De recuerdos y olvidos...
Nada fué tan hermoso como lo recordamos.
Esa es nuestra suerte y nuestro desconcierto.Si lo que vivimos hace años hubiese tenido la luminosidad que le da el paso del tiempo, probablemente habría sido más difícil crecer. Crecemos día a día hasta que nos vamos de este mundo. Protagonizamos historias hermosas, pero nunca fueron tan bellas como lo son al recordarlas.
Esa es nuestra suerte y nuestro desconcierto.Si lo que vivimos hace años hubiese tenido la luminosidad que le da el paso del tiempo, probablemente habría sido más difícil crecer. Crecemos día a día hasta que nos vamos de este mundo. Protagonizamos historias hermosas, pero nunca fueron tan bellas como lo son al recordarlas.
El paraíso de la infancia, aquella suerte de formar parte de la vida sin participar aún en sus... desatinos.
La libertad de la adolescencia, que vuelve a nosotros como un tiempo de descubrimientos, aunque a menudo olvidemos su carga de eternas inseguridades, miedos.. Ese sudor húmedo en las palmas de las manos, la voz oscureciéndose al hablar, el cosquilleo en las piernas, o el deseo de salir corriendo; Aquel primer amor que nos hizo descubrir que de verdad existe el horizonte en el color de unos ojos.
Pudimos vivir historias muy bellas, pero siempre las recordaremos mejorándolas. El tiempo tiene ese curioso poder de pulir las aristas de los recuerdos. El paso de los días se encarga de limar asperezas, de suavizar los aspectos más ingratos de lo que un día nos sucedió. Por eso, cuando escuchamos una canción que nos emocionó, somos capaces de emocionarnos mucho más que entonces...
La distancia tiene ese poder que magnifica el pasado comparándolo con el presente, siempre inevitablemente más gris.
No es cierto aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Es verdad, en cambio, que la memoria del pasado siempre es mejor. Somos así de crueles con nosotros mismos, empeñándonos en mejorar el recuerdo de lo que ya perdimos...
O quizás somos así de generosos, al concedernos la oportunidad de mejorar lo vivido.
Podemos vivir hoy mismo historias muy bellas, pero dentro de un tiempo las recordaremos ennoblecidas por un brillo que no tienen. Es el resplandor de la memoria.
¿Quién sería capaz de reconocer al evocar los ojos verde gato de su primer amor, que las canciones que nos cantaba al oído desafinaban ligeramente? ¿Por qué no hemos de pasar por alto aquel día en que nos hizo avergonzar ante amigos o familiares? Todo eso se diluye, se difumina, se borra.. desaparece. Podemos saberlo, pero preferimos ignorarlo.
Sin embargo, como decían los cantantes aquellos ... "el olvido del amor se vive en soledad".Y sus recuerdos también.
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