lunes, 8 de octubre de 2007

El Cuervo Negro

Pero a veces la expectación por las cosas nuevas hacía que todos se sintieran inquietos y ávidos, como si supieran que aquel viaje determinaría grandes cambios no solo en el paisaje, sino también en sus vidas; y, en medio de la oscuridad y del silencio que precedían al sueño, los hijos formulaban a la madre las eternas preguntas... y no había pregunta a la que la madre no supiera responder.

- ¿De dónde viene toda esta nieve, mamá?
- La nieve es la sangre de los muertos. Hay muchos muertos, por eso hay tanta nieve.
- ¿Y el trueno? Alguien siempre se pregunta qué es el trueno.
- Dos espíritus que disputan entre sí producen el trueno. Casi siempre son espíritus hembras.
- ¿Y los relámpagos?
- También. A fuerza de disputar, los espíritus terminan casi siempre volcando la lámpara, lo cual produce los rayos. Esa es la razón por la que los truenos y los relámpagos siempre vienen juntos.
- ¿Y las estrellas fugaces?
- Lágrimas de estrellas, naturalmente. ¿Qué otra cosa podían ser?
- Es verdad. Sin embargo, nunca lo había pensado.


- ¿Quién hizo los primeros hombres?
- El Cuervo Negro.
- ¿Y quién lo hizo a él?
- Una vez la costra helada se partió con inmenso fragor y ese estruendo formó al Cuervo. Era Negro, porque reinaba noche profunda. Como se aburría, hallándose completamente solo en la noche oscura, decidió hacer pequeños hombres con montoncitos de barro. Los hombres aburridos a su vez porque no tenían a nadie con quien reñir, hicieron pequeñas mujeres con montoncitos de nieve.
-¿Y dónde está ahora el Cuervo?
- Está muerto. Los pequeños hombres, apenas crecieron, lo mataron.
- Pero, ¿por qué?
- Para comérselo... Y lo hicieron antes de haber tenido tiempo de comprender que solo él habría podido impedir que los hombres murieran.


- Esto me recuerda una pregunta que hace mucho quería hacerte. ¿Adónde van nuestras almas cuando morimos?
- Hay tres paraisos: el primero está en el aire, el segundo en la tierra y el tercero en el fondo del mar.
- ¿Qué aspecto tiene el alma?
- Se asemeja a la persona que la lleva, pero es mucho más pequeña.
- ¿Cómo de pequeña?
- Como una de las garzas marinas menores.
- ¿Y que aspecto tienen los nombres de las personas?
- Parecido al de las almas, pero son aún más pequeños.
- ¿Viste alguna vez un alma?
- Yo no, pero mi madre si. Vió también la mía.
- ¿Verdaderamente la vió?
- ¿Por qué habría de decirlo si no la hubiera visto?
- ¿Y adónde van los nombres de los muertos?
- Vagan tristes y solitarios, por el aire frío, hasta que encuentran un nuevo cuerpo en el cual puedan albergarse. Por eso, siempre hay que dar a los niños y a los cachorros recien nacidos los nombres de los difuntos.
- ¿Y qué es lo que hace nacer a los niños y a los cachorros?
- El Espíritu de la luna, que tiene facciones humanas y el poder de hacer fecundas o estériles a las mujeres, de acuerdo con su capricho. Ve también todas las infracciones que los hombres hacen a los tabúes y castiga a los culpables.


- ¿Es realmente tan malo como se dice?
- Y aún más. Solo un espíritu es peor que éste: el de Sila, el hombre que vive en el cielo y ahuyenta al sol. A menudo arrebata de la tierra a un ser humano y se lo lleva.
- ¿Por qué son tan malos los espíritus?
- Son como los hombres. Los hay buenos y los hay malos. ¿Cómo podríamos ser buenos, si no hubiera gente mala? Sedna, por ejemplo, la mujer con cola de foca, que gobierna las criaturas marinas, es muy buena: ella nos envía buenos peces. Luego están también el espíritu del aire, que gobierna los vientos y que no es ni bueno ni malo. ¿Qué otra cosa querías saber?
- ¿Es que hay algo más que haya que saber?
Asiak meditó un instante antes de responder.
- En efecto, no hay ninguna otra cosa que saber.


El país de las sombras largas. Hans Ruesch.
posteado por Nightjar

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