BIOGRAFIA DE SIGMUND FREUD (1856-1939)
Sigmund Schlomo Freud nació el 6 de mayo de 1856, hijo de Jacob Freud (40 años, comerciante judío en lana) y de Amalia Nathansohn (20 años, judía) en el pequeño poblado moravo de Freiberg (actual Pribor). En 1860 la familia Freud se trasladó a Viena. El Dr. Freud se inició como neurólogo, pero la influencia de Breuer y Charcot lo orientaron a la investigación científica en psicología. Lo primero fue descubrir, con Breuer, que los pacientes histéricos no eran degenerados orgánicos sino que sus síntomas eran consecuencia de los efectos permanentes que ejercían en la mente de los pacientes ciertas vivencias traumáticas del pasado que por su carácter contradictorio o inconciliable no habían podido ser olvidadas: “el histérico padece por la mayor parte de reminiscencias”. Por ello es que los síntomas histéricos desaparecían de inmediato y en forma definitiva en cuanto en el paciente hipnotizado se despertaba el vivo recuerdo del proceso provocador junto, necesariamente, con el afecto concomitante a través de la expresión verbal. Más tarde, a fines del año 1899, en la "La interpretación de los sueños ", obra fundamental de Freud, la investigación psíquica a través de la asociación libre usada con los síntomas histéricos lo lleva a la posibilidad de investigar los sueños. De aquí surge la idea de una estructura psíquica general de los sueños, provista de una dinámica con sus propias leyes y relacionada con la organización general de la conciencia, la que va a apoyar una teoría general del inconsciente basada en un modelo tópico (figuración espacial del inconsciente y la conciencia). Luego Freud deja atrás la hipnosis y la catarsis y construye las bases técnicas de lo que será el tratamiento psicoanalítico actual. A continuación viene el desarrollo de una teoría de la libido y de la sexualidad infantil.
En abril de 1923 Freud publica una de sus grandes obras: “El yo y el ello”. Aquí Freud propone un modelo tripartito de aparato mental. Se afirma que la condición de consciente no es ya un criterio valedero para esbozar un modelo estructural de la psique. El “Ello” vino a remplazar finalmente al inconsciente. La facultad asociada con la sentimientos de culpa inconscientes y con el ideal del yo va a diferenciarse del “yo” para constituir lo que en la presente obra se definirá como la instancia del "superyó". Esta instancia será la que se encargará de observar de manera continua al yo actual comparándolo con el ideal del yo y que adquiere funciones como la conciencia moral o de censura onírica. La representación del yo consistiría en una parte superficial del ello que se diferencia esencialmente por la influencia del sistema P-Cc ( a través del cual se verifica la influencia del mundo externo), esencia diferenciada desde un núcleo constituido por sistema P-Cc, y que persiste en esta tarea en el desarrollo bajo la presión del ambiente externo y de su principio de realidad (estructura estructurante de “yo”), diferenciando superficies de ello y trasformando su legalidad (principio de placer) en el mencionado principio de realidad. La influencia más continua y permanente del ambiente externo proviene del cuerpo propio (sobretodo de su superficie) lo que la convierte en componente fundamental del núcleo de la estructura estructurante yoica. Por otra parte la solvencia económica del yo seguirá proviniendo del ello.
El ello serían procesos psíquicos no conocidos, inconscientes, reprimidos o no, y en contacto con la superficie yoica mencionada antes, que contiene las pasiones.
En septiembre se advierte una reactivación del cáncer y es operado por última vez. Aún analizaba tres pacientes. Se publica el último trabajo prolongado de Freud llamado "Moisés y la religión monoteísta" y entre julio y setiembre de este año se dedica a escribir el "Esquema del psicoanálisis". Se trata de un resumen, casi un testamento, muy condensado de las principales ideas de la teoría psicoanalítica y la proposición de algunas ideas respecto al posible desarrollo futuro del análisis. En 1939 la enfermedad se hacía cada vez más extensa y dolorosa y terminar esta situación, para Freud, cada vez más deseable. Freud se apoyaba y dependía bastante en este tiempo de su hija Anna y de su médico personal Max Schur que estaba generalmente con él desde 1929 y ahora en Londres. Schur, además, era un admirador del psicoanálisis. Freud confiaba tanto en él que desde el principio y francamente le solicitó, y así lo acordaron, que no permitiera que a raíz de la enfermedad la vida se le transformara en una tortura innecesaria. El primero de agosto de 1939 Freud terminó definitivamente su práctica médica. Freud tenía plena conciencia de como se iba apagando y encogiendo su cuerpo y su vida. En estos días sólo dormitaba y miraba el jardín. El 19 de septiembre con un apagado y agotado gesto se despidió de Ernst Jones. El 21 de septiembre Freud le recordó a Schur el acuerdo. Freud quería conservar el control sobre su vida y la dignidad en su espíritu hasta el último momento. Anna finalmente se rindió frente a la decisión de su padre. Así Schur el 21 de septiembre inyectó a Freud tres centigramos de morfina. Freud se durmió y luego repitió la dosis y al día siguiente, 22 de septiembre, le dió una dosis final. Freud entró en coma y ya no despertó más. A las tres de la madrugada del 23 de septiembre de 1939 Sigmund Freud murió.
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