lunes, 30 de abril de 2007

Pingüinos

Catavinos Oficial: Medidas

Tipos de Botellas para Vino

Tip y Coll - Como llenar un vaso de agua

¡ Accidente !

Muerte de Antoñito El Camborio

Voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.
Voces antiguas que cercan
voz de clavel varonil.
Les clavó sobre las botas
mordiscos de jabalí.
En la lucha daba saltos
jabonados de delfín.
Bañó con sangre enemiga
su corbata carmesí,
pero eran cuatro puñales
y tuvo que sucumbir.
Cuando las estrellas clavan
rejones al agua gris,
cuando los erales sueñan
verónicas de alhelí,
voces de muerte sonaron
cerca del Guadalquivir.

"Antonio Torres Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿ Quién te ha quitado la vida
cerca del Guadalquivir?"
"Mis cuatro primos Heredias
hijos de Benamejí.
Lo que en otros no envidiaban
ya lo envidiaban en mí.
Zapatos color Corinto,
medallones de marfil,
y este cutis amasado
con aceituna y jazmín.
"«¡Ay, Antoñito el Camborio,
digno de una emperatriz!
Acuérdate de la Virgen
porque te vas a morir.»
«¡Ay Federico García,
llama a la Guardia Civil!
Ya mi talle se ha quebrado
como caña de maíz.»
Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
Un ángel marchoso pone
su cabeza en un cojín.
Otros de rumor cansado,
encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos
llegan a Benamejí,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir.

Federico Garcia Lorca

Prendimiento de Antoñito El Camborio

Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
con una vara de mimbre
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna
anda despacio y garboso.
Sus empavonados bucles
le brillan entre los ojos.
A la mitad del camino
cortó limones redondos,
y los fue tirando al agua
hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas de un olmo,
guardia civil caminera
lo llevó codo con codo.

El día se va despacio,
la tarde colgada a un hombro,
dando una larga torera
sobre el mar y los arroyos.
Las aceitunas aguardan
la noche de capricornio
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
vienes sin vara de mimbre
entre los cinco tricornios.

Antonio, ¿quién eres tú?
Si te llamaras Camborio,
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.
Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.¡
Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!
Están los viejos cuchillos
tiritando bajo el polvo.
A las nueve de la noche
lo llevan al calabozo,
mientras los guardias civiles
beben limonada todos.
Y a las nueve de la noche
le cierran el calabozo,
mientras el cielo reluce
como la grupa de un potro.

Federico Garcia Lorca

Dos Flores ...

Jugaba una flor con otra
a darse besos de carne:
ninguna tenía pulso,
o lo tenían, ¡ quién sabe ¡

Gozaba yo con mirarlas
y ví que gozaba el aire;
las flores no lo sabían,
o lo sabían, ¡ quién sabe ¡

Saciaba en un claro arroyo
su sed un pájaro errante;
ciegas miraban las flores,
o no miraban, ¡ quién sabe ¡

El aire y yo sonreimos
viendo aquel juego suave…
……………………………………..
¿ Quién sabe lo que sabían
de amor las flores ¡… ¿ Quién sabe ¡

Yo sé ...

Yo sé dónde están los hondos
silencios de la campiña.
- En tus ojos si me miras.

Yo sé dónde está la llama
del sol que dora los trigos.
- En mis ojos si te miro.

Yo sé dónde está la dulce
Transparencia de la fuente.
- En tu boca cuando bebes.

Yo sé dónde está la negra
Tormenta que nubla el día.
- En mi pecho si me olvidas.

Por Raimundo de los Reyes

ZUGZWANG

El jugador de blancas trató de tranquilizarse y volvió a examinar la posición que se daba en el tablero. Todas las piezas seguían sobre la cuadrícula sin que ningún movimiento se hubiera efectuado pero él ya se veía perdido. Buscaba una salida a aquel callejón sin salida pero no daba con él. Su destino parecía fijado de antemano.

