Historia de Las Mareas Negras
La primera marea negra con graves consecuencias ocurrió en marzo de 1967 cuando el superpetrolero de 120.000 toneladas Torrey Canyon embarrancó en Cornwall, Inglaterra. Se derramaron 120.000 toneladas de crudo y la marea negra afectó las costas de Cornwall, isla de Guernsey y la Bretaña Francesa, principalmente Treguier.
La pesca quedó en ruinas y murieron más de 200.000 aves.
El operativo de limpieza utilizó efectivos militares y voluntarios y, por la falta de experiencia en este tipo de sucesos, se produjeron daños peores que los que se pretendía evitar al dispersar más de 15.000 toneladas de detergente que se sumaron al vertido acabando con flora y fauna. Las autoridades decidieron bombardear el buque e incendiarlo para lo cual se lanzaron 1.000 bombas, 44.000 litros de queroseno, 12.000 litros de napalm y 16 misiles que crearon una enorme cortina de humo negro que duró casi un mes, hasta que el buque desapareció de la superficie.
Tres años después, el Polycommander embarrancó cerca de las Islas Cies en Galicia, vertiendo 116.000 toneladas de crudo que afectaron Bayona y Panzón.
Al año siguiente el petrolero estadounidense Texaco Oklahoma se hunde en las proximidades del Cabo Aterras, en la costa este de Estados Unidos, derramando 33.000 toneladas de crudo.
En junio de 1972 el buque Trader derrama 35.000 toneladas de crudo al sur de Grecia. Dos meses después colisionan en la costa sudafricana los petroleros de bandera liberiana Taxanita y Oswego Guardian derramando otras 10.000 toneladas de crudo. En diciembre del mismo año naufraga en el Golfo de Amán el Sea Star que vierte 115.000 toneladas de crudo.
En el año 1974 se produjeron dos nuevos accidentes, en agosto embarranca en el estrecho de Magallanes el Metula de 206.700 toneladas que arruina 150 kilómetros de la costa chilena con 50.000 toneladas de petróleo.
La pesca quedó en ruinas y murieron más de 200.000 aves.
El operativo de limpieza utilizó efectivos militares y voluntarios y, por la falta de experiencia en este tipo de sucesos, se produjeron daños peores que los que se pretendía evitar al dispersar más de 15.000 toneladas de detergente que se sumaron al vertido acabando con flora y fauna. Las autoridades decidieron bombardear el buque e incendiarlo para lo cual se lanzaron 1.000 bombas, 44.000 litros de queroseno, 12.000 litros de napalm y 16 misiles que crearon una enorme cortina de humo negro que duró casi un mes, hasta que el buque desapareció de la superficie.
Tres años después, el Polycommander embarrancó cerca de las Islas Cies en Galicia, vertiendo 116.000 toneladas de crudo que afectaron Bayona y Panzón.
Al año siguiente el petrolero estadounidense Texaco Oklahoma se hunde en las proximidades del Cabo Aterras, en la costa este de Estados Unidos, derramando 33.000 toneladas de crudo.
En junio de 1972 el buque Trader derrama 35.000 toneladas de crudo al sur de Grecia. Dos meses después colisionan en la costa sudafricana los petroleros de bandera liberiana Taxanita y Oswego Guardian derramando otras 10.000 toneladas de crudo. En diciembre del mismo año naufraga en el Golfo de Amán el Sea Star que vierte 115.000 toneladas de crudo.
En el año 1974 se produjeron dos nuevos accidentes, en agosto embarranca en el estrecho de Magallanes el Metula de 206.700 toneladas que arruina 150 kilómetros de la costa chilena con 50.000 toneladas de petróleo.
Ese mismo año se ven afectadas las costas de Irlanda y Francia por el choque de dos petroleros y en Marsella, una maniobra errónea causa una marea negra.
Al año siguiente en el Océano Indico se hunde el Showa Maru con 237.000 toneladas de petróleo en los tanques.
En enero de 1975, el buque de bandera francesa Olimpyc Braveary se parte en dos frente a la costa de Quessant (Francia), con unas 250.000 toneladas de petróleo en sus tanques.
