martes, 13 de octubre de 2009

Medio Ambiente admite que el daño en las Tablas "es irreversible"

Un informe oficial alerta de que el humedal está en un "punto de no retorno".
El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel sufre un "proceso de degradación irreversible que se presenta como un punto de no retorno en su conservación". Así lo establece un informe elaborado por la dirección del parque nacional y presentado el pasado septiembre al patronato del paraje, según fuentes de este organismo. Allí, Carlos Ruiz, director del espacio, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, fue contundente al alertar sobre el daño que supone el incendio en el subsuelo declarado en agosto debido a la sequía extrema que desde hace cuatro años sufre el parque.

No hay modo de inundar el parque de Daimiel para sofocar el fuego de turba.
El ministerio sólo presupuesta en el Alto Guadiana el 10% de lo anunciado.

José Manuel Hernández, portavoz de Ecologistas en Acción en el patronato del parque, recuerda que el pasado 7 de septiembre Ruiz fue "sincero en el diagnóstico": "Es cierto que la Administración no está tapando la gravedad de la situación y que allí el director del parque nos advirtió de que el daño podía ser irreversible". En 2007, el Instituto Geológico y Minero de España alertó de que de proseguir la sequía la turba del subsuelo formada durante 300.000 años entraría en autocombustión, un fenómeno que se desencadena en periodos de sequía extrema. Así ocurre desde al menos el 26 de agosto, cuando los guardas del parque detectaron una fumarola que salía del suelo.

El científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Santos Cirujano advierte de que "si no se apaga, la turba va a estar continuamente ardiendo". Y añade: "No sé si es demasiado tarde para recuperar el parque". Los incendios de turba pueden durar meses y son extremadamente complicados de apagar.

Cirujano diseñó a principios de año para la Confederación Hidrográfica del Guadiana un plan de urgencia para salvar Daimiel. Este especialista explica que, actualmente, no hay forma de inundar de forma inmediata el parque para conseguir extinguir el fuego subterráneo. El parque nacional vive del agua del Tajo que el Gobierno envía a través del cauce seco del río Cigüela. Pero la inmensa mayoría del agua (más del 96% en el último envío) se infiltra hacia el acuífero de La Mancha. "La zona de turberas está en el extremo opuesto a la entrada del Cigüela, así que de allí es imposible mandar agua", resume Cirujano.

El parque necesita 25 hectómetros cúbicos (cada uno equivale a un volumen como el del Santiago Bernabéu) para inundarse completamente. "Tendrán que sacarla de otro sitio", resume.

El plan de Cirujano contemplaba el uso de aguas residuales depuradas de los pueblos de la zona y la canalización del Cigüela para minimizar pérdidas. Otras opciones son la construcción de tuberías desde los embalses cercanos (El Vicario, Torre de Abraham o Gasset) o el uso de la tubería de la llanura manchega, para lo que habría que cambiar la ley pues la obra está prevista sólo para abastecimiento. Sin embargo, todas esas obras llevarían meses en el mejor de los casos.

Hernández critica el retraso de la Administración: "Llevamos 36 años, desde que comenzó la explotación del acuífero de La Mancha, sin hacer nada. Siempre hemos dicho que cuanto más tarde actuásemos sería peor". Los ecologistas aceptan cualquier trasvase de emergencia que inunde el parque "siempre que se tomen medidas para evitar la sobreexplotación. Y para eso hay que dar un giro de 180 grados al Plan Especial del Alto Guadiana".

Ese plan contemplaba la inversión de 3.000 millones de euros hasta 2027 para recuperar el acuífero y conseguir que los ojos del Guadiana, secos desde 1985, vuelvan a manar. El plan fue anunciado tras una reunión en La Moncloa entre José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda.

Sin embargo, los ecologistas critican que el plan está en marcha "pero con el freno de mano puesto". La principal partida anunciada para los primeros años iba a comprar derechos de agua a los agricultores y tierras. La previsión era gastar 265 millones de euros entre 2009 y 2010. Sin embargo, en 2008 el ministerio ha hecho ofertas de compra de derechos de agua por 32 millones de euros y ha presupuestado para 2010 otros 15 millones. El Gobierno ya ha comprado 1.350 hectáreas de terreno de regadío colindante con el parque.

La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, negó la semana pasada que el presupuesto sea un problema ya que, aseguró, la mayoría de las partidas en los presupuestos no están regionalizadas y que se podrá ampliar la dotación al plan del Alto Guadiana.

La consejera de Medio Ambiente de la comunidad, Paula Fernández, insistió ayer en la misma idea: "A todos nos gustaría que fuera más rápido, pero va adelante y es la primera vez que tenemos un plan integral para recuperar el Alto Guadiana".

Fernández añadió que las relaciones con el ministerio "son excelentes" y que Barreda "tiene el compromiso de la ministra de que el presupuesto no será un problema". El diputado socialista por Toledo y portavoz en la comisión de Medio Ambiente, Alejandro Alonso, admite que "el presupuesto es corto", asegura que luchará por "aumentar la partida en el Congreso", pero advierte de que "los presupuestos van un poco justos". Hernández tiene otra explicación, que coincide con la de fuentes del sector: "El Gobierno se niega a comprar agua a los regantes mientras la Junta no se crea la reconversión agraria hacia cultivos de secano".

RAFAEL MÉNDEZ - Madrid - 13/10/2009
EL PAÍS

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