lunes, 4 de febrero de 2008

Enmudecer asombrado y quieto

Enmudecer asombrado y quieto
cerca del mar, sobre la arena.
Observar en las tórridas horas
aire cálido, susurros, silencios
en el ir y devenir de las mareas.

Perder la vista lejos, allá en el horizonte
mientras el cielo vacío esconde los crepúsculos
evitando la inmediatez del ocaso olvidado,
formado transformado con el tiempo.

Emanar del perfume salino
vagando en el vacío, abandonados.
Cabalgar la espuma de las olas
usurpando a los peces el futuro.

Saber como decir, saber por qué,
buscar y quizás encontrar las fuentes
donde abrevar juntos en el mar
para así finalmente armonizar.

Entrar al mar y especular
amando cierta música en concreto
que facilite la danza a las medusas
haciéndonos soñar en su reflejo.

(Editada en “Párrafos” Año 1. nº 2)

Escrita por Musaraña
Benacazón 13.09.96

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