Los Seis Signos de la Luz
Ahora que la saga de Harry Potter llega a su fin, el director David L. Cunningham se atreve a llevar al cine otra serie de novelas fantásticas que podrían tomar el testigo del mago inventado por J. K. Rowling. Basada en la saga de la escritora Susan Cooper, 'Los seis signos de la luz' cuenta la historia de Will Stanton, un joven que descubre que es el último de un grupo de guerreros que ha dedicado su vida a luchar contra las fuerzas de la Oscuridad.
Viajando en el tiempo al pasado y al futuro, Will descubre una serie de pistas que le conducen a una confrontación con fuerzas de un poder inimaginable. Con 'Los Seis Signos de la Luz' (The Seeker: The Dark Is Rising), el futuro de la humanidad está en las manos de Will.
La familia Stanton se traslada desde un ambiente familiar y cómodo en América a una pequeña y desconocida población de Inglaterra. Lo que no saben es que la familia en realidad tiene profundas raíces en el pueblo, que datan de varios siglos atrás. Y el hijo pequeño de la familia, que se esfuerza por adaptarse al colegio y por encontrar la manera de hacer amigos, es el improbable héroe que se ve arrojado a una épica batalla entre los defensores de la luz y los siniestros soldados de la oscuridad.
Will descubre que en realidad es el último en la línea de guerreros conocidos como los Ancianos, liderados por Merriman (Ian McShane) y Miss Greythorne (Frances Conroy). Ellos acogerán a Will en su seno para guiarle en sus viajes por el tiempo, en los que necesitará de todos sus poderes especiales para encontrar signos ocultos en el tiempo y corregir el equilibrio entre la luz y la oscuridad.
Como Miss Greythorne explica a Will, él forma "parte de algo que le ha estado esperando toda su vida. Nosotros, los Ancianos, servimos a la Luz, El Jinete sirve a la Oscuridad. La Luz crea, la Oscuridad destruye. El buscador de los seis signos de la luz eres tú, Will. Eres tú quien debe restablecer el poder de la Luz". Sus sentimientos de alienación, combinados con la sensación de 'deja vu', forman parte del plan. "Tú eres especial, Will, un Stanton que ha regresado a su sitio. El séptimo hijo de un séptimo hijo".
Al embarcarse en el viaje de su vida, Will hará uso de sus poderes para viajar en el tiempo, hacer volar objetos y exhibir una fuerza sobrenatural para luchar contra el mal, representado en la Tierra por el misterioso Jinete (Christopher Eccleston).
por Darko
Los Seis Signos de la Luz (2.007) (2ª =pinión)
Desde que se anunció que la serie de libros de Susan Cooper ‘Rising of the Dark’ se llevaría al cine todo han sido calamidades. Primero, porque son unas obras hiperpopulares en Inglaterra y escritas bastante antes que la saga Potter; y segundo porque desde el principio se supo que su director, David Cunningham, se iba a permitir ciertas licencias en la adaptación que no eran del agrado de los fans.
La tercera calamidad ha sido su taquilla…y la cuarta puede ser esta pequeña opinión de un espectador que se ha equivocado en la elección. ‘Los Seis signos de la Luz’ puede ser un feliz entretenimiento de tarde para un niño de menos de 10 años, pero para el adulto que le acompaña es una tortura pura y dura.
Cuanto mal ha hecho la franquicia de Harry Potter a las subsiguientes adaptaciones de literatura fantástica infantil. Algunas pasaron el listón, como ‘Narnia’, y otras han sido un plomazo, como ‘Eragon’. La buena noticia es que ‘Los seis signos’ es mejor que ‘Eragon’. La mala es que vuelve a ser una amalgama de elementos comunes en la anteriores: menores de edad como elegidos de algo muy importante, poderes sobrenaturales para ayudar al menor de edad, un consejo de supervisión del menor de edad conformado por un mentor que haba siempre en enigma, y un tenebroso villano de negro con deseos irrefrenables de eliminar al meno de edad. Nada nuevo.
Will Shanton (Alexander Ludwig) se ha mudado desde América hasta Inglaterra y está algo descolocado. Le gusta una chica de su clase que podría ser su madre y se prepara para celebrar su 14 cumpleaños. Justo entonces descubre que es parte de una profecía de guerreros de la Luz que deben combatir la Oscuridad, que a manos del villano de turno (Christopher Eccleston) tiene todas las papeleteas para un regreso triunfal aniquilando el mundo de paso, Para acompañar al joven y contar la trama está Merriman (Ian McShane), que le alentará para encontrar los seis signos y evitar el desastre.
La verdad es que la historia tiene todos los ingredientes para haberse convertido en una cinta muy amena e interesante, pero da la impresión que el propio director ha saboteado la película entera. La historia se cuenta de forma confusa y bastante enrevesada, sin que el muchacho tenga muchos problemas en eso de enfrentarse a múltiples peligros y salir de todos ellos airoso con experiencia cero. Se han cogido escenas e ideas de Potter, se coge otro poquito de clásicos de aventuras y según he leído le han metido algo de la novela original: creo que han sido 3 nombres y poco más.
Cierto es que entre el guionista y el director le han dado ritmo a la trama y los personajes no se paran mucho a mirar las estrellas, pero a todos ellos le faltan magia, una magia que encontramos en ‘La Princesa Prometida’, o ‘La Historia Interminable’, y de la que carecía ‘Eragon’, por poner un ejemplo más reciente. El primero que no se cree nada de lo que está haciendo es el chaval protagonista del film, Alexander Ludwig, que me da la impresión está constantemente pensando ‘me voy a forrar haciendo secuelas como Radcliffe’. Está sobreactuado y es una auténtica estatua en la mayoría de secuencias. Así no se puede mantener el film y terminas cansándote del que supuestamente es héroe de la historia.
Ni hablar del villano, Christopher Eccleston, y aclamado ‘Dr. Who’ en su regreso triunfal en el 2.005. Una sombra de lo que es y hasta su papel como hombre invisible en la serie ‘Héroes’ tiene más fundamento en una toma de 10 segundos que en toda la hora y media que dura este film. Me preguntó que le llevó a aceptar tan lamentable personaje.
De los efectos especiales puedo esperar que no hayan contratado a la Light&Magic, pero el recurso de cuervos volando está muy visto y el resto son de miniserie de televisión. Mal, muy mal si pretendían que eso fuera punto fuerte para atraer al público.
Pero claro, todo lo que digo es aplicable a aquellos que ya hemos visto mucho en pantalla y superamos la edad legal para beber, por eso ‘Los Seis Signos de la Luz’ emite unas ondas imperceptibles para mí y que sin embargo llegan clarísimas a un crío de 9 años, al que esto es lo más grande que ha visto en los últimos dos días junto a un especial de la WWE.
Bloody Will
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