Al año siguiente en el Océano Indico se hunde el Showa Maru con 237.000 toneladas de petróleo en los tanques.
En enero de 1975, el buque de bandera francesa Olimpyc Braveary se parte en dos frente a la costa de Quessant (Francia), con unas 250.000 toneladas de petróleo en sus tanques.
Cuatro meses después el Urquiola encalla en La Coruña y derrama 20.000 toneladas de crudo que afectan El Ferrol, Ares y la Coruña.
En 1978 ocurre uno de los peores vertidos de hidrocarburos de la historia cuando el Amoco Cádiz derrama 1,6 millones de barriles de crudo frente a las costas francesas de Bretaña.
En el año 1979 un pozo petrolífero en el Golfo de México derrama 560 millones de litros de petróleo, uno de los más grandes de todos los tiempos, solo superado en la Guerra del Golfo.
Un mes después colisionan el Aegean Captain y Atlantic Empress vertiendo 140.000 toneladas de crudo en las cercanías de trinidad y Tobago.
Cuatro meses más tarde, el Burmah Agate colisionó con el Mimosa, en el Golfo de México. Se estimó un vertido de hidrocarburos de 650.000 litros en el medio marino, sin embargo, alrededor de 1.900.000 litros ardían en la atmósfera.
El 5 de agosto de 1983 el petrolero español Castillo de Bellver naufraga en el Cabo de Buena Esperanza, frente a Sudáfrica y vierte 250.000 toneladas de petróleo. Pasados diez años se vuelve a producir un nuevo vertido procedente de los 100.000 litros que permanecían en los tanques debido a la corrosión del casco. Ese mismo año, durante el conflicto Irán-Irak, se produjo en el campo de Nowruz, en el golfo Pérsico, un vertido de 540.000 toneladas de petróleo procedentes de las plataformas petrolíferas
En marzo de 1989, el petrolero Exxon Valdez derramó 40.000 toneladas de crudo en Alaska. En una sola semana generó una marea negra de 6.700 km2, poniendo en peligro la fauna silvestre y las pesquerías de la zona. Es considerado uno de los más grandes desastres en la historia de las mareas negras.
No había pasado el efecto cuando tres meses después el petrolero maltés Puppy aborda a otro buque cerca de Bombay, en La India y derrama 40.000 toneladas de crudo.
En diciembre del mismo año, el petrolero iraní Khark se accidenta frente a las costas de Marruecos, vertiendo al mar más de 25.000 toneladas de crudo.
El 6 de marzo de 1990, el Cibro Savannah, explota y se incendia en Linden, New Jersey, vertiendo alrededor de 32.000 litros de hidrocarburos.
En junio, el Mega Borg derrama 20,5 millones de litros de hidrocarburos al sur-sureste de Galveston, Texas, tras un accidente y posterior incendio.
El 16 de septiembre, el Júpiter, que transportaba gasolina, arde por completo en City Bay, Michigan, por un incendio declarado a bordo.
El 11 de abril de 1991, el petrolero de bandera chipriota Haven protagonizó una explosión con posterior incendio en el puerto de Génova (Italia), causando un vertido de 80.000 toneladas de crudo que generó una mancha de 25 km2.
En 1978 ocurre uno de los peores vertidos de hidrocarburos de la historia cuando el Amoco Cádiz derrama 1,6 millones de barriles de crudo frente a las costas francesas de Bretaña.
En el año 1979 un pozo petrolífero en el Golfo de México derrama 560 millones de litros de petróleo, uno de los más grandes de todos los tiempos, solo superado en la Guerra del Golfo.
Un mes después colisionan el Aegean Captain y Atlantic Empress vertiendo 140.000 toneladas de crudo en las cercanías de trinidad y Tobago.
Cuatro meses más tarde, el Burmah Agate colisionó con el Mimosa, en el Golfo de México. Se estimó un vertido de hidrocarburos de 650.000 litros en el medio marino, sin embargo, alrededor de 1.900.000 litros ardían en la atmósfera.
