Guión: Maurizio Braucci, Ugo Chiti, Gianni Di Gregorio, Matteo Garrone, Massimo Gaudioso y Roberto Saviano; basado en el libro de Roberto Saviano.
Producción: Domenico Procacci.
Fotografía: Marco Onorato.
Montaje: Marco Spoletini.
Diseño de producción: Paolo Bonfini.
Vestuario: Alessandra Cardini

No hay comienzo ni final en esta historia. Como las olas bañando las playas, los tiros, las refriegas y los asesinatos, más de cuatro mil, parecen no tener final en el sur de Italia. Allí opera la organización criminal conocida como Camorra desde hace décadas. El escritor Roberto Saviano pergeñó un libro sobre lo que allí se cuece. Dio nombres y ahora se lo quieren cargar, así que el escritor llega a las citas con los periodistas rodeado de fuertes medidas de seguridad que velan por su integridad física.El libro, Gomorra, ha despachado más de tres millones de copias, y en España ya ha sido editado en edición de bolsillo por unos 8 euros.

La historia consistiría en dejar la cámara y ver como la vida transcurre o se desangra y pudre delante de ella. Pero no, la cámara se mueve, se adentra en múltiples lugares, y así capa a capa, historia a historia, muerto a muerto, cogiendo perspectiva, a nada que nos alejemos, podemos hacernos una idea meridiana de que es lo que sucede en esas tierras, en las latitudes meridionales de un país que se encuentra entre los más ricos del planeta pero que parece seguir anclado en el medievalismo.

La vida vale poco o nada, y movidos por el dinero, los “seres humanos” que pueblan la pantalla son capaces de llevar a cabo cualquier atrocidad, sin medir el alcance de sus actos, con un desprecio absoluto “por los otros”.

A caballo entre el documental y la ficción, una cámara oscilante, pero sobria al mismo tiempo, que es capaz de captar los más mínimos detalles, nos lleva de la mano durante más de dos horas, por espacios cerrados, de personajes infectos, sabedores de que no hay escapatoria, de que su mundo es el infierno, y que así las cosas, hay que posicionarse desde la más tierna infancia, desde que apenas tienes ocho años. O estás con nosotros o estás en nuestra contra. No hay gris que valga y todo es blanco o negro: o disparas o te disparan. Es una guerra oímos decir una y otra vez.

Con actores no profesionales, salvo el majestuoso Toni Servillo, del cual hablaba hace pocos días tras verloEn la ragazza del lago“, sus interpretaciones resultan creíbles en extremo, tanto que parece que no hay piel que separe al protagonista de la persona.

Desconozco qué medidas habrá llevado a cabo la policía tras la publicación de libro. No sé si el Gobierno ya era sabedor de antemano de todas las cosas que se cuentan en libro de Saviano y, o bien prefiere mirar para otro lado, o bien no dispone de medios económicos y humanos para hacer frente a una organización implementada en todos los niveles de la sociedad sureña, donde los políticos son puestos allí por sus ciudadanos que votan lo que les obligan.

Sin panfleto social, sin juicio alguno, sin espectacularidad, ni dramatismo Matteo Garrone deja que delante de sus cámaras hablen las armas y que seamos nosotros los que saquemos nuestras propias conclusiones.

Gomorra es una notable película, que junto a
La ragazza del lago“, “Le conseguenze dell´amore“, “La meglio gioventúoChentochiodi“, por citar algunas que he visto en estos últimos meses, demuestran que el cine Italiano a pesar de que a España nos llegan películas de allí con cuentagotas, sigue ofreciendo buenas películas.

Viven Entre Nosotros

lunes, 29 de junio de 2009

Las palabras son suaves como el musgo

Las palabras son suaves como el musgo
y traducen mi sentir para que vuelvas,
pero la luz apagada de tu antorcha,
que esconde en el olvido nuestra historia,
las hace innecesarias.

Arrojaré las palabras más allá de la memoria
para destruir el germen de mi desasosiego,
las vaciaré de todo su sentido
y caerán en el túnel inerte del tiempo.

Pero escúchame bien, pues haré todo esto
para evitar que las palabras
nombren las cosas que tu y yo conocemos.

Escrito por Musaraña
Benacazón 16.01.1995

UNA HOJA DE HIERBA

Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano,
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar,
a seis trillones de infieles.

