EN ALGÚN LUGAR ES OTOÑO
Vuelan los besos perdidos de los árboles
en busca de las brunas mejillas de su madre.
También son lágrimas cansadas, exhaustas
de un arduo trabajo cobijando corazones con alas.
Y son escamas de piel que mudan de unos brazos
que sujetan con esfuerzo las nubes de los cielos
y los lienzos de un paisaje de tintes encarnados
Y son recuerdos rojos de un pasado reciente
que vestía bata verde a plena luz del sol
Y son la nueva textura de los caminos de antaño,
de sendas que entonan el crujir de sus notas
cuando los pies del frío transitan por sus lomos
Son, en fin, el óleo del pintor con abrigo y bufanda
de vista sin iris y prisma de sepia
que percibe de soslayo el declive de una vida.
por Samuel Rego, lunes 6 de septiembre de 2010
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