domingo, 2 de septiembre de 2007

Evolución de la Biología.

La Biología ha llegado a un punto de su evolución en el que las consecuencias de sus descubrimientos van a alcanzar al hombre mismo. Si no se puede hacer otra cosa que aplaudir las conquistas que hacen de esta joven ciencia una especie de magia positiva, ¿cómo privarse de un poco de emoción viéndola extender continuamente su imperio y próxima a ensañar sus poderes sobre la persona humana intocable hasta ahora?. Los sabios juegan en sus laboratorios con insectos, ranas y aves. Éste invierte el sexo de un pollo introduciendo en el embrión una sustancia química. Aquél, picando un huevo con un estilete cargado de sangre, trae la existencia a un renacuajo sin padre. A este otro no le hace falta sino una gota de linfa para cambiar el color de los ojos de una mosca... Y mañana, ¿podremos hacer otra cosa que utilizar por nuestra cuenta esas recetas extrañas?. Mañana, nuestros propios hijos servirán de material de experimentación. Se determinará su sexo; se les impondrá, afuerza de hormonas suplementarias, una personalidad física y moral. A este respecto, al menos, no envidiamos demasiado al futuro. En cuanto a mí, prefiero haber vivido en la época bárbara, cuando los padres tenían que contentarse con los dones del azar; pues dudo que estos hijos rectificados y calculados, inspiren los mismos sentimientos que nos inspiran los nuestros, por muy fortuitos, imperfectos y decepcionantes que sean.

El Hombre y la Vida
Jean Rostand (Marsella, 1894-1977)
(Biólogo francés)

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