Tenía muy asumido el dogma philidoriano según el cual los peones son el alma del ajedrez. Pueden parecer pequeños e insignificantes, incluso fáciles de sacrificar, pero determinan inexorablemente el desarrollo de la partida con la estructura que presentan. Constituyen una especie de frontera inestable en la que cada ejército intenta apoderarse de todo el tablero y cuyo tamaño aumenta o decrece según la salud de cada bando. Si los hados son favorables, el territorio conquistado resulta ancho y fértil en jugadas. Si la suerte es adversa, el terreno se torna angosto, rocoso y estéril.


Perder un peón o situarlo en una mala casilla puede acarrear una severa derrota. Lo realmente dramático es que el ajedrez no permite retroceder con los peones. Valientes hasta el delirio sólo saben avanzar, primero con más ímpetu y luego ya pausadamente, casilla a casilla. La mayoría del tiempo permanecen quietos mientras asisten como espectadores de lujo a las evoluciones y vaivenes de las otras piezas. A veces logran avanzar un poco más o incluso capturar a piezas enemigas pero la verdad es que, a medida que transcurre el juego, el número de peones va siendo mermado. Solamente en algunas ocasiones el peón completa su ciclo y alcanza su objetivo existencial, la octava hilera. Es entonces cuando desata su poder oculto y se transmuta en cualquier otra pieza que no sea el rey –pues como decía el filósofo inglés Thomas Hobbes, el poder se ejerce con mayor eficacia cuando no se comparte-. Convertido en dama, torre, alfil o caballo, el antaño peón suele desequilibrar el reparto de fuerzas y decide el final.

El resto de piezas, teóricamente más valiosas, se limitan a esquivar desde un principio la ubicación de los peones. Bailan y reposan a su alrededor. Incluso el orgulloso rey se oculta tras una falange de peones –el llamado enroque- mientras su dama y el resto de tropas avanzan y retroceden según los intereses del reino.

Meditando todo esto, el ajedrecista volvió a contemplar su posición, la inicial, y reparó en que, si avanzaba cualquiera de sus blancos peones, se exponía a toda clase de peligros. Avanzar un peón suponía, por un lado, aproximarlo a las huestes enemigas y, por el otro, debilitar casillas propias. Dejar agujeros tras de sí. Para colmo, ciertas aperturas de peón le parecían especialmente temerarias. Avanzar dos casillas cualquier peón de caballo, alfil o rey implicaba abandonarlo en el centro del tablero sin ningún tipo de protección. Menos osado era avanzar dos casillas cualquiera de los peones de torre o el de dama, por estar defendidos por una pieza, pero aún así acercaban en exceso su peón a las hordas rivales. Parecía más prudente avanzar los peones una sola casilla pero, incluso en este caso, se les acercaba al rival y debilitaba casillas. Llegó a la conclusión de que no podía avanzar ningún peón hasta que su rival lo hubiera hecho antes. De hecho, el bando negro gozaba de ventaja pues las blancas estaban obligadas a avanzar algo y debilitarse. Esto se conocía con un tecnicismo alemán, el llamado zugzwang que literalmente quiere decir "jugada perdedora".


Quien inventó este juego se aseguró de que no quedaran casillas libres tras las piezas. El rey y su corte tenían ante sí su fiel infantería pero si miraban atrás con la intención de huir solamente veían el abismo, el fin del mundo. Estaban en zugzwang. Se les obligaba a avanzar y debilitar su formación. El negro solamente tenía que aguardar ese debilitamiento y atacarlo convenientemente.

No podía tocar los peones pero aún le quedaba un último recurso. La caballería podía galopar deprisa y saltar los obstáculos más altos sin estropear la falange blanca de peones. La solución pasaba por un movimiento de caballo y, teniendo en cuenta que el rey es el objetivo primordial del juego, juzgó conveniente avanzar –ya que le obligaban- su caballo a tres alfil dama. Era un mal necesario pero un mal menor. Con esta jugada acercaba su segundo caballo a su propio rey y aumentaba la protección del monarca blanco.


