martes, 22 de mayo de 2012

Debajo


Sí, a vosotros, que sois como el número tres, me dirijo.
Quisiera poder deciros
cómo aborrezco cada latido de vuestros corazones de perro con librea,
porque no tenéis la sangre suficiente para dirigir una palabra
hacia esa altura desnuda en la paloma;
sin que se acobarde y se estire como una lengua babosa
por las ensortijadas manos que os consume;
porque carecéis de espíritu, porque habéis nacido como un número,
como el número tres,
débil y rastrero, sin voluntad de hombres, sin voz

porque además de ser un hombre como vosotros, soy un poeta, y un poeta es un corazón más sobre la niebla del mundo.
Por favor, abridme paso, que quiero ser el primero en saludar con mi sangre vuestras sonrisas de azufre, vuestras mujeres de estopa. Por favor, abridme paso.

José María Millares Sall

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