Ryder Cup 2008, La revancha de los novatos
Los augurios de EE UU para la 37ª Ryder Cup eran harto pesimistas. A saber; Europa había ganado las tres últimas ediciones (y ocho de las últimas once); las estrellas europeas, encabezadas por Sergio García, Lee Westwood y Predrag Harrington, aterrizaban por vez primera en Louisville (Kentucky) como favoritos en suelo americano; y además, contaban con seis novatos. ¿Alguien apostaría su dinero por ellos? Pocos, y muy patriotas. Pero los que lo hicieron, acertaron de pleno.
Ayer la historia pesó más que el favoritismo en el Valhalla Golf Club y los estadounidenses arrebataron la Ryder Cup a Europa por cinco puntos de distancia (16,5 a 11.5). "Mis jugadores se han dejado el alma esta semana", reconocía un eufórico Paul Azinger, el capitán estadounidense, que ha levantado con sus gestos este fin de semana a los 40.000 aficionados que acudieron al torneo. "La afición estuvo increíble. No puedo ser más feliz", dijo. EE UU ganó con sed de venganza. Y con ansia de finiquitar la sequía que perduraba desde 1999, cuando un putt de Justin Leonard provocó la invasión del campo de Brookline. Aquel fue su último triunfo. Desde entonces, la nada.
Pero los fotógrafos no buscaron ayer a Leonard. Ni siquiera a Jim Furyk, que ganó al malagueño Miguel Ángel Jiménez el punto definitivo para su país. Los protagonistas, ayer, fueron los rookies estadounidenses. Primero, el gordito y risueño Bo Weekley. Después, el pegador local J. B. Holmes, que aclamado por sus paisanos sobrepasó al danés Hansen. Y principalmente, el californiano Anthony Kim. El número 10 del mundo, abrió la jornada de individuales junto a Sergio García, el golfista con mejor balance en Ryders de los presentes en Valhalla, y a quien el rookie de 23 años infligió una humillante derrota -5&3, el mayor margen logrado por un novato desde 1999-. "Siento escalofríos. No cambio esto ni por 10 millones de dólares", dijo Kim en el green del 13, donde acabó su partido ante el español. La derrota de Sergio culminó un torneo mediocre para el golfista español, que tenía el mejor balance en Ryder Cup de los presentes en Valhalla, y que se marcha sin ganar un sólo partido.
Es la 25ª Ryder Cup para EE UU, un torneo bianual nacido en 1925, y que regresa ahora al país que, con 28 millones de practicantes, es la primera potencia mundial. El torneo, además, tiene a su perdedor identificado. Un loco. Un ególatra, decían los medios. Los reproches hacia el inglés Nick Faldo se han sucedido estos días. El capitán europeo, de 51 años, ha sido muy criticado por sus decisiones. "Ha perdido el norte", comentaban los medios ingleses por su decisión de no convocar a Darren Clarke, o no contar con Sergio y Westwood para los foursomes del sábado. "Hay que felicitar a Paul. Han sido mejores que nosotros", confesó ayer resignado Faldo que se acercó en su carrito al green del 18 para felicitar a Paul Azinger.
Los europeos dejan así escapar un torneo minúsculo en tamaño, pero gigante en repercusión, y que Europa intentará recuperar dentro de dos años, en el Celtic Manor Resort de Gales.
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HÉCTOR M. GARRIDO 22/09/2008
EL PAÍS
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