Realizó su jugada con timidez. Sabía que era lo menos malo pero, aún así, debilitaba su ejército y le concedía ventaja posicional a su adversario, que ya tenía ante sí algún hueco por donde atacar. Comenzó a reflexionar sobre cómo refutarían las negras su movimiento cuando vio con horror que su rival copiaba la jugada en sus propias filas y situaba el caballo negro en tres alfil dama.


Durante unos segundos, quedó noqueado. Nunca pensó que la refutación a su jugada de caballo podía ser tan sencilla como plagiar la estrategia. La falange negra seguía intacta y la responsabilidad del turno volvía a recaer en el blanco. No podía mover peón alguno pues el agujero sería irreparable así que volvió a posar su mirada en los caballos. De entre todas las jugadas posibles de caballo, pensó que lo mejor era retornar la pieza a su casilla inicial, en uno caballo dama, reparando el daño hecho en la jugada inicial. Tragó saliva y reculó su caballo, recuperando la disposición inicial de las piezas. Experimentó un cierto alivio pues ahora era su rival quien estaba expuesto y debilitado. No obstante, las negras imitaron su plan y retrocedieron también con su caballo a la casilla de salida.


¡Increíble! Las blancas volvían a estar contra las cuerdas una segunda vez. Repasó sus anteriores deducciones y, no viendo nada mejor, repitió su jugada de caballo a tres alfil dama. Miró fijamente a su rival y éste, sin un ápice de pudor, repitió estrategia y desarrolló su caballo del mismo modo. Estaba claro que en la guerra valía todo.


Las blancas fueron consecuentes con su estrategia y retrocedieron nuevamente su caballo. Las negras meditaron largamente, conscientes de lo que se avecinaba. Cualquier otra jugada suponía una mácula, un error que las situaría en desventaja decisiva de manera que finalmente las negras se vieron obligadas a devolver su caballo a la cuadra negra con el resultado de tablas por triple repetición. Tres veces se había dado una misma posición, la inicial, y el frío reglamento dictaminaba que la lucha terminaba en empate, sin ganadores ni vencidos.


Ambos contendientes se dieron la mano en un efusivo gesto de satisfacción. Hubieran preferido la victoria pero el juego preciso de su rival no daba otra alternativa que unas tablas honorables. En vista de lo acaecido, el reparto de puntos era lo más justo.


Analizaron las diferentes continuaciones que podía haber tomado la partida si cualquiera de los bandos efectuaba un movimiento impreciso pero estaba claro que debilitarse era filosóficamente incorrecto y conducía a la derrota. Se felicitaron mutuamente por el juego desplegado, tomaron juntos un café y se marcharon a sus respectivas casas.


por Joan Fontanillas Sánchez

Sin Límite ...

Sin límite de pensar, soñar, reir, de construir , de brillar, de transformar, de vivir. De sentir ese fantasma que atraviesa mi alma, que no sé si llega o se va. Sin límite de empezar cada segundo de nuevo para tener una eterna existencia, que esté más allá de la oscuridad y la luz.

Perdido


Se hallaba perdido en medio del inmenso mar, solo, lastimado, no sabía bien por qué. Sentía su cuerpo pesado, helado por el agua salada y fría, que le congelaba hasta los huesos. Sus compañeros lo habían dejado atrás, librándolo a su suerte.
Muy arriba, nubes inmensas empezaban a cubrir el cielo, tendiendo un manto gris sobre su cuerpo.
Sus fuerzas lo estaban abandonando y un escalofrío lo recorría por momentos, estremeciéndolo y dejándolo tembloroso y desvalido.
De pronto, a lo lejos, apareció un barco que se acercaba velozmente. A medida que pasaba cubría el agua con una estela oscura y siniestra.
Percibió un olor extraño y penetrante. A su alrededor una mancha negra lo iba cubriendo y un miedo aterrador empezaba a cercarlo.
Trató de moverse, pero el líquido aquél, espeso y aceitoso, le dificultaba el movimiento.
La rápida embarcación se había perdido en el horizonte. El tiempo parecía haberse detenido. Mientras se encontraba en esa molesta y angustiante situación, comenzó a caer una fina y suave llovizna.
Todas las demás criaturas vivientes habían desaparecido salvo él, atrapado y manchado por esa sustancia pegajosa.
Pero de pronto, un ruido lo aturdió. Manos fuertes y ágiles al mismo tiempo, enfundadas en unos abrigados guantes, lo levantaron en el aire. Se halló envuelto en algo tibio y protector. Entonces escuchó una voz, como en un sueño, que le decía:
-No temas, ¡ya estás a salvo, pingüinito!
Otra voz dijo:
-Creo que éste es el último.
La embarcación lo llevó lejos de aquel infierno, junto con otros animales de su especie, que también fueron salvados. Algunos no pudieron resistir y quedaron en el camino, perdiendo la vida.
Allí quedaba el petróleo, derramado por accidente, pero que había causado una tremenda catástrofe ecológica. Cientos de peces habían muerto y sus cuerpos flotaban en el agua salada.

