Hancock
Dirección: Peter Berg.
Reparto: Will Smith (Hancock), Jason Bateman (Ray), Charlize Theron (Mary), Eddie Marsan (Red), David Mattey (Man Mountain), Maetrix Fitten (Matrix), Thomas Lennon (Mike), Johnny Galecki (Jeremy).
Guión: Vy Vincent Ngo y Vince Gilligan.
Producción: Michael Mann, Akiva Goldsman, Will Smith y James Lassiter.
Música: John Powell.
Fotografía: Tobias Schliessler.
Montaje: Paul Rubell y Colby Parker Jr.
Diseño de producción: Neil Spisak.
Vestuario: Louise Mingenbach.
USA 2008
Antes de ayer McGuffin ya hablaba de esta película y yo para no redundar añadiré poco más. Como producto palomitero funciona, basta ver lo bien que ha funcionado en taquilla con el actor Will Smith como el más rentable.
El riesgo que corren las produciones que abusan de la infografía digital es que dado que se puede hacer casi todo con los ordenadores esto va en detrimento del fomento de la imaginación, de la enjundia de los protagonistas y del armazón del guión.
Esto implica que los efectos especiales son espectaculares, que hoy por hoy se puede llevar a la pantalla grande cualquier comic, pero que el resultado emocional de su visionado las más de las veces conlleva la mayor de las tibiezas, esto es, apenas emociona. Lo más que se puede resaltar de esta producción es que entretiene a ratos y sorprende porque el héroe de turno no es lo que uno está acostumbrado a ver.
Así Hancock es grosero, malhablado y adicto al alcohol. La gente de Los Ángeles está de él hasta la gorra, así que el día que Hancock salva de una muerte segura a un asesor de imagen, Ray, este se encargará de pulir al héroe, adecentarlo y cambiar la imagen que de él tiene el pueblo. Hancock irá incluso a la trena para ganarse el crédito de los que están fuera que solo se acuerdan de él, para bien, cuando aumenta la criminalidad.
Entra en escena la bella mujer de Ray, Mary (Charlize Theron) la cual nos deparará unas cuantas sorpresas.
Su escasa duración, apenas hora y media evita el aburrimiento, en caso de haberse prolongado, por qué hay poco que contar y una vez puestas las cartas sobre la mesa, a saber, la relación entre Hancock y Mary, los orígenes de ambos y algún detalle más, lo demás es más de lo mismo: ruido+pirotecnia.
Esperaba divertirme mucho más, un humor más socarrón, así que me ha defraudado bastante.
Escrito el 12 de Agosto de 2008 por Popeye Doyle
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