Descubro que en mí,
se incorporaron, el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
Que estoy estucado totalmente
con los cuadrúpedos y los pájaros,
que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos
y que puedo hacerlo volver atrás,
y hacia mí, cuando quiera.
Es vano acelerar la vergüenza,
es vano que las plutónicas rocas,
me envíen su calor al acercarme,
es vano que el mastodonte se retrase,
y se oculte detrás del polvo de sus huesos,
es vano que se alejen los objetos muchas leguas
y asuman formas multitudinales,
es vano que el océano esculpa calaveras
y se oculten en ellas los monstruos marinos,
es vano que el aguilucho
use de morada el cielo,
es vano que la serpiente se deslice
entre lianas y troncos,
es vano que el reno huya
refugiándose en lo recóndito del bosque,
es vano que las morsas se dirijan al norte
al Labrador.
Yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nido
en la fisura del peñasco.

Versión de León Felipe
Walt Whitman

MONUMENTO AL MAR

Paz sobre la constelación cantante de las aguas
Entrechocadas como los hombros de la multitud
Paz en el mar a las olas de buena voluntad
Paz sobre la lápida de los naufragios
Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas
Y si yo soy el traductor de las olas
Paz también sobre mí.

He aquí el molde lleno de trizaduras del destino
El molde de la venganza
Con sus frases iracundas despegándose de los labios
He aquí el molde lleno de gracia
Cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas

He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo
Porque un día nadie se paseará por el tiempo
Nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos

Este es el mar
El mar con sus olas propias
Con sus propios sentidos
El mar tratando de romper sus cadenas
Queriendo imitar la eternidad
Queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena
O el jardín de los astros que pesan en el cielo
Sobre las tinieblas que arrastramos
O que acaso nos arrastran
Cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna
Y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte.

El mar entra en la carroza de la noche
Y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos
Se oye apenas el ruido de las ruedas
Y el ala de los astros que penan en el cielo
Este es el mar
Saludando allá lejos la eternidad
Saludando a los astros olvidados
Y a las estrellas conocidas.

Este es el mar que se despierta como el llanto de un niño
El mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas manos temblorosas

El mar empujando las olas
Sus olas que barajan los destinos

Levántate y saluda el amor de los hombres

Escucha nuestras risas y también nuestro llanto
Escucha los pasos de millones de esclavos
Escucha la protesta interminable
De esa angustia que se llama hombre
Escucha el dolor milenario de los pechos de carne
Y la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día.

También nosotros te escuchamos
Rumiando tantos astros atrapados en tus redes
Rumiando eternamente los siglos naufragados
También nosotros te escuchamos.

Cuando te revuelcas en tu lecho de dolor
Cuando tus gladiadores se baten entre sí.

Cuando tu cólera hace estallar los meridianos
O bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta
O bien cuando maldices a los hombres
O te haces el dormido
Tembloroso en tu gran telaraña esperando la presa.

Lloras sin saber por qué lloras
Y nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos
Sufres sufres como sufren los hombres
Que oiga rechinar tus dientes en la noche
Y te revuelques en tu lecho
Que el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos
Que los niños apedreen tus ventanas
Que te arranquen el pelo
Tose tose revienta en sangre tus pulmones
Que tus resortes enmohezcan
Y te veas pisoteado como césped de tumba.

Pero soy vagabundo y tengo miedo que me oigas
Tengo miedo de tus venganzas
Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche
Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar
Olvida los presagios funestos
Olvida la explosión de mis praderas
Yo te tiendo las manos como flores
Hagamos las paces te digo
Tú eres el más poderoso
Que yo estreche tus manos en las mías
Y sea la paz entre nosotros.

Junto a mi corazón te siento
Cuando oigo el gemir de tus violines
Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño
Cuando estás pensativo frente al cielo
Cuando estás dolorido en tus almohadas
Cuando te siento llorar detrás de mi ventana
Cuando lloramos sin razón como tú lloras

He aquí el mar
El mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades
Con su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres
Esas barcas que pescan a la orilla del cielo
Esos peces que escuchan cada rayo de luz
Esas algas con sueños seculares
Y esa ola que canta mejor que las otras.

He aquí el mar
El mar que se estira y se aferra a sus orillas
El mar que envuelve las estrellas en sus olas
El mar con su piel martirizada
Y los sobresaltos de sus venas
Con sus días de paz y sus noches de histeria.

