domingo, 13 de mayo de 2007

Ausencia ...

Privado el cuerpo de su vestidura,
y roto el corazón por tu partida,
encuentro que no tengo ya en la vida
la burda protección de mi armadura.
*
Deshecho todo afán y atadura,
intento rescatar la voz perdida
que flota entre los vientos aturdida.
Maldita cicatriz de quemadura.
*
Herida está la flor de mi despecho
que siembra entre mis dedos incitantes
la duda de recuerdos excitantes,
*
sinuosas pinceladas del destino
que pintan lo fugaz de mi camino
en llagas palpitantes de mi pecho.

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