martes, 31 de diciembre de 2013

No eduque a su hijo a ser rico


Los árboles


lunes, 30 de diciembre de 2013

domingo, 29 de diciembre de 2013

La Vanguardia de las Ideas

Vía Muy Interesante

Las Buenas Amigas


sábado, 28 de diciembre de 2013

Insecticidas Biorracionales

Vía Muy Interesante

Inocente


viernes, 27 de diciembre de 2013

jueves, 26 de diciembre de 2013

El inspirador canto de los pájaros

Vía Muy Interesante

De UGT


miércoles, 25 de diciembre de 2013

De qué están hechos los parches de los timbales de la batería

Vía Muy Interesante

Cuidando de ti


martes, 24 de diciembre de 2013

Curiosa pintada


Cual es la razón por la que el hielo del Lago Baikal es turquesa

Vía Muy Interesante

lunes, 23 de diciembre de 2013

Cava Punch


A trabajar


domingo, 22 de diciembre de 2013

10 Razones para Sonreir.jpg

Vía Muy Interesante

Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.jpg


sábado, 21 de diciembre de 2013

Versos blancos para mujer alba

Este abril se ha agarrado a los paraguas
igual que mi madre lo hizo a la muerte,
hace un año, cuando se me escapó
entre los labios tras doce minutos
que aún me saben a la leche caliente
y azucarada que había tomado antes.
Porque las manillas de aquel reloj
las afilé con el paladar dulce;
¡Un contrasentido! Que sólo entiende
este hijo que buscó un aire en un pecho
que se escapaba ya hacia los pinares
donde el aroma a hierba y a madera húmedas
murmuraba el "Réquiem de un tal Mozart"
al olor de la estepa y el enebro
por aquella mujer que era cándida
cual sábana limpia de hilo fino
sobre el cuerpo de un recién nacido.

Alberto Ibáñez Martín

ABROJOS - VI

Puso el poeta en sus versos
todas las perlas del mar,
todo el oro de las minas,
todo el marfil oriental;
los diamantes de Golconda,
los tesoros de Bagdad,
los joyeles y preseas
de los cofres de un Nabad.
Pero como no tenía
por hacer versos ni un pan,
al acabar de escribirlos
murió de necesidad.

Rubén Darío

viernes, 20 de diciembre de 2013

El aborto en España

El PAÍS

Tengo una Pena

Rosana Martí

De la noche en el vago silencio

De la noche en el vago silencio,
cuando duermen o sueñan las flores,
mientras ella despierta, combate
contra el fuego de ocultas pasiones,
y de su ángel guardián el auxilio
implora invocando piadosa su nombre,
el de ayer, el de hoy, el de siempre,
fiel amigo del alma, Mefistófeles,
en los hilos oculto del lino
finísimo y blanco cual copo de espuma,
en donde ella aún más blanca reclina
la cabeza rubia,
así astuto y sagaz, al oído
de la hermosa en silencio murmura:

«Goza aquél de la vida, y se ríe
y peca sin miedo del hoy y el mañana,
mientras tú con ayunos y rezos
y negros terrores tus horas amargas.
Si del hombre la vida en la tumba
¡oh, bella!, se acaba,
¡qué profundo y cruel desengaño,
qué chanza pesada
te juega la suerte,
le espera a tu alma!»

Rosalía de Castro

jueves, 19 de diciembre de 2013

El Precio de la Luz en Europa


NOCHEBUENA

Son hija y madre, y las dos
con frío, con hambre y pena
piden en la Nochebuena
una limosna por Dios.

¡Hoy los ángeles querrán,
la madre a su hija decía,
que comamos, hija mía
por ser Nochebuena pan!

Y al anuncio de tal fiesta,
abre la madre el regazo
y junto a él, aquel pedazo
de sus entrañas acuesta.

Al pie de un farol sentada,
pide por amor de Dios
y pasa uno y pasan dos....
más ninguno el da nada,

La niña con triste acento:
-Pero, ¿ y nuestro pan?, decía.
-Ya llega!, le respondía
la madre.....y llegaba el viento.

