Si las letras fueran de colores
las palabras serían irreales
desentonarían el color y el sentido de la frase,
sin embargo me gusta la idea
de dar color a lo que escribo, de manera
que pondré los colores según me venga en gana.
Me influirá la luz,
el color de la tierra,
la música que escucho al escribir,
tu ausencia o tu presencia,
o bien que sea de noche y llueva,
de día y luzca el sol.
En cuyo caso crearé poemas submarinos
o suaves moldeados como el barro
o azul eléctrico
o negro o transparente
o verde agua
o rojo sangre.
Escrito por Musaraña
Benacazón, 18.04.1994
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