Bitácora del Heliotropo - Silencio
Silencio
Odiseo languidece. Es presa de su propio artificio, su ingenio lo ató de manera irremediable. El mastil del Heliotropo lo retiene inmóvil. El silencio imperante acalla su voz. La ambición finalmente lo ha perdido y es cuestión de horas, a lo más un par de días para poner punto final a las hazañas del rey de Ítaca.
Odiseo languidece. Es presa de su propio artificio, su ingenio lo ató de manera irremediable. El mastil del Heliotropo lo retiene inmóvil. El silencio imperante acalla su voz. La ambición finalmente lo ha perdido y es cuestión de horas, a lo más un par de días para poner punto final a las hazañas del rey de Ítaca.
Ansioso por escuchar el prohibido canto de las sirenas, instruyó a su tripulación para que no lo desataran hasta que hubieran dejado atrás la mítica morada de los hechizantes cantos. Lo único que llega a sus oídos es la monótona balada del vinoso ponto, en ocasiones aderezada por voces de aves, a manera de contrapunto, sin llegar a la polifonía. La primer semana de su cautiverio los marineros hacían el intento por hablarse entre sí, pero al acostumbrarse a no oír, prescindieron totalmente del habla, desde hace dos semanas sólo el mar tiene qué decir.
En ocasiones algún miembro de la tripulación considera la posibilidad de liberar a Odiseo, pero al instante las terribles amenazas para el posible transgresor invaden el espiritu del candidato a osado, y todo queda en intención. Odiseo casi puede leer la mente de sus compañeros y se sabe perdido.
La más oscura de sus pasiones lo va a perder y es la única que lo puede salvar, el único apetito que le sobrevive es por el canto y a la redonda sólo los remos acompasan el tránsito hacia el estigia y en el trirreme Caronte se hace del timón.
posted by preFilósofo
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