viernes, 28 de marzo de 2008

27 Vestidos (2008)

27 Vestidos (2008)

Precedida por un éxito impresionante en la taquilla americana, llega a nuestras pantallas ‘27 Vestidos’, cuyo gran honor ha sido aventajar en espectadores a esa máquina publicitaria que ha sido ‘Monstruoso’. Cuando analizábamos el box-office ya nos olíamos que el film podía basar su tirón en su protagonista, una televisiva Katherine Heigl que está en racha, y las predicciones se han cumplido.


Como un trozo de tarta de una de las muchas bodas que aparecen en la película, el gusto que queda en la boca tras su visionado es dulzón, empalagoso y bastante saciante. Con un guión plagado de tópicos, Heigl hace de ‘27 Vestidos’ un producto que sin ella hubiera resultado intragable.
Jane (Heigl), una triunfadora en su trabajo y dama de honor en 27 bodas, vive angustiada por dejar de ser sólo la que lleva el ramo y lograr que su jefe (Burns) se de cuenta que está loca por él y la lleve al altar. Cuando su hermana Tess (Akerman) llega a la ciudad todo se desmoronará y acabará preparando la boda entre ésta y su amor inconfesado sin saber que un periodista (Marsden) especializado en bodas y a la caza del reportaje de su vida se irá enamorando poquito a poco de ella.

Atención con las ya consabidas artimañas promocionales, que engañan y fastidian a más no poder. Primero, el recordar al espectador que su guión proviene de Aline Brosch McKeena, artífice de ‘El Diablo viste de Prada’. Las diferencias entre una y otra son abismales. Esta vez la guionista se encarga de mezclar en una hora y media todo lo visto y revisto en el género: un amor no confesado, un amor no descubierto, enredos, engaños y un final rosa chillón. No hace falta ser un cinéfilo para ver toques de decenas de películas del género, y menos aún sorprenderse por la manidísima escena cantarina. Toda comedia que se precie en los último años tiene una.

La segunda y peor de todas es su trailer, el cual pude ver en ‘Jumper’. Lo cuenta ABSOLUTAMENTE TODO. Sigue la estructura argumental del film y encima contiene todas y cada una de las escenas más divertidas del metraje. Hubiese preferido no verlo, porque el poco encanto que tiene se pierde por completo. Si ya lo habéis visto os pasará como a mí: he seguido el esquema y no he encontrado nada más alrededor.

Sin embargo, ‘27 Vestidos’ tiene algo que la hace especial y entretenida. Sí, a pesar de sus carencias, la película puede resultar entretenida. El motivo: su actriz protagonista. La electricidad que traspasa por la pantalla es tremenda, olvidando que el guión es más simple que el mecanismo de un botijo. Sin ser una actuación digna de Meryl Streep, la chica lleva el peso de todas y cada una de las escenas, dejando que el resto del casting pasa sin pena ni gloria y se conviertan en puro acompañamiento.

Se nota que la chica está haciendo méritos para suplir lo que en su tiempo fueron Roberts y Bullock, y la comedia romántica tiene un hueco tan grande que posiblemente Heigle ocupará con muy buenos resultados.

Nadie me machacará si digo que ‘27′ está destinada en un 80% al público femenino, y que se aprovecha burdamente de todos los elementos más fáciles para conectar con dicho sector, pero milagrosamente no llega a ser tan feminista como para que los tios salgan corriendo (p.ej. ‘Sexo en Nueva York’) ni tan insultante como para que ellas acaben odiando a la protagonista. La simpleza de su argumento y su puesta en escena hace que nadie termine retorciéndose en la butaca tras la primera media hora, y eso es mucho.

Sin saber muy bien cómo Edward Burns ha aceptado un papel tan soso, o cómo James Marsden se ha convertido en un galán romántico, la cámara se mueve y respira sólo por Katherine Hegl, reiternado mi teoría de que ella, y sólo ella salva la película de ser un auténtico castañazo. A Malin Akerman la veo repitiendo su papel de ‘Matrimonio Compulsivo’ con menos histrionismo.

La mayor virtud de ‘27 Vestidos’ es que es imposible que decepcione: sabemos a lo que vamos y sabemos de que va esto. No se puede esperar que en una comedia existan más giros inesperados que el esperar cuando los dos protagonistas se van a besar, que casi siempre es al final y con una declaración en público. La entrada dice ‘27 Vestidos’, no ‘39 escalones’.

Si tenéis más expectativas en un film que va de bodas y amores ideales es que os estáis equivocando de género. Perseguidme con antorchas y colgadme después, pero desde ‘Serendipity’ no he visto nada en condiciones…

Vía Póster index-dvd.com
Bloody Will 29 de Febrero de 2008

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