Cuando otra pobre como ella
una limosna le echó,
recordando que perdió
una niña como aquélla.

“¡Ya nuestro pan ha venido!”
gritó la madre extasiada;
más la niña quedó echada
como pájaro sin nido,

Llama y llama ¡desvarío!,
nada hay ya que la despierte,
duerme, está helando, y la muerte
¡solo es un sueño con frío!

La toca, al verla la luz la atrae,
se espanta, vacila y cae
a plomo la niña muerta.

Del suelo de angustia llena
la madre a su hija levanta,
y en tanto, un dichoso canta:
“Esta noche es Nochebuena!”.

Ramón de Campoamor

LA VOZ A TI DEBIDA

Tú vives siempre en tus actos. 
Con la punta de tus dedos 
pulsas el mundo, le arrancas 
auroras, triunfos, colores, 
alegrías: es tu música. 
La vida es lo que tú tocas. 

De tus ojos, sólo de ellos, 
sale la luz que te guía 
los pasos. Andas 
por lo que ves. Nada más. 

Y si una duda te hace 
señas a diez mil kilómetros, 
lo dejas todo, te arrojas 
sobre proas, sobre alas, 
estás ya allí; con los besos, 
con los dientes la desgarras: 
ya no es duda. 
Tú nunca puedes dudar. 

Porque has vuelto los misterios 
del revés. Y tus enigmas, 
lo que nunca entenderás, 
son esas cosas tan claras: 
la arena donde te tiendes, 
la marcha de tu reloj 
y el tierno cuerpo rosado 
que te encuentras en tu espejo 
cada día al despertar, 
y es el tuyo. Los prodigios 
que están descifrados ya. 

Y nunca te equivocaste, 
más que una vez, una noche 
que te encaprichó una sombra 
-la única que te ha gustado-. 
Una sombra parecía. 
Y la quisiste abrazar. 
Y era yo. 

Pedro Salinas

miércoles, 18 de diciembre de 2013

SIGNIFICA SOMBRAS

QUÉ esperanza considerar, qué presagio puro,
qué definitivo beso enterrar en el corazón,
someter en los orígenes del desamparo y la inteligencia,
suave y seguro sobre las aguas eternamente turbadas?

Qué vitales, rápidas alas de un nuevo ángel de sueños
instalar en mis hombros dormidos para seguridad perpetua,
de tal manera que el camino entre las estrellas de la muerte
sea un violento vuelo comenzado desde hace muchos días y meses y siglos?

Tal vez la debilidad natural de los seres recelosos y ansiosos
busca de súbito permanencia en el tiempo y límites en la tierra,
tal vez las fatigas y las edades acumuladas implacablemente
se extienden como la ola lunar de un océano recién creado
sobre litorales y tierras angustiosamente desiertas.

Ay, que lo que soy siga existiendo y cesando de existir,
y que mi obediencia se ordene con tales condiciones de hierro
que el temblor de las muertes y de los nacimientos no conmueva
el profundo sitio que quiero reservar para mí eternamente.

Sea, pues, lo que soy, en alguna parte y en todo tiempo,
establecido y asegurado y ardiente testigo,
cuidadosamente destruyéndose y preservándos incesantemente,
evidentemente empeñado en su deber original.

por Pablo Neruda

Descubrimientos en el Yacimiento de Atapuerca


martes, 17 de diciembre de 2013

lunes, 16 de diciembre de 2013

Relaxing cup of Café con Leche


Recortes Sociales


domingo, 15 de diciembre de 2013

Queja al Profe de mates


Qué somos...


sábado, 14 de diciembre de 2013

Mohandas Gandhi


Herramientas Industrial Indispensable

Vía Muy Interesante

viernes, 13 de diciembre de 2013

Milano, te vigilo

Vía Muy Interesante

Ley del Principio de Aspirino


jueves, 12 de diciembre de 2013

Los 5 Iconos que más encabronan


Una agencia de viajes en el bolsillo

Vía Muy Interesante

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Remedios Naturales para el Catarro


