viernes, 30 de abril de 2010

El horror de la guerra

AP/ Nick Ut 29-04-2010
En esta foto de archivo tomada el 8 de junio de 1972, Kim Phuc de 9 años de edad, corre hacia la Ruta 1 cerca de Trang Bang (Vietnam), después de un ataque aéreo con napalm. La guerra terminó el 30 de abril de 1975, con la caída de Saigón, ahora conocida como la ciudad de Ho Chi Minh, por las tropas comunistas del norte.
EL PAíS.

Cinque Terre - Italia

operacion triunfo parodia (operacion batman) Parte 2

operacion triunfo parodia (operacion batman) Parte 1 Bisbal

jueves, 29 de abril de 2010

FÁBULA DE EQUIS Y ZETA

Amor
Góngora 1927

Era el mes que aplicaba sus teorías
cada vez que un amor nacía en torno
cediendo dócil peso y calorías
cuándo por caridad ya para adorno
en beneficio de esos amadores
que hurtan siempre relámpagos y flores

Ella llevaba por vestido combo
un proyecto de arcángel en relieve
Del hombro al pie su línea exacta un rombo
que a armonizar con el clavel se atreve
A su paso en dos lunas o en dos frutos
se abrían los espacios absolutos

Amor amor obesidad hermana
soplo de fuelle hasta abombar las horas
y encontrarse al salir una mañana
que Dios es Dios sin colaboradoras
y que es azul la mano del grumete
-amor amor amor- de seis a siete

Así con la mirada en lo improviso
barajando en la mano alas remotas
iba el galán ladrándole el aviso
de plumas blancas casi gaviotas
por las calles que huelen a pintura
siempre buscando a ella en cuadratura

Y vedla aquí equipando en jabón tierno
globos que nunca han visto las espumas
vedla extrayendo de su propio invierno
la nieve en tiras la pasión en sumas
y en margaritas que pacerá el chivo
su porvenir listado en subjuntivo

Desde el plano sincero del diedro
que se queja al girar su arista viva
contempla el amador nivel de cedro
la amada que en su hipótesis estriba
y acariciando el lomo del instante
disuelve sus dos manos en menguante

«A ti la bella entre las iniciales
la más genuina en tinta verde impresa
a ti imposible y lenta cuando sales
tangente cuando el céfiro regresa
a ti envío mi amada caravana
larga como el amor por la mañana

Si tus piernas que vencen los compases
silencioso el resorte de sus grados
si más difícil que los cuatro ases
telegrama en tu estela de venados
mis geometrías y mi sed desdeñas
no olvides canjear mis contraseñas

Luna en el horno tibio de aburridas
bien inflada de un gas que silba apenas
contempla mis rodillas doloridas
así no estallen tus mejillas llenas
contempla y dime si hay otro infortunio
comparable al desdén y al plenilunio

Y tú inicial del más esbelto cuello
que a tu tacto haces sólida la espera
no me abandones no Yo haré un camello
del viento que en tus pechos desaltera
y para perseguir tu fuga en chasis
yo te daré un desierto y un oasis

Yo extraeré para ti la presuntuosa
raíz de la columna vespertina
Yo en fiel teorema de volumen rosa
te expondré el caso de la mandolina
Yo peces te traeré -entre crisantemos-
tan diminutos que los dos lloremos

Para ti el fruto de dos suaves nalgas
que al abrirse dan paso a una moneda
Para ti el arrebato de las algas
y el alelí de sálvese el que pueda
y los gusanos de pasar el rato
príncipes del azar en campeonato

Príncipes del azar Así el tecleo
en ritmo y luz de mecanografía
hace olvidar tu nombre y mi deseo
tu nombre que una estrella ama y enfría
Príncipes del azar gusanos leves
para pasar el rato entre las nieves

Pero tú voladora no te obstines
Para cantar de ti dame tu huella
La cruzaré de cuerdas de violines
y he de esperar que el sol se ponga en ella
Yo inscribiré en tu rombo mi programa
conocido del mar desde que ama»

Y resumiendo el amador su dicho
recogió los suspiros redondeles
y abandonando al humo del capricho
se dejó resbalar por dos rieles
Una sesión de circo se iniciaba
en la constelación decimoctava.

Gerardo Diego

Por ásperos caminos he llegado

Por ásperos caminos he llegado
a parte que de miedo no me muevo,
y si a mudarme a dar un paso pruebo,
allí por los cabellos soy tornado;

mas tal estoy que con la muerte al lado
busco de mi vivir consejo nuevo,
y conozco el mejor y el peor apruebo,
o por costumbre mala o por mi hado.

Por otra parte, el breve tiempo mío
y el errado proceso de mis años,
en su primer principio y en su medio,

mi inclinación, con quien ya no porfío,
la cierta muerte, fin de tantos daños,
me hacen descuidar de mi remedio.

Garcilaso de la Vega

Canción del gitano apaleado

Veinticuatro bofetadas.
Veinticinco bofetadas;
después, mi madre, a la noche,
me pondrá en papel de plata.

Guardia civil caminera,
dadme unos sorbitos de agua.
Agua con peces y barcos.
Agua, agua, agua, agua.

¡Ay, mandor de los civiles
que estás arriba en tu sala!
¡No habrá pañuelos de seda
para limpiarme la cara!

Federico García Lorca

miércoles, 28 de abril de 2010

HABLO CON EL MAR

Sentado en estas rocas, mar, te escucho.
No entiendo tus palabras pero adivino a ciegas
que algo quieres decirme mas no puedes llevarme
adonde yo quisiera, ¡oh inmensidad sin centro!
No te entiendo, madre-muerte, madre-amante, madre-amor,
¿O eres tú la que no entiende mi modo humano de hablar?
¿Hasta cuando tengo que seguir esperando
mi retorno a tu origen, madre natal?

Gabriel Celaya

CUADERNILLO DE BELLA

1
Cómo llevar a las palabras
la sensación, el roce de tu mano
por vez primera entre la mía.
Su forma frágil, delicada,
su ser, su estar en mí, su suave entrega.
"Esta es la mano, en fin, de tu muchacha",
me dices no sé cómo, mientras siento
"esta es la mano de la niña mía".

Mayor delicia habrá,
si tiempo y suerte quieren.
Ninguna habrá tan absoluta y pura.

2
Reverente imagino tus muñecas
en tus brazos menudos acunadas.
Cómo se llaman, digo. Y me respondes
en una voz que la distancia vela
desde el hondo del patio. Deja. Mira,
tú estás feliz, eres feliz, qué importa.

Tú estás hecha de infancias, niña mía.
tú eres toda de niños. Vida solo.

3
Ya te miro venir, ligera y leve,
volando las escalas del teatro,
la boina al sesgo de tu pelo lacio,
radiante y feliz, hecha de aromas.
Das a mi amigo un libro, me sonríes,
después te vuelves y tu esbelta espalda
escaleras abajo es una música
y es una puertecilla hacia la dicha.

4
Quién sabe cómo fue ni cuándo y dónde
me dijiste que sí, que me entregabas
el huerto de ti misma, paraíso
de magias y delicias y qué glorias.
Y yo ciego de mí te acepto a ciegas
del esplendor terrible de tu llama
tan frágil y menuda entre mis brazos.
Pues tú eres tú y eras la vida y todo
cuanto va desde el júbilo a lo trágico,
desde el alba a las fiestas de la tarde.

5
Y tus muñecas fueron al fin hijos,
oh música del mundo, oh maravilla,
mi cajita de asombros, mi señora!
Y el dueño de tu huerto florecido,
el taciturno, te volvió la espalda,
te dejó a solas con tus juegos mágicos,
los únicos que importan, y lloraste.
¿Cómo pude yo hacer que sollozaras?
¡La boina al sesgo del cabello pulcro,
tú, la del rostro terso, radiante,
quién pudo imaginarte entonces lágrimas!
Y sin embargo fuimos los dos uno,
no se puede ser más, y tú has llorado.

6
Todo es al fin no más un cuento mágico.
Quién sabe cómo, todo cuento acaba.
Yo di su vida a los muñecos tuyos
como un brujo hechizado. Me embrujaste
con solo ser tan niña a vida pura.
Como a través de un vidrio estoy mirándote.
Turbio vidrio mi asombro de saberte
tal cual eres, mi niña desdichada.
Me hechizaste, y en cambio te hice daño.
Mas yo sólo te amé porque tú eras.

Eliseo Diego

LOS PASOS LEJANOS

Mi padre duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce...
si hay algo en él de amargo, seré yo.

Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi padre se despierta, ausculta
la huida a Egipto, el restañante adiós.

Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.
Y mi madre pasea allá en los huertos,
saboreando un sabor ya sin sabor.
Está ahora tan suave,
tan ala, tan salida, tan amor.

Hay soledad en el hogar sin bulla,
sin noticias, sin verde, sin niñez.
Y si hay algo quebrado en esta tarde,
y que baja y que cruje,
son dos viejos caminos blancos, curvos.
Por ellos va mi corazón a pie.

César Vallejo

martes, 27 de abril de 2010

Bahía de Santander - España

Heladero turco vacilando a turista japonés

Básicamente existen dos diferencias fundamentales entre el típico heladero malabarista turco y las compañías telefónicas españolas con sus graciosísimos comerciales y servicios de atención al cliente. La primera es que las compañías telefónicas son infinitamente más retorcidas, y la segunda, y fundamental, que con el heladero al final siempre obtienes el helado.

El cocinero de Rota - Albaricoques y minipimer (El Intermedio)

lunes, 26 de abril de 2010

domingo, 25 de abril de 2010

Frías - Burgos

Escala Musical

La Rebelión

por Emiliano Gómez-Monroy
Club d'Escacs Sant Martí (Barcelona)

sábado, 24 de abril de 2010

Sveti Stefan, Montenegro

LA BELLA DEL BOSQUE DURMIENTE

Érase una vez un rey y una reina que estaban muy tristes por no tener hijos, y su tristeza era tan inmensa que no hay palabras para describirla.

