sábado, 22 de mayo de 2010

Si la cosa funciona

TÍTULO ORIGINAL: Whatever Works
DIRECCIÓN: Woody Allen
INTÉRPRETES: Adam Brooks, Carolyn McCormick, Clifford Lee Dickson, Conleth Hill, Larry David
AÑO: 2009
GUIÓN: Woody Allen

Hitchcock recomendaba a Truffaut que si alguna vez se sentía perdido como creador o caminaba por el terreno de la duda y de lo confuso, debía refugiarse en lo ya conocido, que corriera a cubierto, al terreno de lo ya experimentado y de lo que a uno se le da bien. Eso siempre funciona. Woody Allen, como buen explorador, se permite de vez en cuando apartarse del camino conocido para emular a Bergman (como en Interiores, 1978) o para darse un paseo por Londres o Barcelona. Sin embargo, para satisfacción de muchos de sus seguidores, también es capaz de volver sobre sus pasos y plantarse de nuevo en su conocida Manhattan.

En Si la cosa funciona, Woody regresa a la Gran Manzana, a sus personajes neuróticos, a sus ataques de pánico existencial y a sus hilarantes diálogos llenos de malicia, chispa y de autoironía. Pero va más lejos, y es que hasta la fecha quizá sea ésta la película en la que más se ríe de sí mismo -de sí mismo y de todos nosotros- y se atreve a decirnos a la cara cosas que ni siquiera el mismísimo doctor House se atrevería.

Si la cosa funciona es la historia de Boris Yellnikoff (Larry David), un ex-profesor de Física cuántica, genio autoproclamado, grosero, con ningún sentido del tacto, que cree que posee una visión del mundo más amplia que la del resto de seres humanos y que se empeña en pregonar sus convicciones a todo aquel que se le acerca. Su airada rutina se ve alterada el día que encuentra a una inculta chica sureña durmiendo junto a su puerta. Acaba permitiendo que se quede en su casa hasta que consiga encontrar un trabajo y buscarse otro lugar, y eso altera su mundo y lo pone patas arriba.

Para los que piensen que las mejores películas de Woody Allen son aquellas en las que él mismo aparece como actor, que sepan que no lo echarán en falta en ésta, porque ha encontrado a un perfecto sustituto en Larry David (humorista y co-autor de Seinfield). El reparto lo completan Evan Rachel Wood (El luchador), fantástica en su personaje de ingenua paleta de Mississippi, y una versátil Patricia Clarkson (a la que también vimos el año pasado en Vicky Cristina Barcelona).

Al principio de la película el propio Boris Yellnikoff nos avisa de que él no es una persona agradable y que ésta no será una “feel-good movie”, no será una película de buenos sentimientos ni el “caramelito” de esta temporada. Pero eso es exactamente lo que es. Con mucha gracia y su puntito de crueldad Woody Allen construye una comedia sencilla sobre el amor, sobre el descubrimiento de uno mismo y sobre cómo todo lo demás no importa “si la cosa funciona”.

Por Carlos A. Cabrera

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