Un Libro ...


Un libro es, como un viaje, comienza con inquietud y se termina con melancolía.


José Vasconcelos

Libres ...




Nadie puede ser perfectamente libre hasta que todos lo sean.


Herbert Spencer

La Soledad ...






La soledad es el precio de la libertad.

Carmen Díez de Ribera

Lágrimas ...

Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar,
dime mujer, cuando el amor se olvida,
¿sabes a donde va?

Gustavo Adolfo Bécquer

Autoestima


Cuando uno es incapaz de reirse de si mismo, ha llegado el momento de que los otros se rían de él.


Thomas Szasza

La Felicidad ...


Hay dos maneras de conseguir
la felicidad: una, hacerse el idiota; otra serlo.


Enrique Jardiel Poncela

domingo, 29 de abril de 2007

La Posición de Wilmer - Solución a medias



Ver Problema planteado en entrada al Blog del día 27.04.2007 a las 12,16 horas.

Quedan aún dos casillas sin ser atacadas.

Aves asadas en su punto

Tabla Calórica de los Alimentos más Utilizados

Colesterol - Alimentos Recomendables

Regaré con Lágrimas

El Vestido

El día que lo ví en la vitrina, decidí que tenía que lucirlo en alguna ocasión especial, pero era talla 8 y no me cerraba, como era una pieza única me ofrecieron otros módelos, pero estaba empecinada, solo quería ese. Visite al especialista que había operado a todas mis conocidas, él me prometio que cuando saliera de la sala de cirugia y tras veinte días de reposo y juicio podría lucirlo a mi entero gusto y no se equivoco. Hoy desde acá arriba flotando sobre mi ataud me veo preciosa allí acostada sobre la blancura de su interior, luciendolo tal como espere hacerlo, en una gran ocasión; lástima que nadie lo note.

En Silencio ...

En silencio te encuentro, pero no veo tu rostro ni sé tu nombre. En silencio cuento contigo y me motivas a escribir porque eres pura, porque escribir es la expresión más pura del pensamiento: escribir es todo, eres tú en silencio.

Las balas suspendidas

En 1921 condenaron a muerte al anarquista Olewsky por haber puesto una bomba en la puerta de un cuartel. Cumplía el arresto en la Penitenciaría Nacional ya sentenciado, y aguardando un hipotético indulto que estaba en manos del Presidente de la Nación. La tarde anterior al día fijado para su fusilamiento, el Presidente le dijo al Jefe de Policía:-Fusílenlo nomás, che.Luego se fue de riguroso incógnito conn algunos ministros a una farra en una boite de la costa, hasta últimas horas de la noche.Al regresar a su casa el Presidente no pudo conciliar el sueño. ¿Remordimiento? En absoluto. La imagen de Olewsky ya se había borrado de su memoria. Se levantó, tomó bicarbonato, se volvió a acostar. Siguió sin poder dormirse. En el brumoso duermevela se le apareció de pronto, la imagen de la madre del condenado tal como la había visto la tarde anterior, de rodillas, implorando por la vida de su hijo. Luchó algunos minutos con su conciencia que recién parecía atreverse a reprocharle su inflexibilidad. Dudó. Eran las seis de la mañana cuando tomó el teléfono.En el patio de la Penitenciaría cinco sargentos que habían sido sorteados, respondiendo a la orden de un oficial, hicieron puntería y dispararon contra el reo en el mismo momento en que un mensajero se acercaba corriendo para anunciar el indulto. Por este asunto de la "obediencia debida" las balas se detuvieron a mitad del trayecto y quedaron suspendidas a la intemperie, lejos del pecho de Olewsky.Esto ocurrió, como dije, en la Penintenciaría Nacional hacia los años veinte. Luego, el gran edificio carcelario fue demolido y hoy existe allí una plaza frecuentada por jubilados y parejas jóvenes que la han tomado de solario.Las balas suspendidas en el aire, algo oxidadas, pueden verse aún hoy ya que las proteje un cerco de ligustros. Un cartel dice: "Prohibido tocar las balas".

