Para una batalla que gana Sony…
Históricamente, ha sido una de las empresas menos afortunadas a la hora de intentar convertir sus formatos en estándares: casos como el Betamax en vídeo, el Atrac en compresión de audio, el UMD en discos ópticos o el Memory Stick en memoria flash son ejemplos bastante claros de ello. Una marcada vocación por el maridaje de sus formatos con equipos en general caros, no al alcance de cualquiera, y con apuestas por atributos no siempre valorados por el cliente han hecho que en varios casos, la empresa japonesa se haya visto obligada a relegar sus formatos al uso profesional o a plegar velas y adoptar los de otros competidores.
En esta ocasión, sin embargo, Sony ha triunfado. En una batalla que le ha tenido que salir de todo menos barata, la marca ha invertido ingentes recursos en convencer a estudios y distribuidores de las bondades de su formato Blu-Ray, y ha conseguido desbancar al propuesto fundamentalmente por Toshiba, HD DVD. Finalmente, Toshiba anuncia el parón en la producción de dispositivos, y concede la victoria a Sony. Y sin embargo, esta victoria de Sony puede ser completamente pírrica: a nadie se le escapa que el formato de plástico para almacenamiento de materiales audiovisuales resulta cada vez más obsoleto, que se trata fundamentalmente de una maniobra de huida hacia delante de la industria ante la copia de sus contenidos y para restringir el derecho de copia privada, y que el formato en el que manejaremos nuestros datos en el futuro no es otro que las descargas.
La evidencia de la escasa importancia de la victoria de Sony no será percibida de manera inmediata. El cambio de hábitos en este sentido es un tema complejo: toda una generación siente que “no posee” una película hasta que no tiene un estuche con un disco de plástico dentro acumulando polvo en su estantería. Muchos clientes están aún muy lejos de manejar un ordenador para descargar contenidos, y muchos más de tener éste suficientemente próximo a la televisión como para poder ver en ésta los contenidos descargados. Sin embargo, el período durante el cual los consumidores se mantuvieron con dudas sobre por qué formato optar y los avances en ancho de banda han convertido a la alta definición sobre soporte físico en una de las tecnologías que nace comercialmente en un estado de mayor senectud, con una curva de difusión más aplanada, con un ciclo de madurez en el hardware más vertiginoso y con una mayor saturación de contenidos. De todas las batallas que Sony podía haber ganado en el terreno de los formatos, esta era, seguramente, una de las menos interesantes.
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