Llueve

y la ciudad no lo sabe.
¡ Qué distante la ciudad
del pulso mío esta tarde ¡
Yo tengo venas de aldea,
y llueve sobre mi sangre.
¡ Alma,
se están mojando tus calles …!
Por Eduardo Alonso (1898)
Escrito por
Penagos
a las
19:08
Etiquetas: Poesía Ajena
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