Carlos Alberto Garramuño

El secreto de la Felicidad ...

Martín Brunet no se consideraba especialmente inteligente. Tampoco creía que los demás tuvieran una opinión diferente. De hecho, nunca había destacado en nada. Ni por arriba ni por abajo. De sus amigos de promoción no era ni mucho menos el que había llegado más lejos (Miguel Álvarez, alias “El Ministro”, ostentaba sin duda ese honor), pero tampoco era el peor (la competición por ese lugar estaba bastante más reñida). Era lo que se suele considerar un tipo normal. La gente que lo conocía lo habría definido como “un buen hombre”. Por eso a Martín le resultaba tan extraño pensar que alguien tan normal como él pudiera haber descubierto algo tan importante: “El secreto de la felicidad”.Mientras conducía su viejo SEAT Ibiza, como cada viernes, por la angulosa carretera que debía llevarle sin pérdida a su casa de la montaña no pudo evitar sonreir al recordar como el viernes anterior, conduciendo exactamente por el mismo lugar, esa idea tan increíble había acudido a su mente de la manera más simple. No fue ni mucho menos el resultado de una árdua investigación. Fue pura casualidad. Ni siquiera recordaba en qué estaba pensando cuando lo descubrió. Pero sí que recordaba el impacto que tuvo esa revelación en su cerebro. Al principio no fue más que un concepto, pero después de madurarlo toda la semana lo había convertido en un método infalible para conseguir la felicidad, al alcance de todo el mundo sin excepción y basado en 4 simples pasos que no deberían tomar más de una semana de tiempo. ¿Cómo algo que a primera vista parecía tan difícil de conseguir podía tener una solución tan fácil? Eso fue lo primero que pensó. Lo segundo fue “¿cómo es que nadie lo ha descubierto antes?”. Sobre este punto sí tenía alguna teoría. Había leído algunos libros que prometían ayudarte a ser feliz, y todos ellos se basaban en ideas vagas como “encontrar tu verdadera motivación” o “aprender a ser feliz con lo que ya tienes”. Pero su enfoque era totalmente revolucionario y basado en conceptos que a primera vista poco tenían que ver con la felicidad. En cualquier caso, Martín tenía muy claro lo que pensaba hacer a continuación. En primer lugar se lo explicaría todo a su mujer, quién, lejos de imaginar nada fuera de la rutina de cada viernes, le estaría esperando en casa para pasar una tranquila velada. Confiaba en que pudieran comenzar el método el lunes mismo.En segundo lugar, daría a conocer su descubrimiento al mundo entero. A decir verdad, ya había avanzado algo en este punto, ya que antes de salir de la oficina había escrito un correo electrónico al buzón de “Sugerencias” de la ONU, adelantándoles algún aspecto del tema. Pero como que dudaba de que ese buzón fuera a ser comprobado por nadie nunca, pensaba dirigirse a los medios de comunicación más importantes la semana siguiente.Estos pensamientos se sucedían en su mente mientras seguía trazando las curvas que tan bien conocía. Martín volvió a sonreir pensando en lo irónico de la situación: él, de profesión inventor, con varias patentes que le reportaban suculentos beneficios, había conseguido la idea más brillante de la historia, pero no pensaba obtener ni un céntimo con su comercialización. ¿Por qué? Porque simplemente no tenía ningún sentido. En tan sólo una semana iba a convertirse en un hombre completamente feliz. ¿Para qué entonces necesitaría más dinero? Lo bueno de su sistema era que permitía a cualquier persona, fuera cuál fuese su situación económica, laboral o personal, convertirse en alguien plenamente satisfecho. Y era un método sin fronteras. Los habitantes de cualquier país, incluyendo todos los continentes, podían beneficiarse de él. Era, dejando la modestia aparte, la solución a buena parte de los problemas del mundo. ¡Y había salido de su pequeña cabeza!Quedaban tan sólo unos kilómetros para llegar, pero la emoción pudo más que él y decidió llamar a su mujer por el teléfono móvil activando, eso sí, el sistema “manos libres”:- ¡Hola cariño! – respondió ella -. ¿Dónde estás?- Estoy llegando, pero quería decirte que tengo un sorpresa para ti. Una noticia que te va a dejar con la boca abierta.- ¿En serio? ¿De que se trata? ¿Un nuevo invento?- Más o menos. Ya te contaré. Pero pon una botella de cava en el congelador, ¿de acuerdo?- De acuerdo, pero explícame algo más para que pueda…La comunicación se cortó de repente. “¡Dichosos móviles!”, pensó Martín. Volvió a marcar el número pero no consiguió comunicar. No importaba, en seguida se lo podría explicar todo en persona.Martín estaba exhultante. Giró la última curva esperando divisar a lo lejos las luces de la entrada de su casa, pero no fue eso lo que vio sino dos inmensos faros de camión que ocupaban toda la calzada y que se le tiraban encima a una velocidad de vértigo. Un segundo después, mientras caía con su coche por el precipicio que flanqueaba la carretera, dos pensamientos fugaces pasaron por su mente. El primero fue que “el secreto de la felicidad” estaba a punto de morir con él, y el segundo, todavía más terrorífico, fue la certeza de que alguien sí comprobaba el buzón de la ONU después de todo.