Por ese motivo fueron a tomar las aguas a muchos balnearios, hicieron votos, ofrendas, en fin, todo lo que se podía hacer se hizo y no sirvió para nada, de momento, hasta que un buen día, la reina tuvo una niña, y se dice que en el magnífico bautizo, se le dio a la princesita, por madrinas, a cuantas hadas se pudieron encontrar en el reino (que en esta ocasión fueron siete), con objeto de que cada una de ellas le concediese un don, como era la costumbre de las hadas en aquellos tiempos, y la princesa tuviese, por este medio, todas las perfecciones imaginables.

Después de la ceremonia del bautismo, el acompañamiento fue al palacio del rey donde hubo un gran festín para las hadas.

Se puso delante de cada una de ellas un lujoso cubierto, dentro de un estuche de oro macizo, donde había una cuchara, un tenedor y un cuchillo de oro fino guarnecido de diamantes y de rubíes.

Cuando ya cada comensal tenía su lugar en la mesa, se vio entrar a una vieja hada a quien no habían invitado pues hacía más de cincuenta años que no salía de un torreón y por esto la creían muerta o hechizada.

El rey hizo poner otro cubierto, pero no hubo procedimiento de conseguirle un estuche de oro macizo, como a las demás porque no se habían encargado hacer más que siete para las siete hadas.

La anciana creyó que se la despreciaba, y gruñó algunas amenazas entre dientes. Una de la jóvenes hadas que se encontraba detrás de ella, la escuchó y juzgando que podría otorgar cualquier don enojoso a la princesita, apartóse, apenas concluyó el banquete, escondiéndose detrás de los tapices a fin de hablar la última y de esta manera poder reparar en lo posible el mal que la anciana le hubiese hecho.

Mientras tanto las hadas comenzaron a otorgarle sus dones a la princesa. La primera le dio por don el ser la más bella del mundo, la segunda le auguró que tendría el espíritu angelical, la tercera que poseería una gracia admirable en todo aquello que hiciera, la cuarta que danzaría perfectamente bien, la quinta que cantaría como un ruiseñor, y la sexta que tocaría toda suerte de instrumentos musicales a la perfección.

Al llegarle el turno a la vieja hada, esta dijo, balanceando la cabeza más de despecho que por la edad, como la princesa se atravesaría la mano con un huso, y que a causa de ello moriría.

El terrible don hizo temblar a todos los presentes, y no hubo nadie que no llorase. En esos momentos, el hada que se había escondido, surgió de detrás de los tapices, y dijo en alta voz estas palabras:

-Tranquilizaos, majestades, vuestra hija no morirá; cierto es que no tengo bastante poder para destruir enteramente lo que mi anciana hermana ha hecho, mas os aseguro que la princesa al atravesarse la mano con un huso, en lugar de morir, caerá solamente en un profundo sueño que durará cien años, al final de los cuales el hijo de un rey vendrá a despertarla.

El rey, para tratar de evitar la desgracia anunciada por la vieja hada, hizo publicar prestamente un edicto, por el cual se prohibía a todos hilar con husos, o tener ruecas en su casa, bajo pena de muerte.

Al cabo de quince o dieciséis años, el rey y la reina fueron a una de sus mansiones de verano y sucedió que la joven princesa correteando un día por el palacio, y subiendo de habitación en habitación, llegó hasta arriba en donde había un desván, en el cual una viejecita estaba sola hilando con su rueca.

.Esta anciana no había oído hablar de la prohibición del rey de hilar con rueca.

-¿Qué hacéis vos, buena mujer? –quiso saber la princesa.

-Yo hilo, hermosa niña –le respondió la viejecita que no la conocía.

-¡Ah, que bonito es!- exclamó la princesa- ¿Cómo lo hacéis?, dádmelo pues quiero ver si yo también sé hacerlo.

No bien la princesa hubo cogido el huso, lo que hizo con un gesto vivo y un poco atolondrado -por otra parte la voluntad de las hadas lo ordenaba así-, se atravesó la mano cayendo desvanecida.

La buena vieja, muy asustada, gritó pidiendo socorro y llegaron servidores de todas partes, unos le echaron agua en el rostro a la princesa, otras le soltaron el corpiño, otros le dieron masaje en las manos, otros le frotaron las sienes con agua de la Reina de Hungría, pero nada le hizo recobrar el conocimiento. Entonces el rey, que había subido al escucharse el alboroto, se acordó de la predicción de las hadas, y juzgando que el momento anunciado por ellas había llegado, ordenó:

-Colocad a la princesa en la más bella estancia de palacio, sobre un lecho de colcha bordada en oro y plata.

Se hubiera dicho que parecía un ángel de lo bella que estaba, pues su desvanecimiento no había borrado los vivos colores de su tez; sus mejillas permanecían encendidas y sus labios como el coral, tenía los ojos cerrados, mas oíasela respirar dulcemente, lo cual indicaba que no estaba muerta. El rey mandó que la dejasen dormir hasta que su hora de despertar hubiese llegado.

El hada bondadosa que le había salvado la vida, condenándola a dormir cien años, estaba en el reino de Mataquin, a doce millas de allí, cuando se produjo el accidente de la princesa, pero ella fue advertida al instante por un enanito que tenía botas de siete leguas (se trata de esas botas que hacen siete leguas de un solo paso).

El hada partió enseguida y se la pudo ver al cabo de una hora llegar en un carro de fuego, arrastrado por dragones, y el rey en persona la ayudó a descender del carruaje.

El hada aprobó todo lo que el monarca había hecho, pero como era muy previsora, pensó que cuando la princesa se despertase, sentiríase apurada al estar completamente sola en el viejo castillo.

He aquí lo que el hada hizo entonces: tocó con su varita todo cuanto estaba en palacio (menos al rey y a la reina), amas de llaves, damas de honor, camareras, gentiles hombres, oficiales, mayordomos, cocineros, pinches, galopines, guardias suizos, pajes, lacayos, junto con los palafreneros, los mozos de los establos, y a Pouffe, la pequeña perrita de la princesa, que se hallaba acurrucada a su lado sobre el lecho.

En el momento en que el hada les tocó, todos se durmieron, para no despertarse más que en el momento en el cual lo hiciera su dueña, a fin de estar dispuestos a servirla en cuanto ella los necesitase, e igual sucedió con los asadores que se encontraban encima del fuego llenos de perdices y faisanes, pues se unieron en el sueño, inmovilizándose, como también las llamas.

Todo se hizo en un momento; el hada no tardó nada en realizar su quehacer. Entonces el rey y la reina, después de haber besado a su querida hija sin que ella de despertase, salieron de allí e hicieron publico que nadie podía acercarse al castillo. Aunque esta advertencia no fue necesaria, pues, en cosa de un cuarto de hora, crecieron alrededor del parque una enorme cantidad de árboles grandes y pequeños, de zarzas y de espinos entrelazados los unos con los otros, que bestia ni hombre no habrían podido atravesar.

A la salida no se veía más que la punta de las torres del castillo, y esto desde muy lejos, entonces nadie dudó que el hada había hecho bien su trabajo, a fin de que la princesa, durante el largo sueño, no tuviese nada que temer de los curiosos.

Al cabo de cien años, el hijo del monarca que reinaba entonces y que era de otra estirpe diferente a la de la princesa dormida, fue de caza por aquellos lugares y preguntó de quién era ese gran bosque entrelazado y espeso que se divisaba en lo alto de la montaña, y cada uno le respondió según lo que había oído hablar.

Los unos decían que era un viejo castillo donde vivían los espíritus; otros, que todos los brujos de alrededores lo habían convertido en su morada.

Aunque la opinión más común era que un ogro habitaba allí y que se llevaba a cuantos niños podía atrapar, para comérselos a su gusto y sin que nadie pudiera seguirle, siendo el único que podía hacerse un pasadizo a través del bosque.

El príncipe no sabía a quien creer, cuando un viejo campesino tomó la palabra diciéndole:

-Alteza, hace ya más de 50 años, escuché decir a mi padre que se encontraba en el castillo una princesa, la más bella del mundo, que debía dormir cien años y a quien despertaría de su sueño el hijo de un rey al que estaba destinada.

El joven príncipe, al oír aquellas palabras, se sintió entusiasmado creyendo sin dudarlo que él pondría fin a tan largo sueño, y llevado por el amor y por la gloria de la empresa, resolvió comprobar sobre el escenario de los hechos lo que había de verdad en la extraña leyenda.

En cuanto avanzó en dirección al bosque, todos los altos árboles, las zarzas y los espinos se apartaron para dejarle pasar y pudo ir hacia el palacio que se divisaba al extremo de una gran avenida. Entrado en ésta, lo que le sorprendió fue que nadie había podido seguirle, porque los árboles se volvían a entrelazar a su paso.

Continuando su camino, un príncipe joven y enamorado es siempre valiente, entró en un gran patio donde todo lo que vio era capaz de helar de espanto. Reinaba un silencio estremecedor, la imagen de la muerte se presentaba por doquier pues no se mostraban a su vista más que cuerpos tendidos de hombres y de animales que parecían muertos. Por la nariz enrojecida y el rostro congestionado de los Suizos, reconoció que éstos no estaban más que dormidos, y sus vasos, donde aún había algunas gotas de vino, revelaban también que se habían dormido bebiendo.

El príncipe atravesó un gran patio pavimentado en mármol, subió por las escalinatas, entró en la sala de los guardias, que se hallaban alineados en fila, el arma sobre el hombro, mientras roncaban a más y mejor.