Y al otro lado qué hay al otro lado
Qué escondes mar al otro lado
El comienzo de la vida largo como una serpiente
O el comienzo de la muerte más honda que tú mismo
Y más alta que todos los montes
Qué hay al otro lado
La milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo
O el torbellino eterno de pétalos tronchados.

He ahí el mar
El mar abierto de par en par
He ahí el mar quebrado de repente
Para que el ojo vea el comienzo del mundo
He ahí el mar
De una ola a la otra hay el tiempo de la vida
De sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte.

Vicente Huidobro
De Últimos Poemas Póstumo, 1948

domingo, 28 de junio de 2009

SOY UN DISCURRIR DE ARENA QUE RESBALA...

Soy un discurrir de arena que resbala
entre la duna y los guijarros
la lluvia del verano llueve sobre mi vida
sobre mí vida mía que me persigue y huye
y tendrá fin el día del comienzo
caro instante te veo
en el retroceder de este telón de bruma
donde ya no deberé pisar estos largos umbrales movedizos
y viviré lo mismo que una puerta
que se abre y se vuelve a cerrar

Samuel Beckett

El ave azul del sueño

El ave azul del sueño
sobre mi frente pasa;
tengo en mi corazón la primavera
y en mi cerebro el alba.
Amo la luz, el pico de la tórtola,
la rosa y la campánula,
el labio de la virgen
y el cuello de la garza.
!Oh, Dios mío, Dios mío!...
Sé que me ama...

Cae sobre mi espíritu
la noche negra y trágica;
busco el seno profundo de tus sombras
para verter mis lágrimas.
Sé que en el cráneo puede haber tormentas,
abismos en el alma
y arrugas misteriosas
sobre las frentes pálidas.
!Oh, Dios mío, Dios mío!...
Sé que me engaña.

Ruben Darío, [1887]

Los muertos van de prisa

«Los muertos van de prisa»,
el poeta lo ha dicho;
van tan de prisa, que sus sombras pálidas
se pierden del olvido en los abismos
con mayor rapidez que la centellas
e pierde en los espacios infinitos.

«Los muertos van de prisa»; mas yo creo
que aún mucho más de prisa van los vivos.
¡Los vivos!, que con ansia abrasadora,
cuando apenas vivieron
un instante de gloria, un solo día
de júbilo, y mucho antes de haber muerto,
unos a otros sin piedad se entierran
para heredarse presto.

Rosalía de Castro

sábado, 27 de junio de 2009

Erlich

EL PAÍS

Calafurias Castle -Quercianella

El cocinero de Rota - Tostadas y trastadas (El Intermedio)

El Roto - Patria o Muerte

viernes, 26 de junio de 2009

Muere Michael Jackson

Un infarto acaba en Los Ángeles con la vida del autor de 'Thriller'.

Al pop se le paró el corazón a las 12:26, hora de Los Ángeles. En ese minuto el teléfono de emergencias recibió una llamada: Michael Jackson había sufrido un paro cardiaco en su casa de Bel-Air y no respiraba. Tres vehículos de los servicios de urgencias respondieron a la petición de auxilio de un miembro del servicio del rey del pop con la esperanza de reanimar al cantante. Dentro de la mansión se iniciaron los primeros auxilios. "Fue como vivir un momento histórico", dijo una de sus vecinas. Desde el pasado mayo, Jackson vivía en Bel-Air, cuando alquiló un palacete estilo francés de siete dormitorios y 13 cuartos de baño. Esta vecina, como el resto del barrio, se enteró de la noticia cuando la policía cortó el tráfico para dejar salir a las ambulancias. Desde las aceras, los turistas, fauna habitual del exclusivo vecindario, disparaban sus cámaras "por si hay suerte".

En el interior de una de las ambulancias iba un músico sin el que no se puede entender la historia del pop. Billie Jean o Thriller convirtieron a este artista nacido en Gary (Indiana), en 1958, en el mayor superventas de la historia de la música estadounidense. Veintisiete años después de aquel éxito rotundo, que también revolucionó el mundo audiovisual con el legendario vídeo que llevó durante casi quince minutos un baile de zombis magistral a las televisiones, Michael Jackson aún es el artista estadounidense que mayor número de discos ha vendido: 750 millones de álbumes en todo el mundo, un hito de la historia de las discográficas, para las que estrellas como Jackson ya nunca generarán los mismos ingresos.

