El puente deja a uno y otro lado sus orillas
yo se de una y de su acceso
pero nunca sabré entrar a la otra, pues
oculta con cuidado todos sus atajos
y el camino, si lo sigues, te dispersa
incluso yo diría, te desaloja.
Es por tanto inaccesible esa orilla
pero no así los encuentros
provocados casi siempre a mitad del recorrido
en los ojos centrales de algún puente
donde recabamos todas nuestras cosas
Escrito por Musaraña
“El Acebuche”. Doñana 11.09.89
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