Cruzó muchas estancias plenas de gentiles hombres y de damas, durmiendo todos, los unos de pie, los otros sentados y entrando en una sala dorada, contempló sobre un lecho, cuyos cortinajes estaban descorridos, el más hermoso espectáculo que jamás viera: una princesa que parecía tener 15 o 16 años y que resplandecía con algo parecido a una divina luminosidad. Entonces se acercó temblando de admiración y se arrodilló a su lado.

Y, como el termino del encantamiento había llegado, la princesa despertó, y, mirándole con los ojos más tiernos que un primer encuentro parecía permitir, le dijo:

-¿Sois vos, príncipe mío?, bien que me habéis hecho esperar.

El príncipe, fascinado al escuchar tal bienvenida y todavía más de la manera que fue pronunciada, no sabía como testimoniarle su alegría y su reconocimiento, y le aseguró que la amaba más que a sí mismo.

Sus palabras fueron torpemente dichas, pues a poca elocuencia mucho amor. El príncipe se mostraba más tímido que ella, y esto no debe sorprendernos; la princesa tuvo tiempo de soñar lo que le iba a decir pues existe cierta sospecha (la historia de eso nada cuenta), de que la bondadosa hada, durante los cien años que permaneciera dormida, le había procurado el placer de los sueños agradables.

En fin, que transcurrieron cuatro horas hablando entre ellos y no se habían dicho todavía la mitad de las cosas que se tenían que decir.

Mientras, todo el palacio se había despertado con la princesa, cada uno reanudando el desempeño de su trabajo, y ya que ellos no estaban enamorados, se morían de hambre. La dama de honor, hambrienta como los otros, se impacientó, y dijo en voz alta a la princesa, que la comida estaba servida.

El príncipe ayudo a la joven a levantarse; esta se hallaba ataviada con gran magnificencia, pero él se guardó bien de decirle que iba vestida como su abuela, aunque no estaba menos bella por eso. Ambos entraron en un gran salón de espejos, cenando atendidos por los servidores de la princesa.

Los violines y los oboes ejecutaban antiguas piezas de manera excelente y eso que habían permanecido cien años inactivos, y, después de cenar, sin perder tiempo, el gran capellán los casó en la capilla de palacio. Los dos poco durmieron, la princesa no tenía una gran necesidad, y el príncipe la dejó de buena mañana para volver a su reino, donde su padre debía estar preocupado por él.

El príncipe le dijo que cazando perdióse en el bosque y que había dormido en la choza de un carbonero que le había hecho comer pan negro y queso. Su padre el rey, que era un buen hombre fácil de convencer, le creyó, pero no así su madre.

Viendo la reina que el príncipe se iba casi todos los días de caza, y que tenía siempre una razón para excusarse cuando había dormido fuera dos o tres noches, ella no dudó ni un momento que su hijo tenía algún amorío.

El joven y la princesa vivieron juntos un par de años y tuvieron dos hijos, al primero, que fue una niña, la llamaron Aurora, y al segundo, un varón, le dieron el nombre de Día, porque era todavía más hermoso que su hermana..

La reina quiso muchas veces arrancarle el secreto de tantos misterios a su hijo, pero él no osó jamás confiárselo, ya que temía por aquellos a quienes amaba; su madre era de raza ogresa y el rey se había casado con ella a causa de su fortuna y se decía por lo bajo en la corte, que la reina poseía las inclinaciones de los ogros, ya que viendo a los niños pequeños, lo pasaba muy mal teniendo que reprimir sus instintos, por este motivo el príncipe no quiso nunca decirle que se había casado y tenía dos hijos.

Pero cuando el rey su padre murió, lo que tuvo lugar también al cabo de dos años, el príncipe ocupó el trono, declarando entonces públicamente su matrimonio, y con gran ceremonia fue a buscar a la reina su esposa, al castillo, para después llevarla con gran pompa a la capital en donde ella entró en la ciudad con cada uno de sus hijos a ambos lados.

Algún tiempo después el joven soberano fue a hacer la guerra al emperador Cantalabuffe, su vecino, dejando la regencia del reino en manos de la reina madre, y encomendándole vivamente a su esposa e hijos.

El joven rey debía estar en la guerra todo el verano, y en cuanto partió, la reina madre envió a su nuera y a los niños a un palacio en el campo entre los bosques, para poder llevar a cabo, más a su gusto, los horribles propósitos que la dominaban.

Unos cuantos días después, ella fue a ese palacio y le dijo cierta tarde a su maestresala:

-Quiero comerme mañana para almorzar a la pequeña Aurora.

-¡Ah, Señora! –gimió el pobre hombre.

–¡Yo lo mando –dijo la reina madre (y lo dijo en el tono de una ogresa que tiene el deseo de comer carne fresca)-, y me la quiero comer con salsa!

El maestresala, comprendiendo que no podía desobedecer a la ogresa, cogió un gran cuchillo, y subió a la habitación de la pequeña Aurora.

Ella, que tenía entonces 4 años, se le acercó saltando y riendo y se le echó al cuello pidiéndole bombones. Él se puso a llorar, cayéndosele el cuchillo de las manos, y marchó al corral a sacrificar un cordero, aderezado con una salsa tan excelente que su ama aseguró satisfecha, no haber comido nunca nada semejante.

El maestresala escondió a la pequeña Aurora en su propio hogar, cercano al palacio, dejándola al cuidado de su esposa..

Ocho días después, la malvada reina le volvió a decir:

-Quiero comerme para la cena al pequeño Día.

El maestresala no replicó; resuelto a engañarla como la primera vez, fue a buscar al pequeño Día, que no tenía más que tres años, y le encontró con un florete en la mano jugando a cruzar las armas con un mono amaestrado. De nuevo se lo entregó a su esposa que lo llevó al mismo escondite de la pequeña Aurora, y el buen hombre le dio a la ogresa, en lugar del niño, a un pequeño cabritillo muy tierno, que la ogresa encontró de lo más apetitoso.

Todo había ido muy bien hasta entonces, pero un día la perversa reina le dijo al maestresala:

-Quiero comerme a la reina en la misma salsa que a sus hijos.

Y fue entonces cuando el pobre hombre desesperó de poder seguir engañándola. La joven reina tenía 20 años pasados, sin contar los cien que estuvo durmiendo, su piel era un poco dura, aunque bella y blanca; ¿cómo iba a encontrar en el corral manjar semejante?

El atribulado servidor tomó entonces la decisión, para salvar la vida, de matar a la reina, y subió a sus habitaciones con la intención de hacerlo, aunque furioso por ello. Entró con el puñal en la mano en la habitación de la joven reina., pero no queriendo sorprenderla, le transmitió con mucho respeto la orden que había recibido de la reina madre.

-Cumplid con vuestro deber –le contestó ella tendiéndole el cuello-, ejecutad la orden que os han dado, así iré a reunirme con mis hijos, mis pobres hijos que tanto he amado- pues ella les creía muertos desde que se los habían quitado sin decirle nada.

-¡No, no, Señora –le respondió el desdichado maestresala enternecido-, vos no vais a morir, y podréis volver a ver a vuestros queridos hijos, pero esto será en mi casa donde yo les he ocultado, y engañaré de nuevo a la reina, haciéndole comer una joven cierva en vuestro lugar!

La llevó, pues, a su casa, donde le dejó abrazar a los niños y llorar con ellos, preparando una cierva que la reina devoró en su cena, con el mismo apetito que si se hubiera tratado de su nuera.

La reina madre estaba bien contenta de su crueldad, y se preparaba para decirle al rey, cuando éste regresase, que unos lobos hambrientos se habían comido a la reina su esposa y a sus dos hijos.

Una tarde que rondaba como de costumbre por los corrales del palacio para olfatear carne fresca, escuchó en una salita al pequeño Día que lloraba porque la joven reina le quería castigar ya que no se había portado bien, y oyó también a la princesita Aurora que intercedía por su hermano. La ogresa reconoció la voz de la reina y de sus hijos y furiosa al descubrir el engaño, ordenó, a la mañana siguiente, con voz espantosa que hacía temblar a todo el mundo, que pusieran en medio del patio una enorme caldera que hizo llenar de sapos, víboras, de culebras y de serpientes, para meter a su nuera y a sus nietos, al maestresala, a su esposa y a los sirvientes de éstos.

La reina madre había dado la orden de llevarles con las manos atadas a la espalda, y ya estaban allí, y los verdugos se preparaban a tirarlos dentro de la cuba, cuando el rey, a quien nadie esperaba, entró en el patio a caballo.

El monarca había venido de improviso, y preguntó a todos sorprendido que significaba ese horrible espectáculo; nadie osaba decírselo, cuando la ogresa, rabiosa al ver lo que estaba viendo, se tiró ella misma de cabeza en la marmita y fue devorada en un instante por las alimañas que había hecho meter.

El rey no pudo impedir el sentirlo, después de todo era su madre, mas se consoló pronto con su bella esposa y sus hijos.

de Charles Perrault
Traducido del original francés por Estrella Cardona Gamio

Venecia - Italia

viernes, 23 de abril de 2010

Cómo usar la Plancha

Cocina Sana

Pastel de Limón

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Cazuela de Merluza y Marisco

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jueves, 22 de abril de 2010

Conservas - 3 Ideas rápidas

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Lasaña Trufada

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Ensalada de Pollo y Canónigos

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miércoles, 21 de abril de 2010

Los teólogos de la asociación Juan XXIII reclaman la dimisión del Papa

También solicitan que pida perdón a las víctimas de abusos sexuales.

Las comunidades cristianas de base y los teólogos independientes soportan mal el comportamiento de buena parte de la jerarquía católica ante los escándalos de pederastia. Creen que al pecado y delito de encubrimiento en el pasado se añade ahora una actitud de soberbia, e incluso de comprensión o justificación del silencio.

