miércoles, 10 de octubre de 2007

Fingiré ... (relato de vida y muerte)

Desnuda en esa cama, ardiendo en calor y sudor, sabes -y yo sé- que este es el día. Deseas hablar y no te he dejado, quiero que guardes tu aliento para un mañana que no existirá. Me acerco y te prometo: Fingiré estar muerto, fingiré estar muerto cada nuevo año y cada nuevo día, una, dos, tres veces talvez. Fingiré estar muerto para encontrarte, besarte y dormir en tu regazo otra vez. Fingiré estar muerto para volverte a ver. Pero mi promesa no la entiendes y no la escuchas, porque ya has dejado de respirar y te has comenzado a enfriar.
Ha pasado un año y finjo estar muerto. Mis vísceras y sangre fuera de mí. Me alimento de ellas junto con los cuervos. Negro, rojo, blanco, gris, veo miles de caras pero no la tuya, te busco y no estás. Negro otra vez.

Es 21 de septiembre y finjo estar muerto otra vez. Estigmatizo mis muñecas, ahora tengo sangre para beber. El cielo, que alguna vez fue azul, se nubla de espectrales formas, abismo de miles de rostros. Busco tu desnudez, busco tus lágrimas, por más que busco no estás. Negro otra vez.

Una nueva primavera (u otoño talvez) Finjo estar muerto. Son 83 pequeñas para verte, para verte y tocarte como ansía mi ser. El vómito no me detiene, lo sorbo y se contenta mi sed. Me asomo al Hades infinito por tercera vez. Te busco, te busco desesperadamente y tu no estás. Busco tus ojos, busco tu boca y su miel pero no, no estás. Negro otra vez.

No fingiré más, me he dado cuenta y sé que no me quieres ver. Buscaré y amaré a otra mujer y te odiaré, si, te odiaré porque te amé y no me quisiste ver. Nunca más fingiré.

Ahora, ya viejo, no pienso en los tres años de muerte y resurrección en que te busqué. Mis afanes disiparon el amor y el odio que por ti acuné. Nunca dejé de sentir el palpitar de esta espina en mi sien, mas tengo tranquilidad en mí ser.

Pero viene ese maldito y extraño ente, ése que en estertóreos vocablos me entrega tus últimas palabras, ésas perdidas, ahogadas, no dichas (no recuerdo por qué) Palabras que resuenan como lagrimas de sangre en mis oídos y en mi cansado corazón: “Fingiré estar viva. Fingiré estar viva cada 21 de septiembre, uno, dos, tres años tal vez, para amarte, tocarte y ser tuya otra vez.”
...
Tres lágrimas y mi angustia bastan para no ser, aquí estoy con el corazón apagado, muerto en mi soledad, porque sé que me buscaste, me odiaste, me olvidaste... Y yo, yo a ti también.


Texto: Tino RO
Imagen: Cariátide y gárgola 2 óleo sobre tela - 1998
Jorge Salort

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