El 5 de agosto de 1983 el petrolero español Castillo de Bellver naufraga en el Cabo de Buena Esperanza, frente a Sudáfrica y vierte 250.000 toneladas de petróleo. Pasados diez años se vuelve a producir un nuevo vertido procedente de los 100.000 litros que permanecían en los tanques debido a la corrosión del casco. Ese mismo año, durante el conflicto Irán-Irak, se produjo en el campo de Nowruz, en el golfo Pérsico, un vertido de 540.000 toneladas de petróleo procedentes de las plataformas petrolíferas
En marzo de 1989, el petrolero Exxon Valdez derramó 40.000 toneladas de crudo en Alaska. En una sola semana generó una marea negra de 6.700 km2, poniendo en peligro la fauna silvestre y las pesquerías de la zona. Es considerado uno de los más grandes desastres en la historia de las mareas negras.
No había pasado el efecto cuando tres meses después el petrolero maltés Puppy aborda a otro buque cerca de Bombay, en La India y derrama 40.000 toneladas de crudo.
En diciembre del mismo año, el petrolero iraní Khark se accidenta frente a las costas de Marruecos, vertiendo al mar más de 25.000 toneladas de crudo.
El 6 de marzo de 1990, el Cibro Savannah, explota y se incendia en Linden, New Jersey, vertiendo alrededor de 32.000 litros de hidrocarburos.
En junio, el Mega Borg derrama 20,5 millones de litros de hidrocarburos al sur-sureste de Galveston, Texas, tras un accidente y posterior incendio.
El 16 de septiembre, el Júpiter, que transportaba gasolina, arde por completo en City Bay, Michigan, por un incendio declarado a bordo.
El 11 de abril de 1991, el petrolero de bandera chipriota Haven protagonizó una explosión con posterior incendio en el puerto de Génova (Italia), causando un vertido de 80.000 toneladas de crudo que generó una mancha de 25 km2.
Durante la guerra del golfo Pérsico, otras 460.000 toneladas fueron derramadas por efecto de los ataques aéreos a refinerías de petróleo y buques de transporte de crudo, que produjeron daños a toda la vida marina de la zona. Un efecto ecológico de importancia se dio cuando Irak intento dificultar el avance aliado, arrojando al golfo más de una decena de millones de barriles de crudo. Está considerada como el mayor derrame petrolero de la historia
El año 1992 se despide con el accidente del Aegean Sea que encalla frente a la costa de La Coruña. El buque se incendia y se hunde, no sin antes generar una marea negra, y perderse en la atmósfera grandes cantidades de crudo en forma de una inmensa columna de humo.
El 5 de enero de 1993, el petrolero Braer naufraga en la costa de las Islas Shetland. Las 85.000 toneladas de petróleo que vierte dañan únicamente a las piscifactorías locales y poblaciones de aves marinas gracias a la acción favorable del viento, estado sumamente agitado del mar y densidad del petróleo derramado, que quedó dispersado en pocos días.
Quince días después, el petrolero de bandera danesa Maersk Navigator, con 255.000 toneladas de crudo, aborda frente a la isla Indonesia de Sumatra al petrolero japonés Sanko Honor con 96.000 toneladas.
El año 1992 se despide con el accidente del Aegean Sea que encalla frente a la costa de La Coruña. El buque se incendia y se hunde, no sin antes generar una marea negra, y perderse en la atmósfera grandes cantidades de crudo en forma de una inmensa columna de humo.
El 5 de enero de 1993, el petrolero Braer naufraga en la costa de las Islas Shetland. Las 85.000 toneladas de petróleo que vierte dañan únicamente a las piscifactorías locales y poblaciones de aves marinas gracias a la acción favorable del viento, estado sumamente agitado del mar y densidad del petróleo derramado, que quedó dispersado en pocos días.
Quince días después, el petrolero de bandera danesa Maersk Navigator, con 255.000 toneladas de crudo, aborda frente a la isla Indonesia de Sumatra al petrolero japonés Sanko Honor con 96.000 toneladas.
