DOLIENTES MADRIGALES
de la luz, que los físicos
explicarán llenando
de fórmulas un libro...,
Mirándome las manos
-como hacen los enfermos de continuo-,
veo la faceta de un diamante, en una
faceta del diamante de mi anillo,
reflejarse tu cara, mientas piensas
que divago o medito,
o sueño... He descubierto
por azar este medio tan sencillo
de verte y ver tu corazón, que es otro
diamante puro y limpio.
Cuando me muera, déjame
en el dedo este anillo.
Estoy muy mal... Sonrío
porque el desprecio del dolor me asiste,
porque aún miro lo bello en torno mío,
y... por lo triste que es el estar triste.
Pero ya la fontana
del sentimiento mana
tan lenta y silenciosa, que su canto,
sonoro otrora como risa, es llanto.
Manuel Machado
Nota:
El madrigal es un poema breve cuya expresión traduce espontaneidad y delicadeza. Su pensamiento usualmente cobija el tema amoroso, aunque en este siglo ha albergado otros tópicos. Recordemos, por ejemplo, el "Madrigal al Billete de Tranvía" de Rafael Alberti.
El sevillano Gutierre de Cetina y el puertorriqueño José P. H. Hernández, entre otros, han legado al mundo bellísimos madrigales. Versos endecasílabos y heptasílabos que riman libremente conforman su estructura. (Tomado del poemario Volcán).
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