viernes, 11 de noviembre de 2011

Psicología

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Romance sobre una pregunta difícil"


-¿Por qué no escribes poemas de amor?-
me instó ella, con la confianza lógica
de quien busca respuestas perspicaces;
Al contestar, sentí una lenta atrofia
desde la lengua hasta los labios
que en agraz y risueña ceremonia
posponían los siguientes argumentos:
Porque todo amor es cual esa crónica
que narra su inicio como un cuento
y termina siendo una necrológica.
Porque el príncipe azul ha muerto
las prostitutas no son "Pretty woman"
y los ejecutivos con mucha pasta
están colgados de la "zarzamora"
esa Blackberry con la cual te escriben:
"Tengo entradas para la filarmónica,
las devolveré porque estoy ocupado..."
(tirándome a una experta en compras
que he conocido en el gimnasio).
Porque nadie camina con su novia
de la mano y si lo haces, muchos piensan:
¡Joder, parecen los bobos de Coria!
Porque amar es bastante más difícil
mientras cavilas: si con una nómina
se llegará a final de mes, pagando
los libros, la hipoteca y la ropa
del colegio para los dos niños de ella
y el que tuvo él con aquella otra
cuyo nombre apenas recuerda
pues duraron lo que las hojas
sobre el ramaje de unos castaños.
Un poema de amor es una parodia
cuando yo me siento en la terraza
de un bar de carretera y dos momias
de cuarenta y tantos años degluten
sendos bocadillos "de no sé qué hostias";
silenciosos, hasta que ella le ofrece
a ese marido en plena comilona
una porción grande de su bocata
dejando a un lado su hambruna propia...
y comienza él a despotricar
contra ella como un manifiesto idiota
que no aprecia que sólo deseaba
satisfacer esas fauces que devoran
incluso una tierna señal de afecto.
(Me acabo rápido la Coca-Cola...
arranco y acelero contra su infierno).


(Un abrazo Sebastien o la buena persona que seas).