sábado, 18 de octubre de 2008

Enfrentados (2006)

Enfrentados (2006)

Bajo el título de ‘Enfrentados’, se estrena este mismo viernes un atípico western que parecía que nunca llegaría a nuestras carteleras. En él se dan cita dos actores que no han parado de trabajar en estos últimos años, aunque ninguno ha conseguido un éxito rotundo como absoluto protagonista. Ellos son Liam Neeson en el papel del Coronel Morsman Carver y Pierce Brosnan que encarna a Gideon.

La historia nos sitúa tres años después de haber cesado la Guerra Civil Norteamericana. En este contexto situamos al coronel Carver, un hombre que, en busca de venganza, decide contratar a varios hombres para que le ayuden a capturar al tal Gideon.

A través de nevadas montañas rocosas -que recuerdan a la sobresaliente ‘Las aventuras de Jeremías Johnson’- dan por fin con el misterioso hombre, pero al hacerlo se dan cuenta que capturarle no va a ser tan fácil como parecía, pese a que ellos le ganen en número y vayan mejor armados.

Así pues se iniciará una persecución sin tregua que se extenderá hasta los desiertos más áridos y polvorientos del viejo oeste, cruzando valles de peregrinaje, topando con variopintos personajes y dejando un reguero de sangre tras de sí.

Nada más empezar la película ya somos testigos del inicio de la cacería, prescindiendo así de innecesarios preámbulos que aquí, del modo en el que se nos cuenta la historia, no resultan necesarios.

Todo lo que sabemos es que un grupo de hombres capitaneados por Carver van detrás de Gideon, un sujeto con el que el coronel tiene una cuenta pendiente que ignoramos. Gideon desconoce por completo quién anda detrás de él, pero tampoco tiene intención de detenerse para averiguarlo. Su única preocupación es salvar el pellejo sea como sea, huyendo de sus perseguidores como reacción inmediata o enfrentándose a ellos si, en algún momento dado, no le queda otro remedio.

Sería lógico pensar que una historia tan lineal como ésta no aguantaría las casi dos horas de metraje que dura la película. Sin embargo, el debutante David Von Ancken (experimentado en el campo televisivo con series como ‘The Shield’, ‘Numb3rs’ o ‘Sin rastro’) consigue llevar la historia con buen pulso a lo largo de estos largos y aprovechados minutos, mostrando con crudeza y libre de efectismos el juego del gato y el ratón que mantienen nuestros dos protagonistas.

Anckon recurre a un ritmo pausado, pero sin concesiones, que no se quebranta gracias a que mantiene la mirada fija en los personajes principales, sin desviarse hacia subtramas que no interesarían lo más mínimo y que a menudo, y en otras películas, suelen ser un estorbo en la trama principal.

Aquí lo que importa es el avance de la propia caza e ir conociendo las motivaciones que impulsan a Carver a perseguir a Gideon hasta los confines de la Tierra sin que nada ni nadie le detenga. ¿Qué justificación puede tener el ir en busca de un sólo hombre sacrificando la vida de otros por el camino?, ¿cuál es ese odio latente que ciega la cordura de un hombre y enfría su corazón hasta el punto de que la venganza sea el único motivo por el que vivir?.

Ese pequeño misterio que encierra la película se nos va revelando en cuentagotas a modo de breves flashbacks. Obviamente, el tramo final nos depara un único flashback esclarecedor mediante el cual conocemos el pasado que guardan ambos rivales y el motivo que los ha llevado a ser enemigos hasta la muerte.

El cara a cara final es lo que uno lleva esperando toda la película y su desenlace no podría ser de otra forma en relación al dilema moral que se plantea. Claro que opciones siempre hay varias y quizás algunos se hubieran decantado por otro tipo de conclusión.

Un servidor queda complacido del modo en que todo termina, aunque bien es cierto que en esos últimos minutos parece que el film vaya a tomar un rumbo metafísico que haga peligrar el logrado tono áspero y nihilista del resto. Aunque no voy a desvelaros nada, vengo a referirme al más bien prescindible personaje que interpreta Angélica Huston y que resulta chocante, a la par que superfluo, cuando hace acto de presencia. No hay duda que se podía llegar al mismo final quitando esa parte, aunque por suerte no es lo suficientemente molesta como para empeñar el resultado conseguido por Anckon y sobretodo por la muy buena labor de su reparto.

Principalmente esto último, resaltar una muy acertada interpretación de Pierce Brosnan, demostrando una vez más -tras ‘The Matador’ y ‘Shattered’- que hay vida después de Bond. Sobran las palabras para el sobrio y siempre efectivo Liam Neeson. El resto de actores no son más que simples peones que irán cayendo en medio de la encarnizada lucha que mantienen Gideon y Carver, aunque si cabe resaltar a alguno en especial, ese sería Michael Wincott.

Parece que el western vuelve a tener un hueco en nuestras carteleras, lo cual me alegra pues parecía que se había quedado anclado a mediados de los noventa y que no había forma de sacarlo de ahí (algún film puntual como la infravalorada ‘Open Range’ vaticinaba algo que se ha hecho de rogar bastante tiempo). Esta resurrección de sus propias cenizas de momento trae consigo interesantes westerns como el que nos ocupa, que si bien en este caso no la consideraría una gran película, sí me deja un muy buen sabor de boca que me hace tener de nuevo esperanzas en un género que pese a lo poco que se prodiga, lo hace por lo menos con dignidad.

Advierto eso sí que los que vayan esperando una versión de ‘Acorralado’ en el far west que se quiten esa idea de la cabeza. Esta es una película de venganza y redención, de dos hombres atormentados por un pasado que quieren olvidar. Hay acción y poco diálogo (el justo), pero eso no quiere decir que uno se vaya a pasar dos horas de acelerada persecución con tiros y más tiros.

Recomendada especialmente los que no tengan prejuicios ni hacia el western ni hacia Brosnan.

Pliskeen 7 de Marzo de 2008

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