Cierto es
que no hay mas besos
que los que tu me ofreces.
Y cierto es también que anhelo cosas
que solamente tu cuerpo tibio
junto al mío puede darme.
Y es quizás por eso,
por tanto anhelo y tanto ofrecimiento,
que los vientos que nos agitan
nos permiten seguir en pie,
cediendo tan solo al ansia de nuestros abrazos
despojados de palabras y de versos,
estremecimiento que se nos hace entre las manos hábito.
Y puede que también por todo eso,
sea cierto que hay días en que todo pesa algo mas que de costumbre,
y son precisos besos que nos devuelvan a la vida
evocando la magia de esas miradas,
abismos infinitos,
a los que nos arrojamos,
rendidos,
entregados.
© Tejonegro
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