Prófugo de temores
aislado de presencias,
enraizado en si mismo,
abonando y cuidando los sentidos
con horror a las sombras,
que cada día regresan con la lluvia,
sin querer guardar nada,
tropezó con el sueño de su vida
y asido a él,
se instaló para siempre fuera de la realidad.
Escrito por Musaraña
Benacazón 04.09.1991
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