Las Crónicas de Spiderwick (2008)
Toda una aventura para mayores y pequeños. Prepararos para trasladaros a un mundo en donde la fantasía y la realidad se mezclan para conseguir que el entretenimiento inunde nuestros sentidos y nos permita gozar de esta obra sencilla y fresca durante noventa y siete minutos de de metraje.
Basada en la popular y exitosa serie de libros infantiles escritos por Tony Diterlizzi y Holly Black, trata acerca de la familia Grace, compuesta por Jared, su hermano gemelo Simon, su hermana mayor Mallory y la madre de ellos. Los cuatro se mudan a la vieja y aislada casa de su tio bisabuelo Arthur Spiderwick. A partir de aquí empiezan a ocurrir una serie de extrañas desapariciones y accidentes sin explicación lógica, por lo que los hermanos empiezan a investigar. Poco a poco descubrirán la extraordinaria verdad de la estancia Spiderwick y de las criaturas que habitan en ella.
Después de un comienzo discreto y titubeante durante los primeros quince minutos, en el que se nos presentan a cada uno de los personajes, la película adquiere una chispa deslumbrante en el devenir de los acontecimientos, se convierte en trepidante e imaginativa, carente de complejidad argumental alguna y en donde su emoción y dinamismo hace que la cinta vaya creciendo hasta conseguir un filme realmente redondo.
Se trata principalmente de una cinta de intrigas, de luchas, de persecuciones con animales fantásticos mezclados en el mundo real, con numerosos sobresaltos que hacen que se mantenga la tensión durante gran parte de la misma.
Advierto que no es una película recomendable para niños menores de seis años (está autorizada para mayores de 7 años) su dinamismo no lo aconseja. Mi querida sobrina que apenas llega a los cuatro años y que está dando sus primeros pasos en este maravilloso mundo del cine, a las primeras de cambio (al primer susto) buscó con rapidez el regazo de su ‘tita’ de la que no se separó el resto de la película. En este sentido creo que la cartelera actual presenta otras alternativas más recomendables para esas edades como puede ser ‘Norton’.
Magnífico el guión, sencillo, acorde al mundo al que se dirige pero muy logrado, repleto de personajes imaginarios entrañables y dotados algunos de una magia y un encanto especial. Los gags están tan espléndidamente conseguidos que hace que el espectador muestre más de una sonrisa.
En cuanto a la dirección es una película perfectamente realizada y diseñada, los efectos especiales con los que se crean a los personajes ficticios, desarrollados informáticamente sobre maquetas de barro tridimensionales, gozan de un realismo impresionante.
Digna de de resaltar es la actuación de Freddie Highmore, realmente todo un pedazo de actor a su dieciséis años. Personalmente me sorprendió gratamente su interpretación en ‘Descubriendo nunca jamás’ en la que consiguió hacer soltar más de una lágrima. Dignísima su actuación en ‘Arthur y los Minimoys’ en la que dejó su impronta de gran intérprete. En ‘Charlie y la fabrica de Chocolate’ sencillamente lo bordó lo que ratifica plenamente en su interpretación en esta película. En esta ocasión su participación es doble, desempeñando el papel de dos hermanos gemelos y que con toda seguridad merecerá más de algún elogio por parte de la crítica especializada.
En definitiva, que estamos ante un cine de aventuras en donde la realidad y la fantasía se mezclan en una historia sencilla y clara para los pequeños; y aquí radica su encanto y el gran acierto por parte de los guionistas de esta película, alejarse de complejidades para centrarse en un producto fácilmente entendible por los niños que hace que no parpadeen y se metan plenamente en el papel de los protagonistas.
A la vista del resultado final, los comentarios y risas de los pequeños de vuelta a casa (llevaba cinco, niños y niñas, de edades comprendidas entre los cuatro y los doce años), no hizo más que confirmar mis sensaciones: todo un placer para los amantes de este tipo de sagas y una sabia elección para todos aquéllos que pretendan disfrutar en familia una buena tarde de cine.
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