domingo, 6 de mayo de 2007

Nada está Perdido ...

El repentino glacial frío había atrapado un reducido grupo de aves.
Cierto es que ya era momento de que hubieran iniciado la migración; pero
el buen tiempo las había confundido.
La gran mayoría habían emprendido vuelo hacia cielos más cálidos, pero
aquel grupo había quedado rezagado.
El plomizo cielo apenas dejaba ver más allá de unos pocos metros. Posadas
en una valla de madera, oteaban el horizonte, intentando ver los vestigios
del vuelo de sus compañeras.
Imposible! No conseguían más que ir perdiendo sus fuerzas, quedando casi petrificadas como estatuas, ateridas por el frío sobre la valla.

De pronto, una de ellas, aún sabiendo que el alzar el vuelo era tan
peligroso como quedarse sin hacer nada, se arriesgó y levantó el vuelo.
Todo estaba perdido, un nuevo intento de empezar aún fuera de tiempo, no era peor que quedarse sin hacer nada.
Sus alas se agitaban lentas, tanto a causa del frío como por la cautela con
la que intentaba volar los brumosos cielos.
El resto del grupo la contemplaba con una mezcla de sorpresa, temor y
esperanza.
Era una locura, las bajas temperaturas terminarían congelando sus debilitadas alas en pleno vuelo.
Pero seguía y seguía, avanzando con dificultad; alejándose y adentrándose
poco a poco en la niebla.

Cuando creía que sus alas no aguantarían más, sintió algo de calor en su transido cuerpo; y un tímido rayo de sol iluminó sus alas.
El resto de las aves habían visto el cálido rayo coloreando la arriesgada silueta en vuelo.
Con la esperanza dando valor a sus gélidas alas para seguirla, iniciaron el vuelo abriéndose camino, siguiendo la nueva ruta migratoria abierta por un ave con coraje; siguiendo hasta un cielo despejado, hasta una tierra más cálida.


27 de abril de 2007

“Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido
y hay que empezar de nuevo” Julio Cortázar

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