domingo, 9 de septiembre de 2007

Foliculina y Testosterona

La más delicada de las mujeres debe lo más claro de su femineidad a cierto alcohol complejo o esteral que posee entre otras propiedades, las de modificar el plumaje de un capón e hichar la matriz de una rata.

En cuanto al hombre, le es forzoso admitir que debe su orgullosa virilidad a otro esterol, por lo demás, apenas diferente del primero y que hace oscurecer el pico de un gorrión y los pulgares de una rana.Estos dos principios - Foliculina y Testosterona - tan diversa y poderosamente morfogénicos, no se limitan a trabajar las acrnes, ellos afectan los instintos, las tendencias y los deseos; impregnando los sistemas nerviosos, dan color a los espìritus y a las almas; ellos presiden no solamente el contacto de la epidermis sino también el intercambio de las fantasías. De suerte que, ahí donde reina la Testosterona, el atractivo será más vivamente sentido por las formas que hayan modelado la Foliculina.

Quiérase o no y sea cual fuere el idealismo que se profese, el edificio del amor humano, con todo lo que esta palabra implica de bestialidad, de sublimación, de furor y de sacrificio, con todo lo que significa de ligero, de conmovedor o de terrible, está construido sobre nimias diferencias moleculares de algunos derivados del Fenantreno. ¿Es esto para despoetizar el amor? ¿O es para poetizar la química?.

El Hombre y la Vida
Jean Rostand (Biólogo francés)

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