Por Àlex Soler Jover

Sam Loyd - Mate en 5

El gran compositor Sam Loyd fue conocido como el Rey del problema de ajedrez aunque es seguro que fue el mejor inventor de acertijos, de todo tipo, de la historia.
Dennis Julien se jactaba de saber de un vistazo qué pieza da el mate en cualquier problema.
Sam Loyd compuso ex profeso este problema para él.
La apuesta (una cena) consistía en que Dennis Julien dijese que pieza no da mate.




Mate en 5
1.b4 Tc5+ 2.bxc5 a2 3.c6 Ac7 [3...bxc6 4.Tf5 Cc7 5.Tf1#] 4.cxb7 f5 5.bxa8A#



Como esperaba Sam Loyd, Dennis Julien señaló el peón de b2

Garras ...

10 segundos de vida ...

No a la Guerra

Perdiendo el Alma ...

Niños ...


Los niños empiezan queriendo a sus padres, al cabo de un tiempo los juzgan, raramente, por no decir nunca, los perdonan.


W. Wilde

Todo es relativo ...


El pato es feliz en su sucio charco porque no conoce el mar.
Antoine de Saint-Exupéry

sábado, 28 de abril de 2007

Los Votantes ...



Curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.



Alberto Moravia

Prudencia ...

Más le vale a un hombre tener la boca cerrada, y que los demás le crean tonto, que abrirla y que los demás se convenzan de que lo es.

Pitágoras

Miedo













El hombre más peligroso es aquel que tiene miedo.


Ludwig Borne

La Primavera ...


Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.


