Aunque el día ideal para morir
sea un jueves por la tarde
y además con aguacero,
y para rizar el rizo,
en esa hermosa ciudad que es París,
yo no quiero morir ni en jueves
ni en cualquier otro día de la semana
así pues ya tengo decidido
que mi muerte será un día sin nombre
a esa hora certera de las cero
para no registrar mi óbito
en ninguno de los días en que yo
vidas atrás, alguna vez morí
tal vez de pena o tedio
de algún susto, o incluso de fatiga
o hasta puede que enferma de nostalgia.
Escrito por Musaraña
“El Acebuche”. Doñana 08.03.90
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