Según Steve Ruda, portavoz de los servicios de emergencia que asistieron a Jackson, la ambulancia sólo tardó seis minutos en llegar al centro médico UCLA Ronald Reagan. Pero los esfuerzos fueron en vano. El primer indicio lo dio LaToya Jackson cuando salió por la puerta de urgencias con su rostro cubierto. Su madre, Katherine, también estaba con él. A las 3:15 hora local -nueve horas más en la España peninsular- la muerte de Michael Jackson se confirmaba oficialmente. Para ese momento cientos de periodistas y fotógrafos estaban a la puerta del hospital.

Así desaparecía un artista marcado por su talento musical, sí, pero también por sus excentricidades. Primero fue la burbuja de oxígeno en la que pasaba largas temporadas para ralentizar el proceso de envejecimiento. Después los rumores de que intentaba dejar de ser negro y volverse blanco. Fue víctima de un incendio, que le desfiguró parte de la cara, y según aseguraban sus allegados, le volvió especialmente paranoico.

Después compró su rancho Neverland, donde construyó una especie de paraíso para niños a los que invitaba a su casa constantemente. Hasta que llegó la primera acusación de abuso de menores en 1993, saldada con un acuerdo multimillonario. Su reputación quedó tocada para siempre. Y una década más tarde, en 2005, cuando otra familia le acusó de lo mismo, no pudo salvarse del escarnio público que produjo un largo proceso judicial que cercenó no sólo su salud física sino, según sus allegados, también su salud mental. Consiguió que le declararan inocente, pero sirvió de poco: la prensa se cebó con él y tras el juicio, desapareció de la vida pública para enclaustrarse en el reino de Bahrein con sus tres hijos. Después de cuatro años de ausencia, tenía previsto volver a los escenarios el 13 de julio en Londres.

Y por eso descansaba en su mansión angelina. El acordonamiento de la zona del hospital repercutió en el tráfico en las principales arterias de la ciudad. Twitter también se vio colapsado por la noticia. "No, oh dios mío", escribió otra reina de las revistas de cotilleos, Lindsay Lohan, incrédula ante el fallecimiento de este eterno Peter Pan. El actor y humorista Marlon Wayans -figura de la comunidad afroamericana- también hizo llegar sus plegarias a la familia de Jackson cuando todavía ni su padre, Joseph, ni la mayor parte de sus hermanos había podido llegar a su lado. "Sin él no sería lo que soy", dijo Ludacris. "He perdido a mi hermano pequeño. Un trozo de mi alma se ha ido con él", declaró el productor y amigo Quincy Jones, junto con quien hizo posible su mayor éxito, Thriller. "La divinidad unió nuestras almas", resumió Jones, devastado por lo que sólo describió como una noticia "trágica e inesperada".

Los homenajes se extendieron en el otro extremo de la ciudad, en el Paseo de las Estrellas, donde los aficionados convocaron por Internet una vigilia junto a la estrella que lleva el nombre de este artista. Una reunión confusa porque la auténtica estrella de Jackson estaba tapada por el estreno de Brüno, la comedia de Sacha Baron Cohen. Muchos de los fans se congregaron, entonces, en otra estrella, la dedicada a Michael Jackson... pero era la de un locutor de radio del mismo nombre. Hasta en su luto pudo la confusión y la excentricidad.

ROCÍO AYUSO / BÁRBARA CELIS - Los Ángeles / Nueva York - 26/06/2009
EL PAÍS

Muere Farrah Fawcett a los 62 años

La actriz, que perdió la batalla contra un cáncer de ano, se encontraba en cuidados intensivos y esta mañana había recibido la extremaunción.

Farrah Fawcett, que saltó a la fama como protagonista de uno de los tríos televisivos más populares de la historia, Los Ángeles de Charlie, ha muerto esta tarde (nueve y media de la mañana en Estados Unidos), en el hospital Saint John, de Santa Mónica, California, a los 62 años y tras batallar varios años frente a un cáncer.

Su pareja, Ryan O'Neal, que hace pocos días había anunciado en una entrevista para la televisión que iba a ser emitida el viernes que Fawcett había aceptado casarse con él, estuvo a su lado hasta el último momento, según publica la edición digital de la revista People.
Fawcett tenía un cáncer de ano que se le diagnosticó hace tres años y que, a pesar de que los médicos pensaron haber superado, reapareció en 2007 con una metástasis en su hígado.

Esta mañana, la popular presentadora Barbara Walters, que había entrevistado a Ryan O'Neal hace un par de días, contó a través de la cadena ABC que Fawcett había recibido la extremaunción y que, debido a lo débil y grave de su estado, era "muy posible" que no sobreviviera un día más.