El 10 de agosto, colisionan tres buques en la bahía de Tampa; el Bouchard B155, el Balsa 37 y el Ocean 255. El Bouchard B155 derramó alrededor de 84.000 litros de combustible que se extendió por toda la bahía.
El 18 de agosto, colisionan en el golfo de Fos-sur-mer (Francia), un petrolero y un submarino francés de propulsión nuclear, vertiéndose al mar unas 2.800 toneladas de petróleo. En este suceso, además del vertido, se suma el peligro de un accidente nuclear.
El año 1994 comienza con la explosión en el mar de China, a 530 Km. de Hong Kong, del petrolero con bandera de Malta Cosmas, que transportaba 23.000 toneladas de crudo. En octubre de ese año, en la antigua Unión Soviética, se vierten entre 60.000 y 80.000 toneladas de petróleo por la rotura de un oleoducto cerca de Usinsk, debido al abandono y corrosión de los materiales.
El 13 de marzo, colisionan en el Estrecho del Bósforo el petrolero Nassia y un carguero, ambos de bandera Chipriota, incendiándose y vertiéndose al mar unas 5.000 toneladas de crudo.
En febrero, el petrolero Liberiano Sea Empress embarranca en la costa de Gales, derramando 70.000 toneladas de crudo.
También en febrero, el petrolero de bandera panameña San Jorge encalla frente a las costas de Uruguay, derramando al mar una parte importante de las 80.000 toneladas de hidrocarburos que portaba en sus tanques.
En enero de de 1997, cinco millones de litros de combustible muy denso fueron vertidos en el mar del Japón por el petrolero ruso Najodka, tratándose de la mayor catástrofe de este tipo en esa región en 20 años. La costa occidental del Japón quedó cubierta por densas manchas en cientos de kilómetros, causando graves daños a la industria pesquera, reservas naturales, playas, etc.
El 12 de diciembre de 1999, el petrolero Erika, de bandera de Malta, cargado con 31.000 toneladas de combustible diesel-oil pesado del nº 2, se hunde frente a las costas de Bretaña (Francia), provocando un gran desastre ecológico al derramar entre 7.000 y 10.000 toneladas de sus tanques. La marea negra que se generó alcanzó y devastó los recursos naturales a lo largo de unos 420 Km. de costa, además de sectores económicos clave de esa región, como el turismo o la pesca. La fauna quedó seriamente afectada, considerándose como la mayor catástrofe ornitológica sucedida en toda la zona del litoral atlántico; se estima que ocasionó la muerte de entre 100.000 y 300.000 aves.
En octubre de 2000, el petrolero panameño Natuna Sea derrama unas 7.000 toneladas de crudo frente al estrecho de Singapur.
El 16 de enero de 2001, el buque tanque Jessica de bandera ecuatoriana, durante una operación rutinaria de transporte de combustible, embarrancó frente al archipiélago de las Galápagos, desgarrando los tanques de estribor y derramando más de 600.000 litros de fuel-oil pesado y diesel-oil. El rápido despliegue para la recogida de residuos, el fuerte oleaje del lugar, y las características de las playas y litoral de las islas favorecieron las labores de limpieza y minimizaron la catástrofe.
En marzo del mismo año, colisionan dos buques de carga en el mar Báltico, provocando un vertido de 1.900 toneladas de crudo frente a las costas de Dinamarca.
Y llegamos al 19 de noviembre de 2002, cuando el petrolero Prestige se hunde después de varios días de maniobras que ameritarán una aclaración sobre la responsabilidad de quienes tomaron algunas decisiones, cuando menos polémicas, a 133 millas del cabo Fisterra, y a 3.500 metros de profundidad, conservando en sus tanques unas 70.000 toneladas de fuel-óleo. Durante su remolque y posterior hundimiento, el Prestige generó una gran marea negra que alcanzó zonas muy sensibles de la costa gallega, bancos pesqueros y recursos marisqueros, además de afectar a decenas de miles de aves de diferentes especies. Posteriormente la marea negra alcanzó las costas de Asturias, Cantabria y Euzkadi.
Y según parece, lo peor está por llegar.
www.iesgalileo.org/.../med_amb/his_negra.htm
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