martes, 9 de septiembre de 2008

Lo crudo y lo cocido

Muchos consumidores tienen la percepción de que los precios que pagan en las gasolineras no guardan relación con los descensos de la materia prima, el petróleo. Esa opinión es a veces desautorizada como insolvente por expertos que intimidan con polinomios y otros hermetismos.

Lo que se saca en limpio de esas explicaciones es que normalmente las compras de crudo se contratan con hasta tres meses de adelanto respecto al momento de la entrega, y se pagan por tanto de acuerdo con el precio de ese momento; en periodos de fuerte aumento del precio, esa práctica tiene una motivación en parte especulativa: comprar en el mercado de futuros y recibir la mercancía cuando se ha encarecido. Eso ha pasado entre julio de 2007 y el mismo mes de este año, en que el crudo duplicó su precio (de 70 a 144 dólares el barril); la contrapartida de esa especulación es el riesgo de que haya una bajada entre la contratación y la entrega, pero entonces se argumenta que el abaratamiento sólo podrá trasladarse al precio final dos o tres meses después, ya que ha sido comprado al precio anterior.

La desconfianza espontánea de la gente deriva de esa asimetría: cuando sube, la repercusión es rápida, y cuando baja, lenta. Estos días se ha conocido que esa desconfianza es compartida por el Gobierno, que ha prometido tomar medidas si se comprueba que los descensos del crudo no se transmiten al consumo "en un tiempo prudencial". Pero también por organismos como la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), que investiga posibles pactos entre las grandes compañías (las tres principales controlan el 70% del mercado) para esquivar la competencia fijando precios casi idénticos, tanto en las gasolineras que son de su propiedad como imponiéndolos de hecho a las de propiedad particular pero abanderadas por alguna de ellas.

Desde el 14 de julio, el crudo ha bajado un 17% (en euros) mientras que la gasolina lo ha hecho un 6%. Aunque otros factores influyen en el precio final, la diferencia es demasiado grande como para no investigar: crudo también significa difícil de digerir.
EL PAIS

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