Lo que Tawak mi perro me diría con palabras... Si supiera hablar


Test - Tienes madera de Ganador

Vía Muy Interesante

Sor presa...


martes, 10 de diciembre de 2013

Gripe o Catarro


Proyecto Medusas 2013

Vía Muy Interesante

La Crisis ya va demasiado lejos


lunes, 9 de diciembre de 2013

El pequeño Kirikú cumple 15 años

 


El pequeño Kirikú cumple 15 años 

De la barriga de la mujer embarazada sale una voz. “Madre, dame a luz”. A lo que ella, entre sorprendida y serena, responde: “Un niño que habla en el vientre de su madre, se da a luz solo”. De repente, de entre las piernas de la joven encinta emerge gateando la figura de un minúsculo niño que se corta él mismo el cordón umbilical y que proclama, con convicción: “¡Me llamo Kirikú!”. Así empieza la película de dibujos animados Kirikú y la bruja, dirigida por Michel Ocelot en 1998, un filme sin grandes alardes técnicos, de líneas simples y definidas, pero que ha sabido conquistar el corazón de millones de espectadores en todo el mundo y que se asoma, con ternura y curiosidad de niño, hacia esa África de la magia, las leyendas y los cuentos que se resiste a morir. Kirikú y la bruja (Kirikou et la sorcière, en francés) es una deuda pendiente que Michel Ocelot tenía con su infancia. La historia es una adaptación de un cuento africano, pero el color, el sonido, las plantas, el ambiente, los mensajes, todo lo demás, en fin, procede de la propia experiencia vital de su creador que, pese a haber nacido en Francia en 1943, pasó buena parte de su niñez en Conakry, capital de Guinea. “Cuando yo era pequeño, era negro”, asegura el propio Ocelot, quien ha dicho en múltiples ocasiones que todos los recuerdos que conserva de sus primeros años están llenos de “belleza”. En este sentido positivo, el realizador galo apuntaba en una entrevista concedida a la radio África nº 1 que “necesitaba arreglar mis cuentas con el África negra y lo he hecho con Kirikú”.

La historia es sencilla. Un niño dotado de la extraña capacidad de correr y hablar desde el mismo instante de su nacimiento se enfrenta a una poderosa bruja llamada Karabá que está haciendo la vida imposible a los habitantes de una aldea y que cuenta, para ello, con un ejército de fetiches sometidos a su voluntad. Para derrotar a la hechicera, Kirikú, convertido en héroe, tendrá que vivir varias aventuras y llegar hasta el gran termitero, donde reside su abuelo, un venerable anciano que le dará las claves para contrarrestar el poder de Karabá. Sin embargo (y este es uno de los aspectos más destacables del largometraje), Kirikú se plantea en todo momento que tiene que haber una explicación para la maldad de la bruja y no ceja en su empeño hasta averiguarlo y descubrir que era también una víctima, a su vez, de la crueldad de otros. “Yo también me hacía de niño la pregunta de por qué la gente mala era mala”, asegura Ocelot. Desde esta óptica, el final es sorprendente. Ocelot se aleja de forma notable de la historia original de la que se inspira, que pudo leer en una recopilación de cuentos de África occidental publicada en 1912 por Equilbecq, un administrador colonial francés. En dicho relato, el niño se llama Izé Gani y, aunque como Kirikú, habla desde el vientre de su madre y nace solo, al final acaba por matar a la bruja malvada. En la película, por el contrario, Kirikú, tras hacerse mayor de forma súbita gracias a un beso (una clara influencia de cuentos occidentales), acaba por casarse con la hechicera tras liberarla de la causa de su maldad. Para recrear la vida de una aldea africana y los escenarios que aparecen en la cinta, Ocelot acude, además de a sus propios recuerdos, a los cuadros de Henri Rousseau, conocido como el Aduanero Rousseau, pintor francés del siglo XIX considerado uno de los grandes del arte naïf, a las estatuillas beninesas para la recreación de los fetiches y al arte antiguo egipcio para los personajes, en un evidente guiño a las teorías de Cheick Anta Diop y otros autores que aseguran que esta civilización fue negra, tanto en su origen como en su desarrollo histórico.