• El Vaticano instruye a sus curas: "Estamos con las víctimas"
• El Papa admite: "Nuestros pecados han herido a la Iglesia"
• El Papa llama a los católicos a "hacer penitencia" para renovarse
• El Papa promete ahora entregar a los curas pederastas a la justicia
• La pesada herencia de Juan Pablo II
• Castrillón implica a Juan Pablo II en el encubrimiento de pederastas
• Rouco Varela asegura que los obispos pondrán "más cuidado" para prevenir casos de pederastia.

También echan de menos peticiones de perdón a las víctimas y que se castigue a los culpables, canónica y judicialmente. Incluso se alzan voces reclamando que quienes en el Vaticano promovieron las órdenes ahora censuradas asuman sus responsabilidades. Es el caso de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, cuya junta directiva ha hecho público hoy un manifiesto pidiendo la dimisión del Papa.

El comunicado de los teólogos empieza expresando su apoyo a la Carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo de su colega el profesor Hans Küng, en la que el famoso teólogo suizo considera el actual pontificado una de las ocasiones perdidas en ámbitos eclesiales como el diálogo ecuménico e interreligioso; la reforma de la Iglesia; el ejercicio de la colegialidad; la incorrecta gestión de los abusos sexuales cometidos por obispos, sacerdotes y religiosos católicos en colegios, seminarios o parroquias; el mantenimiento del celibato o la prohibición del acceso de las mujeres al ministerio ordenado. Hans Küng (Sursee, 1928) fue con apenas 30 años perito y asesor del Concilio Vaticano II y coincidió allí con el actual Papa, que ejercía la misma función para el episcopado alemán.

La Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, promovida hace tres décadas por Casiano Floristán, Enrique Miret Magdalena o José María Díez-Alegría, agrupa a medio centenar de conocidos pensadores cristianos, algunos en conflicto con las autoridades doctrinales de la Iglesia romana. Ahora, forman su junta directiva Federico Pastor (presidente); Juan José Tamayo (secretario general); Alfredo Tamayo Ayestarán (vicepresidente); José María Castillo y Máximo García (vocales).

Estas son algunas de sus propuestas, ofrecidas, dicen, "con espíritu constructivo y encaminadas a la transformación evangélica de la Iglesia católica":

Activar el Vaticano II. "Consideramos necesario activar y desarrollar el programa de reforma del concilio Vaticano II, que no se ha puesto debidamente en práctica y que durante el actual pontificado no sólo se ha paralizado, sino que ha ido en dirección contraria, bien sea volviendo a etapas anteriores al mismo, bien interpretándolo de forma conservadora".

Monarquía absoluta. "Creemos que la actual organización de la Iglesia católica es obsoleta y responde más a una monarquía absoluta que al movimiento de Jesús, comunidad de iguales. Nos parece urgente iniciar un proceso de democratización de la Iglesia, con la participación activa de todos los creyentes católicos en la elección de los cargos de responsabilidad dentro de la misma Iglesia. Es importante recordar que, desde los orígenes del cristianismo y durante varios siglos, la Iglesia estuvo organizada y gobernada con la participación del pueblo".

Con los pobres. "Los cristianos y las cristianas, así como todos los dirigentes de la Iglesia, deben ubicarse en el mundo de la marginación y de la exclusión social y optar decididamente por los pobres, actitud que lleva consigo la lucha por la justicia como criterio evangélico por excelencia".

Libertad teológica. "Consideramos de imperiosa necesidad la defensa y el fomento de la libertad de expresión, de investigación y de publicación de los teólogos y la eliminación de la censura eclesiástica, que coarta la libertad de los profesionales de la teología y limita la creatividad".

Derecho de reunión. "Reclamamos que se reconozca la libertad y el derecho de reunión de las comunidades y grupos cristianos, cualquiera que sea su orientación ideológica, y a todos por igual, sin privilegios para algunos, los más afines a la jerarquía, en detrimento de la exclusión de otros".

Pluralismo político. "Pedimos que no se identifique el cristianismo con los programas políticos y las organizaciones religiosas conservadoras, como con frecuencia sucede por parte de la jerarquía, y que se respete el pluralismo político y religioso en la sociedad y en la Iglesia".

Contra las sanciones. "Exigimos que se levanten las sanciones impuestas a los teólogos y teólogas, obispos y sacerdotes motivadas por el ejercicio de la libertad de expresión y por su compromiso con los pobres".

Petición de perdón. "Como demostración del cambio de actitud de la Iglesia católica, consideramos necesaria la petición pública de perdón del Papa por el encubrimiento y complicidad del Vaticano, así como de no pocos episcopados, en los casos de abusos sexuales en los que están implicados obispos, sacerdotes y religiosos".

Contra el silencio. "Pedimos que se derogen de manera inmediata cuantos decretos del Papa y de la curia romana han impuesto silencio durante décadas en los casos de abusos sexuales a menores y han impedido poner dichos casos en manos de la justicia".

Pontificado agotado. "Nos parece que el pontificado de Benedicto XVI está agotado y que el Papa no tiene la edad ni la mentalidad para responder adecuadamente a los graves y urgentes problemas que hoy tiene que afrontar la Iglesia católica. Pedimos por ello, con el debido respeto a la persona del Papa, que presente la dimisión de su cargo".

Mujeres sacerdotes. "Creemos necesario que se facilite el acceso de las mujeres al sacerdocio ordenado en sus diferentes grados, como sucede en la mayoría de las iglesias cristianas, para terminar por fin con siglos de injusta e injustificada discriminación de las mujeres en la Iglesia católica".

Supresión del celibato. "Nos parece igualmente necesaria la supresión del celibato obligatorio para los sacerdotes, medida disciplinar represiva de la sexualidad, que carece de todo fundamento bíblico, teológico e histórico y que no responde a exigencia pastoral alguna".

Por último, los teólogos recuerdan a la jerarquía del catolicismo "que el criterio determinante de conducta, en la Iglesia de Jesucristo, no es la obediencia incondicional al Papa, sino la fidelidad al Evangelio". "En nombre de dicha fidelidad y en actitud de diálogo -señalan-, presentamos estas propuestas".

JUAN G. BEDOYA - Madrid - 21/04/2010
EL PAÍS

Cigliola Cinquetti - Non ho l'età - 1983

Encuentra a la chica

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martes, 20 de abril de 2010

lunes, 19 de abril de 2010

domingo, 18 de abril de 2010

Corrupción a la sombra del poder

Correa creció mientras el PP se hacía grande. El éxito de Aznar era el suyo. El poder de sus amigos le hizo rico, y supo recompensarles. Cuando Génova perdió las elecciones y le echó, él buscó refugio en Valencia y Madrid y lo encontró. Y seguía creciendo. De no ser por la denuncia de uno de sus compinches, al que dejó de pagar, su red, que se ha llevado decenas de millones de las arcas públicas, seguiría enriqueciéndose cerca del PP. a partir del sumario y de testigos, EL PAÍS reconstruye la trama que ha puesto contra las cuerdas al Partido Popular.

En un primer vistazo, pocos le hubieran reconocido. Andaba lentamente, con los ojos enrojecidos, despeinado, cabizbajo. Atrás quedaba la sede de la Audiencia Nacional, el despacho de Garzón, horas de declaración. En su camino, su mirada se cruzó con la de un amigo que había acudido a darle ánimos. Francisco Correa, esposado, escoltado por la policía y a pocos metros del furgón que le iba a transportar a su celda de la cárcel de Soto del Real, lo soltó entonces como quien se deja caer: "Estoy bien jodido". Hacía años, casi décadas, que no lo admitía. Posiblemente desde aquellos días de 1993 en que andaba también cabizbajo, deprimido, buscando fortuna. Una época en la que, después de varios intentos fallidos, Correa, agente de viajes, se acercó al poder. Primero al PSOE, donde fracasó; luego al PP, una formación que en aquel momento vivía horas bajas después de la segunda derrota electoral de José María Aznar frente a Felipe González. Ahí tuvo más suerte. Empezaba su historia.

- El propio Correa cuenta que estaba arruinado y el PP, donde le acogieron Cascos y Bárcenas, le permitió hacerse rico
- Correa es un conseguidor. Apenas invierte, vende sus contactos al mejor postor y compra políticos
- El Gobierno de Aguirre ha utilizado mucho la red de Correa. Hasta para montar el Belén, que la presidenta supervisa
- Ayudado por su "amiguito del alma" Camps, la empresa de 'El Bigotes' acumula contratos públicos
- El ex director de Canal 9 facilitó a la trama un contrato de la visita del Papa. Correa sacó de tajada un millón de euros.

Según su propia declaración, conoció a Elvira Aznar, hermana del presidente del PP. En Génova entra en contacto con quienes le abrirían las puertas: Luis Bárcenas, entonces gerente, más tarde tesorero, fiel a Correa durante casi diez años, y Francisco Álvarez Cascos, secretario general. Los políticos viajan sin parar: convenciones, reuniones, visitas... el agente de viajes empieza a hacer dinero. Sabe que puede haber mucho más, y ofrece precios muy ventajosos. Correa descubre enseguida que un partido, que vive en un 90% de fondos públicos, funciona como una empresa: contrata con quien quiere, sin concurso, sin publicidad. Lo importante es llevarse bien con quien decide. Y él es un maestro en eso. Ahí empieza su conocida generosidad. Regalos, agasajos de todo tipo y viajes gratis. Hacía que los políticos hicieran viajes de familia, de novios, de placer, con su agencia y luego se negaba a cobrarles. Así les tenía en el bote. Pero lo apuntaba todo en su contabilidad B, la que le ha perdido.

