Ecoislas
una ciudad flotante, ecológica y autosuficiente,
que puede albergar a unos 50.000 habitantes.
Según un estudio climático de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), unos 250 millones de personas se verán amenazadas por las inclemencias meteorológicas si continúa el actual ritmo de calentamiento del planeta. La fusión de las capas de hielo de la Antártida y Groenlandia y el incremento del nivel de los mares y océanos como efecto del aumento de la temperatura del agua podrían poner en jaque en el próximo siglo a una parte importante de la población.
LA CIUDAD AUTOSUFICIENTE
Para hacer frente a esta situación, Vicent Callebaut ha desarrollado Lilypad, un proyecto de ciudades sostenibles completamente autosuficientes situadas en el mar.
Las “ecopolis” se presentan como islas en las que todo gira en torno a la convivencia armoniosa entre hombre y naturaleza. De este modo, las urbes se nutren únicamente de fuentes de energías renovables como la eólica, la solar y la maremotriz, y cuentan con áreas de cultivo para obtener las fuentes de alimentación que necesitan. Están pensadas para que no dejen residuo alguno, por lo que emplean combustibles como la biomasa para el funcionamiento de los motores.
Las “ecoislas” se conciben como ciudades anfibias con movimiento: se desplazan continuamente gracias a las corrientes oceánicas frías y calientes, por lo que llegarían a otras ciudades costeras con las cuales comerciarían. De esta manera, obtendrían otra fuente de ingresos.
MÁXIMA FUNCIONALIDAD
Lilypad se inspira en la flor homónima de nenúfar originaria del Amazonas y, como ella, su forma crea una laguna central de agua dulce, lo que permite la biodiversidad de fauna y flora en la isla. Las “ecourbes” cuentan, además, con tres puertos y tres montañas donde se ubican los centros comerciales y de ocio. Las viviendas se encuentran dentro de una red de calles suspendidas que forman los nervios del nenúfar, rodeadas por una serie de jardines verticales. En este proyecto todo sigue un esquema orgánico que tiene en cuenta los cuatro retos principales lanzados por la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico en marzo de 2008: clima, biodiversidad, agua y salud.
Por ello, el proyecto del arquitecto belga puede ser contemplado como una doble ventaja: es una opción viable de construcción de viviendas en un mundo superpoblado y con escasez de espacio en tierra firme -cada una de estas islas puede albergar a 50.000 personas- y el hogar de los afectados por el cambio climático.
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