Los detalles fueron cuidados al máximo. Las voces, tanto en francés como en inglés, recaen sobre actores de doblaje africanos (senegaleses y sudafricanos), mientras que la música fue compuesta por el gran Youssou N’Dour y se basa en instrumentos tradicionales, como la kora, la flauta tokoro, el balafón, la sanza y, para la última escena en la que los hombres secuestrados por la bruja regresan al poblado, los yembés. Sin embargo, antes incluso de ver la luz, Kirikú y la bruja se vio envuelta en una delicada controversia. En los dibujos animados de esta película se muestra el cuerpo humano sin tapujos, lo cual en su origen fue un problema que plantearon los distribuidores. Frente a ello, Ocelot defendió esta concepción artística y visual contra viento y marea. Las mujeres de la aldea, jóvenes y ancianas, así como la propia hechicera aparecen con el torso desnudo y los senos a la vista de todos. El director asegura que en una ocasión exhibieron la película, traducida al suahili, en un colegio de Kenia y que los alumnos no reconocieron a esa África de gente semidesnuda y tradiciones mágicas. “Lo más triste es que África siente vergüenza de sus tradiciones y su manera de vivir y está adoptando una cultura que no es originaria del continente”, reflexiona Ocelot, “nuestra sociedad occidental oculta el deterioro del cuerpo humano y eso no es sano”.

Durante largos años y tras estudiar Bellas Artes en Francia y Estados Unidos, Ocelot se interesó por la realización de cortos de animación. Sin embargo, Kirikú y la bruja fue su primer largometraje, una película que cambió totalmente su vida ycuyo éxito contribuyó a lanzar la industria de la animación francesa e incluso europea. Los problemas en la búsqueda de financiación fueron enormes y esta tarea se llevó a cabo durante unos cuatro años hasta que se logró reunir la cifra de 3,8 millones de euros. Pese a todo, como se ha dicho, el éxito en taquilla y la aceptación de la crítica internacional, así como los numerosos premios recibidos, la convirtieron en un producto rentable y en el mascarón de proa del cine de animación europeo frente a la entonces todopoderosa industria Disney.

Pese a que no lo tenía previsto, el inesperado éxito de la película ha llevado a Ocelot a dirigir dos secuelas que recogen nuevas aventuras del pequeño héroe. La primera de ellas se llama Kirikú y las bestias salvajes y ve la luz en 2005. Al igual que su antecesora, la cinta obtiene un notable éxito en las salas de cine y entre la crítica. En esta ocasión, el director une su ingenio y buen hacer a la calidad técnica de la realizadora de animación Bénédicte Galup y entre ambos consiguen hilvanar cuatro historias que acontecen a Kirikú en la época en que la malvada Karabá mantiene su pernicioso poder. El niño deberá enfrentarse, una vez más, a los fetiches de la hechicera, pero también a una hiena, a un búfalo y a una planta venenosa.

La tercera película se estrena a finales de 2012 y se llama Kirikú y los hombres y las mujeres. Al igual que la cinta precedente, se trata de historias, en este caso cinco, que acontecen al mismo tiempo que la primera película y que son contadas por el abuelo del pequeño. Sin embargo, en esta ocasión se centra más en las relaciones de los aldeanos entre ellos o con extranjeros que están de paso por la aldea. Un ejemplo más del respeto hacia la historia y las tradiciones africanasque ha mostrado siempre Ocelot: uno de los forasteros que aparece en esta última película es una griot que narra la historia de Sundiata Keita, el rey fundador del Imperio de Mali en el siglo XIII, protagonista de múltiples leyendas y cuentos de África occidental y que han llegado hasta nuestros días gracias a la tradición oral.

Por: José Naranjo