Su especialidad: los relojes. Cuentan en el PP cuál era su técnica. "Te invitaba a comer y al final te dejaba una bolsa roja encima de la mesa. 'Ábrela en casa', decía". La red se llegó a gastar, según el sumario, 140.000 euros sólo en 33 relojes de lujo de la joyería Suárez para agradecer favores o pedirlos. Entre ellos la estrella, un Patek Philippe oro de 9.000 euros. Sus clientes no son millonarios, son políticos caprichosos con sueldos públicos y gastos de ricos, y Correa lo sabe. Como Guillermo Ortega, ex alcalde de Majadahonda. "Era un apasionado de los relojes; un apasionado no, un descerebrado", contó al juez el ex concejal Juan José Moreno, que explicó que Ortega tenía un armario en su casa "absolutamente bestial" lleno de relojes. Al menos media docena de ellos regalados por Correa.

Don Vito -así pide que le llamen sus empleados- agasaja a sus clientes, y al poco tiempo logra el gran salto. "Bárcenas me dijo: '¿Vosotros seréis capaces de organizar un mitin político?", explica Correa al juez. "Nunca lo hemos hecho, pero creo que sí", contesta. En poco tiempo, era como un dirigente más. Viajaba con Aznar a todas partes, organizaba las campañas electorales, se comportaba como un miembro de la cúpula e incluso trataba con altanería a algunos de los políticos de verdad -todos los periodistas que seguían al PP recuerdan su aire chulesco-. Ahora todos insisten en que apenas le conocían. Pero los periodistas, todos, dan fe de que estaba en todas partes, imposible de olvidar con su melena engominada.

La red se expande: el PP llega a La Moncloa
El PP gana las elecciones de 1996, y el imperio Correa empieza a crecer. Sus contratos se multiplican. Cuando llega la mayoría absoluta de 2000, las cosas mejoran aún más. "Una de las cuentas que teníamos entonces era la de AENA, porque Paco Cascos, con el que yo tenía cierta relación, me la dio. Era muy importante, se hacían Fitur y un montón de eventos", explica al juez. Tres empresas de la red, TCM, Special Events y Pasadena Viajes, facturaron 2,2 millones de euros a AENA entre 2000 y 2003, con Cascos de ministro.

Como él mismo reconoce, su especialidad son "las relaciones con políticos". Desde que el partido llega al Gobierno ya no sólo hacía todo en el PP nacional -eso es mucho negocio en una formación política que maneja actualmente un presupuesto oficial de 90 millones de euros anuales-, también logra expandirse. Tiene el apoyo de Bárcenas y del equipo de organización, la sexta planta de Génova, un área clave por la que han pasado casi todos los dirigentes importantes del partido, desde Javier Arenas hasta el propio Mariano Rajoy, que fue vicesecretario de organización y jefe de las campañas de Aznar en 1996 y 2000. Lo hace todo en Galicia, donde entabla amistad con Pablo Crespo, entonces secretario de organización del PP gallego y después su mano derecha, ahora encarcelado con él. Y empieza a trabajar para el PP de Madrid, de Castilla y León...

Pero no basta. El jefe quiere crecer. Y sabe que el dinero de verdad está en los ayuntamientos y las comunidades. No ha perdido el tiempo. En los mítines, mientras otros pasan el rato aburridos, él hace amigos. Y entre ellos, uno muy importante: Alejandro Agag. El propio Correa lo explica muy claro: "A los mítines van las bases del partido. En los polideportivos, en las plazas de toros, yo empecé a conocer a gente joven, de Nuevas Generaciones, e iniciamos una amistad con muchos de ellos que luego fueron alcaldes, y otros fueron ministros, y otro se fue a Europa, y otro se casó con la hija del presidente [Agag se casó en 2002 con Ana Aznar, y Correa, muy amigo del yernísimo, fue uno de los 20 testigos del matrimonio]". "Fuimos creciendo poco a poco", explica. Nunca, en los más de 60.000 folios del sumario, Don Vito deja tan clara una evidencia que no escapa a ninguno de los dirigentes del PP: la red corrupta de Gürtel fue creciendo con el partido. El éxito de Aznar era el éxito de Correa.

Su relación con la familia del presidente es intensa. Fue Agag quien le convenció, explica, para que pusiera a su ayudante, Álvaro Pérez, El Bigotes, a llevar los actos de Aznar. "Álvaro es el sobrino de Pajares. Y entonces me dijo Alejandro, ponle para que lleve los actos del presidente, y yo le dije, ¿pero tú estás loco?, uno que viene del mundo de Pajares... Bueno, pues lo pusimos y Ana Botella se enamoró de él, en el buen sentido, le encantó, y empezó a trabajar con él y tuvo un éxito tremendo".

Los paraísos fiscales
Pero no basta. Nunca basta. Correa quería hacerse millonario. Y lo logró. Sólo en Suiza se han detectado 21 millones de euros de la red. Pero para llegar hasta ahí no son suficientes los actos políticos, con ser un gran negocio. "Nadie se hace tan rico con las traseras (los escenarios de los mítines)", explica un presidente autonómico, "el dinero está en el ladrillo, lo sabe todo el mundo, y ahí es donde hay que buscarlo", concluye.

Correa también lo ve claro. Quiere hacerlo, pero, según su particular estilo, todo con empresas patrimoniales, siempre sin poner su nombre -para eso ya tiene a su testaferro favorito, su primo Antoine Sánchez-, y otras en paraísos fiscales para ocultar el dinero de su gran negocio: las comisiones. Correa es un conseguidor. No invierte apenas, gasta mucho en favores, regalos y sobornos, y vende sus contactos al mejor postor. Él conoce a los políticos. A veces les monta actos gratis a cambio de favores, otras hace de gancho y otras les presiona o directamente les paga para que den concesiones o licencias o recalificaciones a las empresas que entran en contacto con él. Sobre todo Constructora Hispánica y Teconsa. El caso de esta última empresa con la variante de Olleros de Alba es paradigmático. En el registro de la red ha aparecido el detalle perfecto de cómo funciona la corrupción. Teconsa se lleva la obra, y el 3% va en comisiones para Correa, el conseguidor. 120.000 euros sólo en una operación pequeña. Claro que toca repartir. Y eso a Don Vito nunca le importó. En la contabilidad B de la trama figuran las iniciales de los que compartían esa tarta. TO (que aparece también como TOTI), J, G, L... Algunos coinciden con las iniciales de los miembros del Gobierno de Castilla y León que adjudicaron la obra. Entre ellos, el entonces consejero de Fomento y hoy presidente de las Cortes, José Manuel Fernández Santiago, conocido por sus amigos como Toti. Él niega todo.

Correa quiere expandirse, multiplicar su red, crear sociedades pantalla. Pero necesita a alguien que sepa cómo hacerlo. Don Vito ya no es un don nadie. La gente sabe cómo se mueve con Aznar y su entorno, él se hace notar, presume de amistades. Todo el mundo le ha visto de impecable chaqué en la boda de la hija de Aznar en El Escorial, con Tony Blair y Silvio Berlusconi, testigos como él. Es amigo de Agag, hace todos los actos del presidente... Correa es ya en sí un gran negocio. Y a él se asocia un peso pesado, Luis de Miguel. Y después, cuando rompen, llega José Ramón Blanco Balín, que fue vicepresidente de Repsol, la segunda empresa de España. Otro gran amigo de José María Aznar, inspector de Hacienda como él. De Miguel se demuestra rápidamente como un genio del camuflaje. Crea y destruye empresas, coloca testaferros... Y Blanco Balín remata su trabajo. "Cuando la policía registró el despacho de Ramón Blanco, yo entré en un infierno, es mi administrador, ¿sabes?", le explica Correa a un socio en una conversación intervenida.

Agag no está, de momento, entre los imputados, aunque en la contabilidad B hallada al contable de la trama, José Luis Izquierdo, figura una casilla vacía de Excel y anotaciones sobre Agag referidas a pagos de viajes gratis total. Agag fue socio y muy amigo de Jacobo Gordon, otro de los delfines de Correa. "¿Pagas alquiler de oficina?", pregunta Correa a Gordon el 20 de enero de 2009. "No, lo paga Alejandro". En su declaración ante el juez Pedreira, Correa señala que conoció a Gordon a través de Agag. Los dos vivían entonces en Londres.

Responsabilidad 'in vigilando' de media cúpula
Correa se enriquece a la vista de todos. No disimula. Y algunos de sus amigos en Génova, también. Los compañeros de Bárcenas dicen ahora que a todos les llamaban la atención los viajes, los safaris de superlujo, el esquí extremo saltando desde un helicóptero, en alguien que no era más que un funcionario del partido. Pero nadie hizo nada. Al menos por responsabilidad in vigilando, la trama afecta a más de la mitad de la cúpula actual del PP. De hecho, todos aparecen, de una u otra manera, en el sumario, aunque a nadie se le imputa ningún acto ilícito. Javier Arenas y Ana Mato dirigían el equipo de organización. Rajoy se encargaba de las campañas de Aznar. Pío García Escudero fue jefe del PP de Madrid cuando todo se hacía con Correa, que le regaló un reloj, aunque él asegura que lo devolvió. Era además el presidente de Fundescam, que, según la contabilidad de la red hallada en los registros policiales, pagó parte de la campaña de Esperanza Aguirre en 2003, algo ilegal. Fundescam recibía dinero de empresarios, entre ellos Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE, que se ha visto beneficiado por cambios de leyes madrileñas para sus concesiones de transportes públicos. Teóricamente debía gastarlo en cursos. Pero el sumario apunta a que lo gastaba en campañas electorales. Presunto delito electoral, porque la financiación ilegal no existe como tal.

Dolores de Cospedal, la actual secretaria general, lo ha explicado de manera sui géneris. Sostuvo ante Iñaki Gabilondo, en CNN+, que mientras estaban en el Gobierno, el PP "descuidó el partido". Una acusación directa para Álvarez Cascos y el propio Arenas, que fueron secretarios generales mientras Aznar gobernaba.

