jueves, 17 de mayo de 2007

La noche es una mujer desconocida

Preguntó la muchacha al forastero:
- ¿Por qué no pasas? En mi hogar
está encendido el fuego.

Contestó el peregrino: - Soy poeta,
sólo deseo conocer la noche.

Ella, entonces, echó cenizas sobre el fuego
y aproximó en la sombra su voz al forastero:
- ¡Tócame! -dijo-. ¿Conocerás la noche!

Por Pablo Antonio Cuadra

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