A la actriz la sobrevive su hijo Redmond O'Neal, de 24 años, que actualmente se encuentra recibiendo un tratamiento de rehabilitación en una cárcel de California tras quebrantar repetidamente la ley.

"Sé que eventualmente todos moriremos algún día. Pero no quiero morir de esta enfermedad", había dicho la actriz en el documental Farrah's story, que relataba sus dos últimos años de lucha contra la enfermedad tratada en Estados Unidos y Alemania, y que fue transmitido por la NBC en mayo.
ELPAÍS.com - Madrid - 25/06/2009

Tipos de Nubes

Apunte primero la cara del palo

Apunte por encima de la bola

Aprenda a leer las chuletas

jueves, 25 de junio de 2009

El acertijo del oráculo

¿Cuán grandes se harán sus rebaños?
La fe implícita que los antiguos griegos, romanos y egipcios depositaban en los oráculos de sus dioses puede apreciarse cuando advertimos que, desde la declaración de una guerra hasta la venta de una vaca, no se llevaba a cabo ninguna transacción sin el consejo y la aprobación de los oráculos. La famosa pintura de Júpiter en Dodona muestra a dos campesinos consultando al oráculo acerca de algún asunto de poca importancia y, de manera imperiosa, se les ordena que se miren en un espejo.
Para ilustrar la sobrecogedora importancia y dignidad, o más bien el misterio que rodeaba las cosas más insignificantes, el dibujo muestra a dos pobres campesinos que desean saber si el gran.
Júpiter sonreirá de manera auspiciosa ante la compra de un cordero y un cabra.
"¡Se reproducirán", dijo el oráculo, "hasta que las ovejas multiplicadas por las cabras den un producto que, reflejado en el sagrado espejo, muestre el número del rebaño completo!".
Hay cierta ambigüedad y cierto misterio en las palabras del oráculo, a pesar de lo cual presentamos el problema a la consideración de nuestros lectores.

Solución:
Puede decirse que muchos campesinos, al igual que nuestros aficionados, experimentaron durante un tiempo frente a un espejo antes de descubrir que la respuesta es 9 ovejas y 9 cabras. El producto, 81, se transforma en el espejo en 18, que es el número total del rebaño.
www.acanomas.com/

Arctic Sea Ice timelapse from 1978 to 2009

Aprenda a girar y mantener

Amenice los golpes de pitch

Entrevista a Severiano Ballesteros, El Larguero

Entrevistamos a Severiano Ballesteros: "Me encuentro fenomenal. Puedo hacer todo tipo de deporte, incluso estoy jugando al golf, en golpes cortos. Todo ha sido muy rápido. Cuando me diagnosticaron la enfermedad me sorprendí pero no tuve miedo. Los médicos y mi fortaleza física me han salvado la vida. Me han hecho cuatro operaciones. El post-operatorio si que lo pasé mal. Cuando llegue a casa empecé a ser consciente de mis limitaciones: no podía hacer nada con la mano izquierda, me dolía la pierna izquierda...y ahí sí me entraron los miedos por no volver a andar. Tuve un retroceso e incluso entré en una pequeña depresión. He sufrido como un perro. He aprendido a apreciar las pequeñas cosas. Agradezco a la gente su apoyo y el cariño que me han demostrado en estos momentos.

miércoles, 24 de junio de 2009

¿POR QUÉ LLORAMOS TANTO?

Febrero de 2009. El suizo Roger Federer no quiere ni puede mirar
cómo el trofeo del Abierto de Australia se le escapa.

Somos las únicas criaturas que lloran de emoción y, al contrario de lo que creíamos, nuestras lágrimas están más asociadas con la cultura y con la educación recibida que con lo que estamos sintiendo. Saquen el pañuelo
.

De la cuna a la tumba lloramos.
A veces con alivio, a veces con rabia, a veces sin tregua, a veces con plenitud o con ternura, porque descubrimos por primera vez el rostro de nuestro hijo o porque escuchamos el adagio de Barber. Lloramos porque hemos fracasado o porque nos niegan el amor; a veces con ganas y otras sin más voluntad que el puro abandono. En definitiva, lloramos porque somos humanos y forma parte de nuestra condición física, psicológica, social y cultural. Y aunque Charles Darwin dijo haber detectado lágrimas de tristeza en elefantes africanos, somos el único animal que llora por razones emocionales; lo demás es mito o truco. En la antigua Persia, la muerte de un gran hombre se acreditaba haciendo que su caballo llorase durante las exequias, pero se conseguía introduciendo mostaza en su nariz. Es cierto que los cocodrilos también lloran, pero lo hacen para expulsar de su cuerpo el exceso de agua salada, no por emoción.

