viernes, 7 de septiembre de 2007

Amigo ...

I
Amigo, llévate lo que tu quieras,
penetra tu mirada en los rincones,
y si así lo deseas, yo te doy mi alma entera,
con sus blancas avenidas y sus canciones.

II
Amigo, con la tarde haz que se vaya
este inútil y viejo deseo de vencer.

Bebe en mi cántaro si tienes sed.
Amigo, con la tarde haz que se vaya
este deseo mío de que todo el rosal me pertenezca.
Amigo, si tienes hambre come de mi pan.

III
Todo, mi amigo, lo he hecho para ti. Todo esto
que sin mirar verás en mi estancia desnuda:

todo esto que se eleva por los muros derechos
-cómo mi corazón- siempre buscando altura.

Te sonríes, amigo. ¡Que importa! Nadie sabe
entregar en las manos lo que se lleva adentro,
pero yo te doy mi alma, ánfora de mieles suaves,
y todo te lo doy... Menos aquel recuerdo...
...Que en mi heredad vacía aquel amor perdido
es una rosa blanca que se habré en el silencio...

Pablo Neruda

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