Casa nueva, vida nueva
La luz me agrede los ojos
y el codo cubre mi cara
en respuesta a la agresión de esa luz
que agazapada, juega con impecable paciencia
de la noche a la mañana.
Se llena todo de sombras, de pasado, de recuerdos,
y a través de una ventana que se abre a otro paisaje,
el bienestar y el sosiego entran por fin en la casa.
Y ese pasado cercano que ponía tantas trabas
da paso, de forma definitiva, por ese túnel del alba,
al futuro que está aquí
aboliendo de inmediato incomprensiones pasadas
suavizándome en la boca los silencios que se alargan
y amaneciendo de nuevo una luz que ya no daña.
Escrito por Musaraña
Benacazón 28.06.90
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