Huida De La Juventud
El estío, cansado, inclina la cabeza
Para verse surgir, amarillo, del lago.
Hago mi camino cansado y polvoriento
Por las alamedas en penumbra.
El viento titubea y corre entre los álamos.
A mis espaldas, el cielo empieza a enrojecer.
Delante de mí tengo el miedo de la noche.
Y crepúsculo. Y muerte.
Hago mi camino cansado y polvoriento,
Y detenida y dudosa queda tras de mí
La juventud, que baja su hermosa cabeza
Y se niega a acompañarme.
Hermann Hesse
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