martes, 1 de abril de 2008

Desvelan la complejidad de las lágrimas

Las lágrimas pueden indicar cualquier sentimiento, desde pena, a alegría pasando por la más amarga de las frustraciones, pero hasta hace poco no se conocía la composición de la propia lágrima. Tan poco, que en realidad los científicos descubrieron toda una nueva clase de lípidos - un tipo de grasa - mientras investigaban su diseño.
Los hallazgos, publicados en la edición de este mes de la revista
Investigative Ophthalmology & Visual Science, podrían conducir a un tratamiento para la sequedad ocular (también llamada síndrome del ojo seco), una enfermedad que afecta hasta a 14 millones de estadounidenses, según los investigadores.
Cada lágrima se compone de una capa acuosa encerrada entre una capa interna de mucus y una capa externa oleosa compuesta por lípidos y otras grasas. Cada vez que pestañeamos, la capa oleosa cubre todo el ojo, sellando la humedad de su interior.
Los investigadores identificaron la sustancia que compone la capa oleosa y se sorprendieron cuando encontraron una clase de lípidos que nadie había descubierto antes, llamado amidas ácido grasas, comentó la líder de la investigación Kelly Nichols, profesora asistente de optometría en la Universidad del Estado de Ohio.
También descubrieron oleamida, un lípido que antes de esto solo se había encontrado en el cerebro y en el sistema nervioso central. La oleamida ha sido relacionada con la regulación del sueño y también ha demostrado ser capaz de permitir la comunicación entre células nerviosas. Los científicos especulan que podría permitir comunicaciones similares entre las células de la parte frontal del ojo.
Si existe un nivel insuficiente o un exceso de oleamida - o de otro de los componentes grasos - la capa de lípido oleoso podría perder su habilidad para mantener la humedad encerrada en el interior del ojo, lo cual da como resultado la sequedad ocular, comentó Nichols.
El síndrome del ojo seco, explicó la doctora, no es simplemente una enfermedad, sino varias que incluyen la irritación del frontal del ojo. Los síntomas incluyen dolor, escozor, sequedad y exceso de secreciones lacrimales. Los que la padecen, también se quejan de visión variable.
“Las lágrimas proveen una superficie lisa de refracción para la visión, de modo que si no es lisa, la visión puedes sufrir variabilidad”, comentó Nichols. Las personas que usan lentes de contacto tienen más probabilidad de sufrir el síndrome, y las mujeres son más susceptibles que los hombres.
Nichols cree que los hallazgos podrían un día conducir a pruebas de exploración más sencillas en las que los doctores “tomarán muestras de tus lágrimas, apretarán un botón y serán capaces de buscar biomarcadores que nos dirán si padeces (o no) sequedad ocular y qué clase de tratamiento te ayudará”.

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