Encuentro desbastados los caminos
los atajos con broza
el tiempo detenido en el crepúsculo
cansado de vagar bajo los árboles.
El mar reposa su fatiga
rompiendo lentas olas en la orilla
mi voz resuena estancada en la garganta
como toda ausencia amante.
A solas el cuerpo asciende hasta lo alto apagando el viento
mientras los hombros se cubren de hojas secas
y el miedo de perderte abre surcos absurdos en mi espalda
me voltea la carame golpea los ojos
y me deja absolutamente desolada.
Escrito por Musaraña
Burgos 23.09.1991
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