La lágrima, compuesta por un 85 por ciento de agua
, tiene una capa grasa, una acuosa y una mucosa, y cualquier alteración de sus componentes influye en la agudeza visual. Así, en función de nuestras necesidades, segregamos tres tipos de lágrimas. Las más habituales son las lubricantes; luego están las defensivas –como reacción a una partícula de polvo o al humo– y, en último lugar, las emocionales, que nos hacen únicos en el reino animal y están compuestas con una fórmula más compleja que las anteriores: no sólo tienen más proteínas; también encefalina leucina, que modula el dolor, y prolactina y ACTH, relacionadas con el estrés.

Algunos investigadores creen que estas sustancias
,
expulsadas a través de los ojos, son toxinas producidas por los sentimientos y que, al liberarlas, nos alivian equilibrando nuestro nivel de angustia. Estas teorías confirmarían la visión popular de que el llanto es «un desahogo», una catarsis de sentimientos reprimidos que nos hace sentir mejor y nos regenera. «El jabón es al cuerpo lo que el llanto al alma», dicen los judíos, pero nuevas investigaciones vienen a cuestionar que el sollozo sea realmente una liberación. Por lo que se cree, el llanto parece más catártico en una mirada retrospectiva de lo que en verdad es, y todos aquellos con un elevado nivel de angustia se sintieron peor tras el episodio de lágrimas.

«¿Lloramos porque estamos tristes o estamos tristes porque lloramos?»
se preguntaba ya en el siglo XIX William James, hermano de Henry James y uno de los padres fundadores de la psicología. Y es que las lágrimas nos pueden limpiar, pero, al igual que sucede en una inundación, también pueden hacer que una persona se sienta desamparada, empapada y desorientada.Judith Kay Nelson, psicóloga y profesora de la Universidad de Berkeley (California), afirma en su libro Ver a través de las lágrimas: el llanto y el apego que la experiencia del llanto está enraizada en la infancia temprana y la relación con el primer cuidador: «Los que tuvieron unos padres atentos, aliviando sus gritos cuando era necesario, tienden a vivir el llanto como una forma de consuelo durante la edad adulta, pero aquellos cuyos padres se sentían molestos o irritados por su llanto tienen más dificultades para calmarse a sí mismos cuando han crecido».

Los estudios han demostrado a su vez que el llanto es tremendamente contagioso, ya sea en un pequeño grupo o en una gran comunidad, y que puede provocar verdaderos efectos de histeria de masas, como en el funeral de Lady Di, en 1997. Sin embargo, este tipo de llanto solidario y empático tiene raíces más personales que la tristeza por la muerte de un famoso, ya que, según la doctora Nelson, «todas las crisis de llanto que experimentamos a lo largo de la vida, incluso en los momentos felices, reeditan nuestras auténticas pérdidas».A pesar de los cambios que ha habido en nuestra sociedad, tendentes a la igualdad entre los sexos, parece ser que el llanto sigue siendo algo muy femenino. Una mujer llora más de 50 veces al año, mientras que los hombres sólo 11. ¿Por qué? «Desde edades muy tempranas los padres castigan verbalmente las expresiones de llanto de los hijos, pero no de las niñas —dice el psicólogo Carmelo Vázquez–. Históricamente, la capacidad para llorar en las mujeres se ha interpretado como hipersensibilidad y falta de control, cuando en realidad están demostrando que tienen más inteligencia emocional y habilidad para expresar sus sentimientos.»

Ocho de cada diez hombres afirman sentirse incómodos
llorando delante de otro hombre. De hecho, a un hombre que llora se lo ridiculiza o se lo ve más débil (para la posteridad queda la célebre condena de la madre de Boabdil, cuando éste contempló por última vez Granada: «Llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre»).