Pablo Neruda

viernes, 27 de abril de 2007

La Etiqueta en el Golf

El guion es una idea original mia sobre uno de los aspectos que menos me gustan del mundillo del golf: la etiqueta....Imagina en imagenes la entrada de un campo de golf en el que en la misma puerta, ya hay carteles que prohiben la entrada en camiseta, sin unos determinados pantalones o calzado, etc...imagina tambien en imagenes a un golfista que no le falta detalle: zapatos golf, pantalones bombachos de cuadros, polito de lacoste, chaleco sin mangas, gorra, guante, etc etc.....
Imagina ese golfidsta en el tee del 1 preparandose para el golpe y cuando le va a dar, ni siquiera mueve la bola... al segundo intento, hace una chuleta de tamaño enorme, y asi durante 3 o 4 intentos mas.... segun falla su mosqueo va en aumento y poco a poco va quitandose tanto distintas prendas de ropa como complementos golfisticos... hasta que cuando lleva 7 u 8 intentos y no ha conseguido mover la bola, su ira llega al climax y pega un grito desesperado y sale corriendo con una bola metida en la gorra y un palo de golf en una mano... segun corre sigue quitandose ropa y mas ropa, mientras corre hacia las afueras de la ciudad, hasta el campo, al borde de un acantilado sobre la playa.... a estas alturas el tio esta completamente desnudo, solo lleva el guante y la gorra.... se para delante, coloca la bola sobre un tee de arena y dispara
... la bola sale volando a toda velocidad y cae a los 300 metros rodando por el acantilado.... se ve la imagen de la bola cayendo desde abajo (la playa) y como rueda hasta un hoyo en la arena en el que esta escrito : HOYO DE LA LIBERTAD... JUSTO CUANDO CAE LA BOLA EN EL HOYO, UNA OLA LLEGA Y TAPA TANTO EL HOYO COMO LA BOLA DE GOLF...


Apunte guión cinematográfico por Nihtjar

Aguanta un poco más

En Inglaterra, existía una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres.
Una de sus tiendas favoritas era una en donde vendían vajillas antiguas. En una de sus visitas a la tienda vieron una hermosa tacita. "¿Me permite ver esa taza?" preguntó la Señora, "¡nunca he visto nada tan fino como éso!"
En cuanto tuvo en sus manos la taza, escuchó que la tacita comenzó a hablar. La tacita le comentó: "¡Usted no entiende! ¡yo no siempre he sido esta taza que usted está sosteniendo! hace mucho tiempo yo sólo era un montón de barro amorfo.
Mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó y me amoldó cariñosamente. Llegó un momento en que me desesperé y le grité: "¡Por favor! ¡Ya déjame en paz!" Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo: "Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
Después me puso en un horno. ¡Yo nunca había sentido tanto calor! ¡me pregunté por qué mi amo querría quemarme, así que toqué la puerta del horno. A través de la ventana del horno pude leer los labios de mi amo que me decían: "Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
Finalmente se abrió la puerta, mi amo me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara. "¡Así está mucho mejor!" me dije a mi misma, pero apenas y me había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintándome. ¡El olor de la pintura era horrible! ¡sentía que me ahogaría! "¡Por favor detente!" le gritaba yo a mi amo; pero él sólo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía: "Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
Al fin mi amo dejó de pintarme; ¡pero esta vez me tomó y me metió nuevamente a otro horno! no era un horno como el primero; ¡sino que era mucho más caliente! ¡ahora sí estaba segura que me sofocaría! ¡le rogué y le imploré a mi amo que me sacara! grité, lloré; pero mi creador sólo me miraba diciendo: "Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."
En ese momento me di cuenta que no había esperanza, ¡nunca lograría sobrevivir a ese horno!. Justo cuando estaba a punto de darme por vencido se abrió la puerta y mi amo me tomó cariñosamente y me puso en una repisa que era aún más alta que la primera, allí me dejó un momento para que me refrescara.
Después de una hora de haber salido del segundo horno, mi amo me dió un espejo y me dijo: "¡Mírate! ¡ésta eres tú!" ¡yo no podía creerlo! ¡ésa no podia ser yo! ¡lo que veía era hermoso!. Mi amo nuevamente me dijo: "Yo sé que te dolio haber sido golpeada y amoldada por mis manos; pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado. Sé que te causo mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado. También sé que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendría color. Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habría sido la suficiente para que subsistieras. ¡Ahora tú eres un producto terminado! ¡eres lo que yo tenía en mente cuando te comence a formar!"


