jueves, 5 de febrero de 2009

El manto del olvido

"Julian:Cuando leas esta carta estaré muy lejos de ti, en todos los sentidos.Al escribirte estas palabras sólo recuerdo aquella noche cuando te recalqué lo importante que es para mí la lealtad.¿Lo recuerdas?.Yo sí lo recuerdo perfectamente.Te aseguré que jamás te perdonaría una infidelidad.Aunque lo intento, no logro comprender tu prodecer.¿Cómo fuiste capaz de traicionarme?.No intentes negarlo, pues sé que es así.Cuan cierta es la frase que dice que "mejor es el fin de un asunto que su principio".De nada sirve lo que hacemos si fallamos al final.Todo lo bueno que hemos hecho puede ser borrado por un solo mal acto.No entiendo tu falta de nobleza.¿O acaso pensaste que yo sería como muchas mujeres que perdonan cualquier cosa por amor?.¿Tan poco me conocías y me amabas?.He perdido a tu lado casi dos años de mi vida.No es algo de poco valor.Pero tú has perdido mucho más: mi amor, del cual quedan muy leves vestigios que en poco tiempo desaparecerán para siempre.No intentes acercarte, ya no formas parte de mí.Desde hoy he puesto tu recuerdo bajo el manto del olvido...".Sin gritos ni peleas, Amanda se despidió para siempre. Esa fue la última vez que Julian tuvo contacto de ella. Y, lamentablemente, aprendió por experiencia propia como un solo mal acto puede arruinarlo todo.

(Este relato hiperbreve es la continuación de la historia "El fuego de la pasión": http://www.ciao.es/Relatos_hiperbreves_5__Opinion_980607)
por stephenmartin

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