La mayor parte de los medios de comunicación describió
el derrumbe emocional del tenista Roger Federer, durante la entrega de premios del Open de Australia, en febrero pasado, diciendo que «lloraba como un niño», una comparación condescendiente que no suele aplicarse en su versión femenina. Sin embargo, la paradoja del tópico es que hasta los cinco años los niños lloran más que las niñas y después se invierte la tendencia. La frecuencia de llanto femenino suele aumentar durante la menstruación, pero uno de los resultados más llamativos del Estudio internacional de llanto en adultos es que este fenómeno sólo se da en Occidente, ya que en países como Kenia o Indonesia el ciclo menstrual no parece afectar lo más mínimo al estado de ánimo de las mujeres.

En todos los países donde se realizó el estudio
, los funerales y los eventos trágicos encabezaron la lista como motor del llanto, pero en algunas zonas destacaron otras razones. Por ejemplo, en Lituania lloran porque «se sienten impotentes»; en Nepal, cuando enferman; mientras que en Indonesia y Nigeria, durante los rituales religiosos.

Y es que al final, no llora quien tiene más motivos
, sino quien se lo puede permitir. En Ghana casi no se llora, las anoréxicas tampoco lo hacen y, pese a que las lágrimas se asocian a la tristeza, el llanto no es un indicador de la depresión, ya que la sequedad emocional de una persona deprimida le quita la fuerza hasta para llorar. Así, el hecho de que en Japón haya surgido la moda de crear bares para llorones y de que en Londres hayan creado su propia versión no puede menos que resultar una frivolidad propia de sociedades anhelantes de sentimientos extremos.

Todos los fines de semana el club de llorones Loss
(`Pérdida´, en inglés), situado en Regent’s Street, abre sus puertas a cientos de personas dispuestas a vivir una noche «de tristeza, miseria, melancolía, duelo, ausencia y pérdida», según rezan los anuncios. El dueño del local, Victor Wynd, explica que la idea del club surgió de la novela de Günter Grass El tambor de hojalata, donde aparece un «bar de la cebolla» en el que la gente se cita para llorar.

Mucho más sofisticado que su inspirador, en Loss
hay una cantante de fado para embriagar al público con la saudade y, a las 12 de la noche, sacan las cebollas para que todo el mundo pueda tener una pequeña ayuda que desencadene la catarsis. Como era de esperar, algunos lloran sobre el gin-tonic, pero a la mayoría le da más la risa que otra cosa. Seguramente les cuesta porque, como dice el dueño del local, «los ingleses sólo se permiten llorar de verdad en los partidos de fútbol».

Isabel Navarro

Volcano - Italy

El Roto - Voluntad de Dios

AUTO MASAJE SHIATSU

Vía Quo

Cómo Ocurrió - Isaac Asimov


By fraxi
Mi hermano empezó a dictar en su mejor estilo oratorio, ese que hace que las tribus se queden aleladas ante sus palabras.
-En el principio -dijo-, exactamente hace quince mil doscientos millones de años, hubo una gran explosión, y el universo…
Pero yo había dejado de escribir.
-¿Hace quince mil doscientos millones de años? -pregunté, incrédulo.
-Exactamente -dijo-. Estoy inspirado.
-No pongo en duda tu inspiración -aseguré. (Era mejor que no lo hiciera. Él es tres años más joven que yo, pero jamás he intentado poner en duda su inspiración. Nadie más lo hace tampoco, o de otro modo las cosas se ponen feas.)-. Pero ¿vas a contar la historia de la Creación a lo largo de un período de más de quince mil millones de años?
-Tengo que hacerlo. Ese es el tiempo que llevó. Lo tengo todo aquí dentro -dijo, palmeándose la frente-, y procede de la más alta autoridad.Para entonces yo había dejado el estilo sobre la mesa.
-¿Sabes cuál es el precio del papiro? -dije.
-¿Qué?
(Puede que esté inspirado, pero he notado con frecuencia que su inspiración no incluye asuntos tan sórdidos como el precio del papiro.)
-Supongamos que describes un millón de años de acontecimientos en cada rollo de papiro. Eso significa que vas a tener que llenar quince mil rollos. Tendrás que hablar mucho para llenarlos, y sabes que empiezas a tartamudear al poco rato. Yo tendré que escribir lo bastante como para llenarlos, y los dedos se me acabarían cayendo. Además, aunque podamos comprar todo ese papiro, y tú tengas la voz y yo la fuerza suficiente, ¿quién va a copiarlo? Hemos de tener garantizados un centenar de ejemplares antes de poder publicarlo, y en esas condiciones ¿cómo vamos a obtener derechos de autor?
Mi hermano pensó durante un rato. Luego dijo:
-¿Crees que deberíamos acortarlo un poco?
-Mucho -puntualicé, si esperas llegar al gran público.
-¿Qué te parecen cien años?
-¿Qué te parecen seis días?
-No puedes comprimir la Creación en sólo seis días -dijo, horrorizado.
-Ese es todo el papiro de que dispongo -le aseguré-. Bien, ¿qué dices?
-Oh, está bien -concedió, y empezó a dictar de nuevo-. En el principio… ¿De veras han de ser sólo seis días, Aarón?
-Seis días, Moisés -dije firmemente.

