martes, 23 de octubre de 2007

La joven Jane Austen

País: Reino Unido Año: 2007
Director: Julian Jarrold

Es cierto. Todo. Una película bien filmada, de bella plástica, sin apenas tacha, con unos intérpretes comedidos como requiere la trama, y todo ajustado a derecho y a veces al revés, según decía el relato, pero... Sí, claro, hay un pero y es muy gordo. Es una película sobre
Jane Austen que, a su vez, escribió todos los bellos relatos que igualmente dieron vida a buenas películas: "Orgullo y prejuicio" o "Sentido y Sensibilidad", la mayoría de ellas trazadas sobre el mismo plano: la injusticia de toda una sociedad victoriana en el trato a la mujer, sobre sus destinos marcados y todo eso.Vale, ya lo sabemos, pero sucede que la mayoría de sus obras ahora filmadas tratan sobre la vida misma de Jane Austen, que escribió sus propias vivencias, las mismas injusticias que sufrió y el absurdo desvarío de una sociedad trasnochada. Esta obra habla pues de la vida real de una escritora que escribió casi biografías encubiertas. Resumiendo, estamos ante más de lo mismo y, francamente, ya harta.

Que sí, que fue una mamarrachada de las viejas damas obsoletas, envidiosas que sólo sabían jugar al parchís, pero por mucho que
Julian Jarrold vista la historia de colores diversos y de pañuelos con encajes variados, al fin y al cabo sigue siendo la misma historia de siempre. Y esto ya lo hemos visto una y otra y otra vez.

De cualquier forma, una vez dicho esto, hay que señalar que la factura en sí del producto es estupenda. Hathaway, de la que uno francamente no esperaba gran cosa, hace un alarde de bella y contenida sobriedad que enaltece la película. Pero sobre todo, la misma no pierde sus señas de identidad, que son británicas, y eso siempre es de agradecer. Cine teatralizado, elegante diseño, muy buenos actores en acción y una agilidad que generalmente no suele verse en películas de este diseño.

De cualquier forma, sería conveniente que en este tipo de géneros se empiecen a buscar otras vías que no sean la de la sábana en la butaca y el victimismo social porque seguro que había más vida que el gato en regazo y las solteronas frustradas para toda la vida, que de aquellas tormentas han venido muchos lodos y no conviene seguir regodeándose en ellos, aunque vengan con un lazo azul y una diadema de bellos colores bajo el brazo.

Autor: JOSÉ MANUEL CUELLAR

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