Un ex ministro de ese Ejecutivo tiene una explicación mucho más dura. "El PP, como el PSOE, está pensado para gobernar. Y nunca lo había hecho hasta 1996. Cuando se llega ahí, todo el mundo quiere estar en el Gobierno, tocar poder, ver cómo es eso. Entre los que no lo consiguen y se quedan en el partido como gente en la sombra, algunos se frustran rápido, empiezan a sentir envidias, y, ya que no tienen poder, es fácil que empiecen a pensar en conseguir otro tipo de cosas. Y si ahí hay un listo, y Correa lo es, sabe que son fáciles de corromper".

El PP pierde las elecciones: empiezan los problemas
La red está en la cima en 2004. Cada vez tiene amigos más importantes, el PP va a volver a ganar, el negocio es seguro.

Pero, contra todo pronóstico, Rajoy cae derrotado en las elecciones de 2004. Y con la derrota vienen los problemas. Los partidos en la oposición tienen mucho menos dinero, y sobre todo tienen muchos menos favores para repartir. Correa empieza a ponerse nervioso. Hay que alimentar a la fiera como sea. Y empieza a cometer errores. O desde Génova empiezan a cuidar un poco más el corral.

Rompe con Agag -"dejamos de ser amigos hace seis años", le explica al juez, esto es, en 2003-2004- y se va de la lengua, como casi siempre, pero esta vez había alguien mirando. En Génova deciden cortarle el grifo. Hay denuncias de que se está aprovechando de sus contactos en el PP para hablar en nombre del partido pidiendo recalificaciones y favores en ayuntamientos de la sierra de Madrid. La cúpula, ya dirigida por Rajoy, que nunca se ha encargado de los asuntos del dinero, según confesión propia, decide romper con ellos. Aunque a nadie se le pasa por la cabeza denunciarlos a la policía. Los trapos sucios se lavan en casa. O no se lavan. A Luis Bárcenas le toca la parte más fea. Tiene que decirle a su amigo, su socio incluso en algunos negocios -la investigación ha constatado al menos una empresa conjunta-, que ya no va a hacer todos los actos del PP. Correa monta en cólera. A sus colaboradores empieza a decirles que Bárcenas es un cabrón, un desagradecido, después del dinero que le ha dado. "Yo a Bárcenas le he llevado 1.000 millones de pesetas. Yo, Paco Correa, le he llevado a Génova y a su casa. Líquidos, yo sé cómo lo tiene, yo sé cómo lo saca de España... en paraísos fiscales", llega a decir en una grabación. Ante el juez explica que le han malinterpretado, que quería decir que ha ahorrado al PP más de mil millones de pesetas. "Yo, a veces, cabreado, porque soy una persona con mucho carácter, digo cosas que se malinterpretan", se justifica. Dice que a Bárcenas le llevaba muchos sobres, sí, pero con billetes de avión, porque "viajaba todo el tiempo". "Tiene usted una forma difícil de expresarse, le tiene que haber originado muchos disgustos", ironiza el fiscal. "Tiene usted razón", contesta Correa.

Correa busca soluciones: amigos en Madrid
La red se reorganiza. Correa inventa una estratagema para seguir en Génova. Ficha al secretario personal de Aznar en La Moncloa, Antonio Cámara. Sus vínculos con el aznarismo son inagotables, y aún le dan una alegría. Rajoy, que siempre insiste en público en que dejó de trabajar con ellos en 2004, contrata a Correa, a través de Cámara, para hacer la campaña del referéndum de la Constitución Europea en 2005. "El que llamaba aquí era a Antonio Cámara, creíamos que no tenía relación con Correa", se justifican en Génova. Es difícil imaginar que el omnipresente Correa pudiera hacerse invisible. Cámara aparece en el sumario como perceptor de 90.000 euros en sobornos.

Pero el grifo de Génova, donde empiezan las peleas internas después de la derrota electoral y la pérdida del poder, se agota. Siempre habilidoso y convencido de que la política es su negocio, Correa busca refugio. Aún tiene muchos amigos. Jesús Sepúlveda, el que fuera organizador de todos los actos del PP con Aznar, es tan amigo del ex presidente -trabajó para él ya en Valladolid cuando era presidente de Castilla y León, con su entonces esposa, Ana Mato- que lo ha colocado en 2003 sin problemas como alcalde de la ciudad en la que vivirá al dejar La Moncloa, Pozuelo de Alarcón. El municipio con el nivel de renta per cápita mayor de España es un gran negocio. Sepúlveda domina tanto ese municipio que logró un alquiler muy ventajoso de una casa de 500 metros en La Finca, la urbanización de superlujo en la que vive Cristiano Ronaldo. Allí vive aún, a pesar de que en este momento sólo ingresa un sueldo del PP que Rajoy decidió pagarle hace pocos meses porque era trabajador del partido en excedencia y pidió el reingreso. El líder le hizo un contrato como asesor, aunque en realidad cobra sin hacer nada.

Con el aznarista Sepúlveda, Correa ensaya la fórmula que expandirá a otros ayuntamientos madrileños. Sobornos y regalos a cambio de concesiones, como la Oficina de Atención al Ciudadano. El sumario atestigua que al imputado Sepúlveda la red le regaló un Jaguar y un Range Rover, además de un televisor de plasma y varios viajes gratis. Según la contabilidad B de Correa, Sepúlveda, primero en sus años de hombre de aparato de Génova y después como alcalde, recibió más de 400.000 euros en sobornos. La red organizaba pagos de salarios mensuales a sus mejores contactos políticos. En el caso de este amigo de Aznar y de Correa, según los investigadores se produjo "una cierta asimilación entre empresa y partido", esto es, no estaba claro si trabajaba para el PP o para la red.

La expansión inmobiliaria y los contratos de Aguirre
Correa ficha a otros alcaldes. Madrid está en plena expansión inmobiliaria, hay negocios por todas partes, y los primeros ediles controlan las recalificaciones y las ventas de suelo público, que harán millonarios a decenas de españoles. Es la era del ladrillo y Don Vito sabe moverse como nadie en el mundo de esos alcaldes que eran dirigentes de segunda fila y ahora tienen un enorme poder. En Boadilla, Arturo González Panero, el Albondiguilla, le proporciona jugosos contratos para sus empresas amigas. Y Correa le regala 10.000 euros en trajes -"es uno de esos alcaldes que no saben vestir", ironiza en una grabación-, 1.300 en zapatos, televisores de plasma, viajes...
En Arganda ficha a dos. El alcalde, Ginés López, se habría llevado más de 500.000 euros en sobornos, y el teniente de alcalde, Benjamín Martín Vasco, un aguirrista de pro que llegó incluso a presidir la comisión de investigación del espionaje despreciando a la oposición, se llevó casi 350.000 euros de la trama. No sólo en dinero. A Martín Vasco le regalaban relojes y todo tipo de viajes, incluido el de bodas, a la Polinesia. El generosísimo Correa pagó incluso el banquete de la boda.

Correa no se conforma. Quiere más. La Comunidad de Madrid es un pastel jugoso. Él había organizado la campaña electoral de Esperanza Aguirre y el congreso que la aupó a la presidencia del PP madrileño en 2004. Fue por orden de Pío García Escudero, señalan en el entorno aguirrista. Pero con la llegada de Francisco Granados al partido, y la salida de García Escudero, pierde esa cuenta. Cada político tiene sus empresas de confianza, sus amigos, su juego. Perdido el partido, Correa apunta al Gobierno. Y gana. Allí tiene a un buen amigo, Alberto López Viejo, un íntimo de Aguirre, el que lleva todos sus actos. La presidenta es fanática de la imagen, de los actos públicos. Gasta mucho en eso. Y le pide que los organice a López Viejo, un oscuro concejal del Ayuntamiento de Madrid que ella ha recuperado, hasta convertirlo en consejero de Deportes. Todos los consejeros lo saben: si hay un acto y ella acude, es López Viejo quien se encarga. Y con él su amigo Correa. Más de 500 contratos hace el Gobierno de Madrid, todas las consejerías, con la red. Aguirre sostiene que él la engañó, que ella no sabía que detrás de los actos estaba Don Vito. Lo cierto es que su Gobierno ayudó a hacer rico a Correa con decenas de contratos opacos y troceados por debajo del límite legal de 12.000 euros para no tener que hacer concurso. El contacto de la red con la presidenta, a través de Felisa Jordán, una empleada de Correa, era tal que cada mañana alguien del equipo de Aguirre se ponía de acuerdo con ella para que las traseras combinaran con el color del traje que elegía la presidenta. El Gobierno madrileño contrató con Correa incluso el montaje del tradicional belén de la Puerta del Sol, eso sí, con contratos despiezados, de menos de 12.000 euros. Aguirre, que alega desconocimiento, seguía este asunto con mucho detalle. Los montadores recuerdan sus manías por cambiarlo todo. En 2007, el belén que visitan los madrileños se quedó unos días sin Niño Jesús. La presidenta había ordenado cambiarlo. "Lleva las cejas pintadas, es muy grande y tiene los ojos cerrados, que lo quiten", dijo sin contemplaciones. Y lo quitaron.

Más salidas: a Valencia con el amigo Camps
Correa tiene ya sus tentáculos por todas partes, se ha recuperado sin problemas pese a haber perdido el negocio de Génova. Pero no basta. Se está haciendo tan rico que compra varias máquinas para contar el dinero negro que le llega, pero quiere más. Discurre y recuerda algo importante. Alvarito, El Bigotes, tiene una relación personal espléndida con Francisco Camps. El valenciano era otro de los desconocidos hombres del aparato de Génova, lejos del poder del Gobierno, pero en 2003 le había tocado la lotería, políticamente hablando. Supo aprovechar la retirada de Eduardo Zaplana, llamado por su amigo Aznar a Madrid para que fuera ministro de Trabajo, y se colocó como presidente de la Generalitat. Una bicoca. Partido y Gobierno juntos, mayoría absoluta... la especialidad de Correa.