El flautista de Hamelín

Hace mucho, muchísimo tiempo, en la próspera ciudad de Hamelín, sucedió algo muy extraño: una mañana, cuando sus gordos y satisfechos habitantes salieron de sus casas, encontraron las calles invadidas por miles de ratones que merodeaban por todas partes, devorando, insaciables, el grano de sus repletos graneros y la comida de sus bien provistas despensas.

Nadie acertaba a comprender la causa de tal invasión, y lo que era aún peor, nadie sabía qué hacer para acabar con tan inquitante plaga.

Por más que pretendían exterminarlos o, al menos, ahuyentarlos, tal parecía que cada vez acudían más y más ratones a la ciudad. Tal era la cantidad de ratones que, día tras día, se enseñoreaba de las calles y de las casas, que hasta los mismos gatos huían asustados.

Ante la gravedad de la situación, los prohombres de la ciudad, que veían peligrar sus riquezas por la voracidad de los ratones, convocaron al Consejo y dijeron: "Daremos cien monedas de oro a quien nos libre de los ratones".

Al poco se presentó ante ellos un flautista taciturno, alto y desgarbado, a quien nadie había visto antes, y les dijo: "La recompensa será mía. Esta noche no quedará ni un sólo ratón en Hamelín".

Dicho esto, comenzó a pasear por las calles y, mientras paseaba, tocaba con su flauta una maravillosa melodía que encantaba a los ratones, quienes saliendo de sus escondrijos seguían embelesados los pasos del flautista que tocaba incansable su flauta.

Y así, caminando y tocando, los llevó a un lugar muy lejano, tanto que desde allí ni siquiera se veían las murallas de la ciudad.

Por aquel lugar pasaba un caudaloso río donde, al intentar cruzarlo para seguir al flautista, todos los ratones perecieron ahogados.

Los hamelineses, al verse al fin libres de las voraces tropas de ratones, respiraron aliviados. Ya tranquilos y satisfechos, volvieron a sus prósperos negocios, y tan contentos estaban que organizaron una gran fiesta para celebrar el feliz desenlace, comiendo excelentes viandas y bailando hasta muy entrada la noche.

A la mañana siguiente, el flautista se presentó ante el Consejo y reclamó a los prohombres de la ciudad las cien monedas de oro prometidas como recompensa. Pero éstos, liberados ya de su problema y cegados por su avaricia, le contestaron: "¡Vete de nuestra ciudad!, ¿o acaso crees que te pagaremos tanto oro por tan poca cosa como tocar la flauta?".

Y dicho esto, los orondos prohombres del Consejo de Hamelín le volvieron la espalda profiriendo grandes carcajadas.

Furioso por la avaricia y la ingratitud de los hamelineses, el flautista, al igual que hiciera el día anterior, tocó una dulcísima melodía una y otra vez, insistentemente.

Pero esta vez no eran los ratones quienes le seguían, sino los niños de la ciudad quienes, arrebatados por aquel sonido maravilloso, iban tras los pasos del extraño músico.

Cogidos de la mano y sonrientes, formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y gritos de sus padres que en vano, entre sollozos de desesperación, intentaban impedir que siguieran al flautista.

Nada lograron y el flautista se los llevó lejos, muy lejos, tan lejos que nadie supo adónde, y los niños, al igual que losratones, nunca jamás volvieron.

En la ciudad sólo quedaron sus opulentos habitantes y sus bien repletos graneros y bien provistas despensas, protegidas por sus sólidas murallas y un inmenso manto de silencio y tristeza.

Y esto fue lo que sucedió hace muchos, muchos años, en esta desierta y vacía ciudad de Hamelín, donde, por más que busquéis, nunca encontraréis ni un ratón ni un niño.

FIN
Autor: Desconocido

martes, 23 de junio de 2009

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lunes, 22 de junio de 2009

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