Autor desconocido

Manejar el Silencio...

Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra.
Georges Clemenceau

Las Palabras ...

Las palabras elegantes no son sinceras;
las palabras sinceras no son elegantes.
Lao-Tsé

El Hombre Libre...

El hombre libre es el que no teme ir hasta el final de su pensamiento.
León Blum

Groucho Marx

-Es una tontería mirar debajo de la cama. Si tu mujer tiene una visita, lo más probable es que la esconda en el armario. Conozco a un hombre que se encontró con tanta gente en el armario que tuvo que divorciarse únicamente para conseguir donde colgar la ropa.

Cazadores de Huevos

El Barón y el Aldeano

Cuenta la leyenda que un envanecido barón alemán avasallaba a los aldeanos de su población obligándoles a jugar con él y que se jactaba de ser el mejor jugador de todo el país. Un día llegó a la aldea un joven estudiante que había tenido la ocasión de practicar ajedrez con fuertes jugadores.
Al enterarse de las humillantes derrotas que el barón infringía a sus antiguos camaradas del pueblo, concertó con él una partida para vengarlos.

Llegado el momento de jugar la partida todo el pueblo se concentró para seguir los movimientos de juego. Antes de comenzar, el orgulloso barón ofreció la ventaja de una pieza a su oponente, a lo que el joven respondió con una rotunda negativa.

El aldeano inició el juego con las piezas blancas:
1. Cc3
El barón sonrió ligeramente y replicó:
1. ... e5 2. Cf3
Pero hijo, ¿no sabe usted que primero debe abrirse el juego con los peones centrales? – dijo el
barón.
2. ... d6 3 d4
Tengo tiempo para mover mis peones centrales, no se preocupe por mí y siga jugando – replicó
el aldeano.
3. ... Cc6 4.d5 Ce7 5.e4 f5 6.Ag5
Esto es un error, ¿no se da cuenta de que ese alfil tendrá que batirse en retirada?- dijo el barón.
6. ... h6 7. Ah4 g5
¿No ve lo que le había dicho? Ahora su alfil está perdido?- exclamó el barón.
8. Cxe5
Juega usted con demasiada precipitación, joven, ahora perderá también el caballo – dijo el
barón.
8. ... dxe5
Bien ahora voy a darle un pequeño jaque – dijo el aldeano.
9. Dh5+
9.... Rd7 10.Axg5

Bravo joven, bien mirado no juega usted tan mal, sólo ha perdido una pieza.
10. ...Ag7 11.Ab5+ Rd5 12. Ae3 f4
Lejos, más lejos con su alfil- dijo el barón.
13. Axf4
¡Ah! Si usted me regala otra pieza yo me la como.
13. ...exf4 14.e5+
El semblante del barón empezó a cambiar, y replicó:
Tiene usted bastante suerte.
14. ...Rc5 15 Ca4+ Rxb5
Gracias, otra pieza para mi- dijo el barón.
16.De2+ Rxa4
Pero ¿está usted loco?, me ha defraudado, ¿no ve que no le quedan ya piezas para matar a mi rey?
17.Dc4+
Le daré mate con la ayuda de mis pobres peones – respondió el aldeano.
17. ... Ra5 18. b4+ Ra4 19. Db3+ Rb5 20. a4+
Qué horrible calor hace hoy – dijo el barón con cara sombría.
20. ... Rb6 21.a5+ Rb5 22. c4+ Ra6 23.b5 mate.

El orgullo y la soberbia en ajedrez, como en la vida, son malos compañeros. Desconfia cuando tu rival te regale piezas, y juega siempre con el mayor respeto.

Esta historia pertenece al libro Ajedrez Esencial de la Editorial Paidotribo

La Posición de Wilmer

La Solución, si la encuentro, más adelante.

Ajedrez Paradójico

Normas de Caballero del Ajedrez

jueves, 26 de abril de 2007