El Bigotes toca a Camps, que acepta encantado. Tanto, que ordena que todos los actos del PP valenciano los haga El Bigotes. Mucho antes de que Ricardo Costa llegue a secretario general, en 2007, Pérez ya lo hacía todo. Por orden de Camps, coinciden todas las fuentes del PP valenciano consultadas. "Cuando Álvaro dejó de trabajar para Mariano Rajoy, Paco Camps se lo llevó a Valencia y trabaja allí y le hace las campañas", explica Correa al juez. Pérez, madrileño, decide trasladar su residencia a Valencia, donde está su amigo y, con él, el negocio seguro de la política. Su relación con el presidente y especialmente con su esposa, Isabel Bas, es de intimidad total. En una conversación incluso se explica que Pérez está preparando las obras de la farmacia de Bas con un contacto suyo. En otras, cuando hay algún problema de dinero, señala "depende de la cara que me ponga Vicente [Rambla, vicepresidente de la Generalitat] le voy a decir que se lo voy a mandar con Isabel vía farma", esto es, que va a ir a la farmacia a arreglarlo con la mujer de Camps.

Como hizo con Aznar, El Bigotes se concentra en caer bien a las mujeres de los políticos. Es su estrategia, y funciona. En una conversación con su esposa, ex mamma ciccio, Pérez explica que se está camelando a la mujer de Juan Vilallonga, otro personaje próximo a Aznar -fueron compañeros de pupitre en el colegio del Pilar y lo colocó como presidente de Telefónica-, porque puede ser el próximo presidente del Real Madrid y eso es negocio seguro. La complicidad de El Bigotes con la familia Camps llegó a tanto que tenía más poder que algunos consejeros, señalan en el PP valenciano. Tanto como para que Ricardo Costa le diga en una conversación, cuando el otro le cuenta que va a cenar con Camps: "Dile al presidente que me ponga en el Gobierno".

La financiación irregular en Valencia
La red sigue ampliando negocios. De los contratos del PP pasa a trabajar para la Generalitat. Se convierte en la empresa favorita del Gobierno. Y esa complicidad acaba en posible financiación ilegal. Es lo que trata de probar un informe de la Brigada de Blanqueo de Capitales fechado el 29 de julio de 2009. La causa da un giro con su aparición. Ya no eran trajes regalados a Camps -más de 12.000 euros-. La policía descubrió que al menos cinco empresas (una de ellas, Sedesa, del sobrino del vicepresidente del Gobierno valenciano, Juan Cotino) entregaban sumas de dinero para pagar actos del PP de Valencia. Al menos 6,3 millones de euros llegaron a la red Gürtel en Valencia por esta vía. Todo en dinero negro. Es lo que en puridad se llama un delito electoral.
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Los contratos se concedían "como contraprestación a los favores realizados para la fuerza política, concretados en el pago de actos políticos". La policía descubre un sistema "de doble facturación y financiación irregular". Orange Market, la empresa de la trama corrupta que organizaba los actos, hacía una factura real (con IVA) a la que llamaba deuda Alicante y otra (sin IVA y que no aparecía en el reflejo contable) a la que denominaba deuda Barcelona ("en referencia a que se ingresa en la caja B"). Y pasaban al cobro a las empresas constructoras por actos que eran del PP.

Era el remate, la siguiente estación del viacrucis de Gürtel, según analizan los dirigentes populares: cuando los jueces empiecen a imputar a gente por este asunto, tendrán que rodar cabezas en Valencia. Esta comunidad ha sido un quebradero de cabeza para Rajoy, sobre todo desde que EL PAÍS publicó dos conversaciones muy comprometidas, grabadas por orden judicial, entre El Bigotes y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que nadie en el PP, y pocos fuera de él, han olvidado. Era la Nochebuena de 2008 y los Reyes de 2009. Pocos días antes de que estallara el caso, lo que demuestra que de no ser por la investigación, Correa y Pérez habrían seguido haciéndose ricos gracias a sus amigos valencianos. El PP tembló cuando leyó esas palabras de Camps a Pérez: "Te quiero un huevo, amiguito del alma, tenemos que quedar para hablar de lo nuestro, que es muy bonito". Hasta ese día, Camps había negado que El Bigotes fuera su amigo, y su entorno señaló que había acudido a su boda, una fiesta por todo lo alto en el Veles e Vents, una instalación portuaria de la Copa del América, "como va a otras muchas bodas". Camps nunca ha explicado esa conversación. Su entorno se limita a hablar de "montaje". Él lo llama "el lío". Pero nunca ha respondido a una pregunta sobre su amistad con El Bigotes. Y aún hoy sigue huyendo de los periodistas.

El Bigotes trasladó a Valencia la política que había aprendido en Madrid con Correa: para regalos a políticos, siempre hay dinero. Es una inversión segura. Llegó incluso a convencer a su sastre de confianza, José Tomas, director de ventas en la tienda de Milano de la calle de Serrano, a sólo unos metros de la sede central de las empresas de Correa, para que viajase a Valencia a tomar medidas al propio Camps. Cuando el presidente viajaba a Madrid, Tomás se iba a su habitación del Ritz a tomarle medidas y probarle trajes. Era un cliente exigente, que incluso obligó al sastre a buscar por todas partes una trabilla especial, llamada italiana. En la contabilidad de la red figuran regalos de trajes a varios políticos: el ex asesor del gabinete de la Consejería de Turismo Rafael Betoret, el ex secretario general del PP valenciano Ricardo Costa, el ex vicepresidente Víctor Campos y Pedro García, director de Canal 9, la televisión pública de la región.

Correa controlaba el negocio de Orange Market en la distancia a través de su contable en Madrid, José Luis Izquierdo, quien a su vez anotaba en la caja B de toda la red empresarial los ingresos de dinero negro de la firma que dirigía El Bigotes. Y con las técnicas lisonjeras y su amistad con Camps, no tardó en acumular contratos públicos. Desde que se trasladó a Valencia en abril de 2004, Orange Market creció vertiginosamente. Los políticos para los que preparaba actos públicos eran los mismos que gobernaban en la administración que le adjudicaba contratos. En 2005, el Gobierno de Camps le adjudicó montar el pabellón valenciano en la Fitur de Madrid. Un millón de beneficios. Y en los cuatro años siguientes también lo consiguió. En Valencia empezaba a vérsela como la empresa cabecera del PP de Camps. Más de ocho millones en contratas a dedo logró Orange Market del Gobierno valenciano entre 2004 y 2008, de sus distintas consejerías. Especialmente de la de Turismo, durante el mandato de Milagrosa Martínez, La Perla (así llama ella a sus interlocutores, de ahí su apodo), a la que regaló un reloj de 2.400 euros. Ella, hoy presidenta de las Cortes -en Valencia no ha dimitido nadie aún, al contrario que en Madrid o en Génova-, estaba agradecidísima y le concedía la organización del stand de la Comunidad en Fitur. A cambio, desde Orange Market salieron miles de euros en regalos para los altos cargos y sus mujeres. Pérez dio dádivas a los padres, hijas, al propio Camps y a su esposa, Isabel, Isa para El Bigotes. Pulseras, medallas, un robot de 1,800 euros... "Con el mío [con mi regalo] te has pasado 20 pueblos...", le dice Isa a El Bigotes en otra conversación grabada el 7 de enero de 2009.

El sumario del juez Pedreira ha aflorado conversaciones con otras esposas. Como Pilar, mujer del actual vicepresidente, Vicente Rambla.

Álvaro: "Yo tengo una cosa para ti y otra cosa para Vicente. Para Vicente le he puesto carbón sobre todo, pero luego tengo, el domingo le daré a tu hija y a tu hijo un regalo, porque he hecho un regalo muy especial para los hijos de la gente que quiero, ¿vale?".
Pilar: "Ah, mira, qué bonito".
Álvaro: "Vale, pero a mí no me importa darle lo de tu hija y lo de Vicentito, dároslo el domingo, delante de Pedro y de Lourdes, no me importa, pero tengo un detalle para ti que no te lo quiero dar delante de nadie, te lo quiero dar a ti solita".
Pilar: "Vale".

Ambición desmedida: la visita del Papa
Pedro García, fiel escudero de Camps al frente de Canal 9, logró que el caso Gürtel no existiera para la televisión pública, para bochorno de los trabajadores. Por poner sólo un ejemplo, cuando Rajoy se reunió con el presidente en Alarcón para pedirle que tomara medidas ante el escándalo, para Canal 9 habían hablado "de la crisis económica". Todas las televisiones de España hablaban de posibles dimisiones en Valencia; Canal 9 exhibía a Camps pidiendo la dimisión de Zapatero. García era muy amigo de El Bigotes, hasta el punto de que éste le montó una fiesta por todo lo alto en Marraquech (con aviones privados de la familia Cotino y aerotaxis) por su 40º cumpleaños. Y supo ser agradecido.

En abril de 2006, el Papa visitó Valencia. Camps había luchado mucho por esa visita. Incluso viajó a Roma, vestido por El Bigotes, para organizar los preparativos. García, en un contrato inaudito, adjudicó la sonorización e instalación de las pantallas de imagen del Papa a Teconsa, una constructora de Castilla y León que no tenía ni idea de sonorizaciones. Pero, eso sí, tenía a Correa y sus contactos. Teconsa subcontrató con una firma sevillana que sí sabía. Total, 6,3 millones de euros costó el asunto a Canal 9, que se nutre del dinero de los valencianos con una enorme deuda. Los sevillanos lo hicieron por 3,1 millones. El resto, a repartir. Una parte a Teconsa, y al menos un millón al bolsillo de la trama, limpio de polvo y paja, sin invertir un duro, sólo por sus contactos con Camps y García. Este último dejó Canal 9 poco antes de que se conociera el escándalo del Papa. Cuando el juez pidió la documentación, vio venir la presión y se apartó, pero oficialmente nunca se ha reconocido ninguna irregularidad.

