jueves, 2 de agosto de 2007

¡Y estás como quejándote!

¡Y estás como quejándote!, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Pablo Neruda (1904-1973)

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