Vuelta a España 2007
Menchov, el campeón sigiloso
Afincado en Navarra desde hace 10 años, el ruso, enemigo de protagonismos, ya piensa en el Tour tras adjudicarse ayer su segunda Vuelta
Bennati se lleva el sprint de Madrid
La última etapa, que como es tradicional terminó en La Castellana de Madrid, pero no en las cercanías del Bernabeu, sino junto al monumento a La Cibeles, terminó con un duelo bilateral entre los dos velocistas italianos que han sobrevivido hasta el final en la Vuelta: Alessandro Petacchi y Daniele Bennati. Este último fue quién se llevó el triunfo tras una pelea por velocidad que duró los últimos 200 metros. Bennati es el único corredor que ha sido capaz de ganar la última etapa en el Tour (en París, este año) y en La Vuelta. "Dedico el triunfo a Ballerini, el seleccionador italiano, que no ha creído conveniente llevarme al Mundial", ironizó.
"¿Si este es mi mejor triunfo?, es difícil de decir... aunque es mi victoria más importante y, bueno, sí es el mejor".
En el año 2000, una vez en la categoría profesional, se reveló como un corredor completo, de buenos reflejos y amplias posibilidades. Pero antes debía aprender. Poco dado a la comunicación, se movía casi sigilosamente y siempre junto a su íntimo amigo y compatriota Vladimir Karpets. El año 2001, sin embargo, consiguió su primer triunfo importante imponiéndose en el Tour de Porvenir. Fue toda una premonición.
"Ahora soy un corredor más maduro que cuando gané en el 2005, la Vuelta por primera vez. Es normal porque han pasado dos años. Pero aquel triunfo no cambió nada mi vida, pero eso sí, sirvió para poder triunfar ahora. El maillot oro de la Vuelta 2005 la tengo en un marco en mi casa y este lo pondré a su lado". Pero hay una diferencia entre el triunfo del 2005 y el de ahora; entonces no pude disfrutar del último día de la prueba, vestido de oro"
Al año siguiente, disfrutando ya de la plena confianza de Eusebio Unzué, logró un triunfo de etapa en el Dauphiné Liberé y en el 2003, en la Clásica de los Puertos. Su carrera iba paso a paso, lentamente. Pero como se ha visto ahora, las bases se asentaban con enorme firmeza.
El secreto, la regularidad
"No me puedo quejar de mi rendimiento en esta Vuelta. No he tenido ni un bajón, he estado regular. Mi mejor momento lo tuve en el bloque Pirineos y contrarreloj, que eran los puntos claves de esta edición".
El año 2004 fue el último de su época en los equipos de Echávarri y también el más productivo. Vestido con el maillot del Illes Balears ganó una etapa de París-Niza, la Vuelta al País Vasco más una etapa. Una etapa de la Vuelta a Aragón y, por primera vez, una etapa de la Vuelta a España. Tras esta ya brillante temporada, el Rabobank se fijó en él y el ruso cambió de aires. En el 2005 fichó por el Rabobank, que tenía en Freire una primera figura para los sprints y necesitaba algo así para las grandes vueltas. Su debut no pudo ser mejor: ganó la Vuelta a España y dos etapas de esta carrera, aunque fue después de la descalificación de Roberto Heras por dopaje.
El año 2006 continuó en el Rabobank su ascendente trayectoria consiguiendo una etapa del Tour y terminó sexto de la general, su mejor clasificación. También ganó una etapa en el Dauphiné.
Lo mejor estaba por llegar. "Comencé a pensar en la Vuelta dos días después de la etapa de Briançon del Tour de Francia. Allí supe que no tenía opciones en la general y me dediqué a ayudar a mi compañero a ganar. Lo hice pensando: voy a aprovechar mi estado físico en la Vuelta a España".
"No sé si el hecho de vivir en España me ha ayudado o no a ganar esta Vuelta. Yo creo que ha sido más bien una coincidencia. Tengo cualidades para ganar una grande y vivo en España, por lo tanto conozco bien este país y a sus habitantes".
Después de esta victoria en la Vuelta –"que en los próximos días pienso disfrutar al máximo", apunta–, el año que viene será el Tour "mi principal objetivo. Además, por orden cronológico, en el calendario es la primera de las grandes que voy a disputar".
Este año salió dispuesto a hacerlo bien en un Tour que comenzaba sin un claro favorito. Pero en Tignes perdió 20" respecto a los demás candidatos y se desanimó. Entonces se dedicó a ayudar a Rasmussen y cuando este fue expulsado, se marchó enfadado al día siguiente. Preparó muy bien la Vuelta, a la que llegó más en forma de lo que nunca lo había estado. Ganó la etapa de Andorra y ayer, en la Castellana, la clasificación general final.
"Ahora disfrutaré de este triunfo, estaré con la familia, que es lo más importante para mí, e iré al Mundial. A ver si tengo un buen día y puedo aprovechar mis condiciones actuales. Pero sobre todo quiero gozar con el triunfo en la Vuelta, una carrera que en Rusia consideran importantísima y siguen con mucho interés".
Vía: MundoDeportivo
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