EN FIN...

Ahora que tus ojos no me cohíben ni mi miedo me traiciona, puedo decirte que has aparecido cuando ya no te buscaba, que he intentado controlar mis sentimientos y que no he querido creer. Pero tus besos pesan demasiado y tú presencia se me ha vuelto necesaria... el corazón le ha ganado a la razón.
Así pues, como superviviente y guerrera que soy, dejo mi temor a perder y estoy dispuesta a ganar. Anoche intentaba explicarte que soy feliz y que eso me da miedo, pero una vez más, he decidido apostar, sólo quería decirte que...en fin...AQUI ME TIENES.
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