Sin ninguna experiencia en la Comunidad Valenciana, El Bigotes se hizo, pocos meses después de abrir su empresa, con la elaboración de una guía de la comunicación (12.000 euros), la organización del segundo congreso de Software libre (cuatro contratos de 12.000 euros), el tercer Open de Tenis (11.900), una exposición de parques naturales (11.900). En plena fiesta del despilfarro, llegó a facturar ese año 150.000 euros a la Generalitat por un almuerzo multitudinario en Madrid. Igual que en la Comunidad de Madrid, desde la Generalitat se troceaban los contratos para adjudicarlos a dedo a El Bigotes.

Camps se ha salvado, de momento, de tener que sentarse en el banquillo de los acusados por cohecho impropio gracias a que un juez al que él mismo definió en público como "más que amigo", Juan Luis de la Rúa, sumó su voto al de otro juez del Tribunal Superior, y por un dos contra uno (hay tres jueces) le exoneraran de recibir regalos en función del cargo. El asunto está ahora en el Tribunal Supremo, gracias a un recurso de la Fiscalía Anticorrupción, y se votará el día 12 de mayo. Su futuro judicial es incierto, porque, aun en el caso de que el Supremo le salvase de la causa de los regalos y los trajes, el juez Pedreira investiga en este momento un informe de 500 páginas que describen una trama de financiación del PP de Valencia en la que hay denunciados más de una decena de altos cargos, entre ellos Camps. Las pesquisas de Pedreira avanzan.

La crisis final: todo por la denuncia de un socio
Si todo iba tan bien, ¿qué le falló a Correa? Murió de éxito. Se creyó tan invencible que cometió errores. Primero, dejar de pagar los 3.000 euros mensuales que, como a otros muchos políticos, ingresaba a dos concejales de Majadahonda, José Luis Peñas y Juan José Moreno. Correa llegó incluso a colocar a su mujer como jefa de gabinete del alcalde de Majadahonda. Pero Aguirre lo acabó echando por una polémica con la venta de unos terrenos públicos. Aun así, le subió el sueldo de 12 a 17 millones de pesetas al nombrarle gerente del Mercado Puerta de Toledo. Peñas y Moreno, que acabaron en el Grupo Mixto y expulsados del PP, dejaron de ser interesantes para Correa cuando, en las elecciones de 2007, financiados por él -se gastó unos 50.000 euros, parte en jamones para invitar a los votantes-, no sacaron ni 100 votos como independientes con Corporación Majadahonda. No sabía que Peñas llevaba meses grabándole sus fanfarronadas, sus relatos sobre sobornos, contratos, amigos, chanchullos. Cuando Peñas acudió a la fiscalía, los investigadores comprobaron que muchas de esas fanfarronadas eran ciertas. Se trataba de un caso de corrupción en toda regla. El mayor escándalo en la historia del PP, peor incluso que el caso Naseiro, que también acabó con la cabeza del tesorero. El juez Garzón autorizó grabaciones de la policía que confirmaron la denuncia. Y decidió a detener a los cabecillas cuando, en una conversación, intuyó que Correa estaba preparando una estrategia para obtener la nacionalidad panameña y huir del país para disfrutar de sus millones.

Los datos demuestran que fue Peñas, y no Aguirre ni una investigación oficiosa ni arbitraria de la policía, quien destapó la trama Gürtel. De hecho, unos años antes, Peñas había ido con su compañero Moreno a tratar de entregar a Aguirre un dosier donde se describían corruptelas en la zona norte de Madrid. Se negó a recibirles. "No quiero ver a esos dos hijos de puta", se le oyó decir con la puerta entreabierta.

Si Peñas ya había visto cosas raras, delictivas, mientras compartía despacho en Majadahonda con la mujer de Correa, sus largas charlas, almuerzos y viajes acompañando a Don Vito terminaron asqueándole, dice. Le invitaba al chalé de Sotogrande, Cádiz, con barco y atraque propios; al de Ibiza, que Correa compró por tres millones y medio y reformó ilegalmente con otros tres más; a la finca de Pozuelo, su residencia habitual en Madrid, cercana a la actual casa de Ronaldo...

Correa vivía como lo que es, un millonario, pero nada estaba a su nombre. Bueno, sí, una moto Suzuki. El sumario ha destapado que llevaba diez años sin existir para Hacienda. Pese a que se le calcula un patrimonio, en España y en el extranjero, superior a los 50 millones de euros, no ha declarado nada al fisco desde 1999. Tenía testaferros y sociedades pantalla para todo: todoterrenos de lujo, chófer personal, secretarias, asesores... Y prostitutas de alto standing por doquier. El juez Pedreira ordenaría tiempo después, ya en plena investigación, eliminar del sumario grabaciones de conversaciones comprometedoras, no sólo para Correa. Y fotografías de orgías, captadas por ellos.
Peñas buscó pruebas, y las encontró. Forzaba almuerzos con Correa, en el restaurante Sorolla, y luego copas en el hotel Fénix, centro de intercambio de sobres con dinero de la trama. Don Vito quería parecer un hombre por encima del bien y el mal. Precisamente él, que se avergonzaba de su padre porque la empresa familiar de zapatos fue a la quiebra. Él, que no había estudiado, lo tenía todo.

Dos años tardó Peñas en juntar las pruebas, desde finales de diciembre de 2005 hasta finales de 2007. Ni de lejos podía imaginar Don Vito que él, que había intentado incluso utilizar un vídeo en el que se veía a Rajoy en un descanso de una convención política hablando con Xesús Palmou mientras criticaban a Manuel Fraga -"el viejo está gagá"-, estaba siendo objeto de su misma medicina. Todos sus encuentros con Peñas eran registrados en una grabadora que escondía "en el bolsillo de su chaqueta, del pantalón, en un portafolios"... "Llegué a pasar miedo alguna vez por si se daban cuenta", confiesa Peñas.

El principio del fin de Correa tiene una fecha: diciembre de 2007. Peñas le ha grabado kilómetros de conversaciones. Y decide dar por cerrada la caza de Correa cuando cree que tiene suficiente material. La última conversación que le graba es la de los 1.000 millones de pesetas a Bárcenas.

Se acabó. Garzón ordena detenciones: el 'pen drive'
Los policías empiezan a cuadrar las piezas. Cae el asunto en el Juzgado Central de Instrucción 5 de Madrid, el de Baltasar Garzón. ¿Por qué? Porque Garzón tenía una pieza separada en su juzgado sobre una investigación de Luis de Miguel, el experto en paraísos fiscales que asesoró a Correa hasta que llegó Blanco Balín.

"Hay pruebas sobradas contra todos los que son. Y es muy probable que salieran otros que son y que aún no están", señalan fuentes de la investigación. El 6 de febrero de 2009, por orden de Garzón, se producen las detenciones de Correa, su primo Antoine Sánchez y el número dos de la trama, Pablo Crespo. Poco antes, la policía se había presentado en las oficinas madrileñas de la trama, en la calle de Serrano, 40, y en la de Martínez Campos.

Los empleados casi les estaban esperando, pero de nuevo un error hundió a la red. Llamaron al interfono y enseguida se corrió la voz de que era la policía. A José Luis Izquierdo, contable de Correa, sólo le dio tiempo a cerrar la mano bien fuerte para ocultar un pen drive que guardaba en su cajón. Tras una hora de registros, un agente notó que ese hombre nunca abría la mano. Le obligó a hacerlo, y ahí estaba. Los agentes acababan de toparse con dinamita pura.

Allí, y en una libreta azul que más tarde incautaron los agentes a Izquierdo, estaba casi todo. Parte de las cuentas B, el dinero negro de la trama Gürtel. Pero con un inquietante añadido: la relación de altos cargos del PP, unos con sus nombres completos y otros con iniciales, como L. B., o Luis El Cabrón, para tapar, según los investigadores, al tesorero del PP Luis Bárcenas, a los que la trama habría sobornado para sus fechorías. Y otras como las de A. L. V., por Alberto López Viejo, el organizador de los actos de Aguirre. La investigación soñada. Nunca un asunto de un entramado de empresas estaba tan claro desde el principio, aunque la instrucción lleva un año trabajando y se han encontrado muchas más pruebas, además de los interrogatorios.

Los registros siguieron, y en Valencia, en la sede de Orange Market, también hubo suerte: estaba toda la contabilidad B de la empresa, con los detalles de la financiación irregular del PP -había hasta mensajes de correo electrónico en los que un contable de Madrid pedía a otro de Valencia "donde pone PP Valencia, pon Ortiz Construcciones"-. Ese fin de semana, en el que El Bigotes bautizó, pese a todo, a su hija, pero sin el padrino esperado -Correa estaba en la cárcel- se acabó la estrella de Don Vito. Y empezó la pesadilla del PP y de su líder, Mariano Rajoy, que aún no ha acabado. Sobre todo por Valencia. Camps puede acabar en el banquillo en menos de un mes, con la decisión del Supremo, y en Génova muchos creen que habrá que ir pensando en otro candidato. Además, aseguran, hay que depurar el PP valenciano, donde pocos escapan a la mancha de Gürtel.

El caso no está ni mucho menos acabado. Es más, está al principio. De hecho, ni siquiera se ha levantado aún el secreto del sumario en el Tribunal Supremo, y Pedreira tampoco ha desvelado la parte que se refiere al blanqueo masivo de capitales. Un veterano dirigente, bregado en el Gobierno y en la oposición, lo resume así: "Zapatero no supo ver la crisis económica que se le venía encima. Mariano no quiso entender que Gürtel era muy grave. A los dos les acompañarán siempre esos errores, la política es así de dura".

CARLOS E. CUÉ y JOSÉ ANTONIO HERNÁNDEZ, 18/04/2010
EL PAÍS