lunes, 13 de agosto de 2007

La Caja ...

He perdido la llave de mi caja de llantos, tal vez el desuso de la caja me ha llevado a ello y es que hace demasiado tiempo que no lloro. Es más, no soy capaz de recordar la última vez que lo hice y esto, lejos de parecerme positivo, me da miedo. Miedo porque ni entra ni sale llanto alguno, están todos ahí, atrapados, hibernando…
¿Y si alguien encuentra mi llave? ¿Y si abre por casualidad la caja de otro? ¿Y si no aparece nunca?... ¿EN QUÉ ME CONVERTIRÉ YO??
Hace tiempo me juré no volver a derramar más lágrimas y ahora encuentro extraña la sequedad de mis ojos... Ahora sólo río o no río.
Una llave anda suelta, la caja cerrada, mis ojos vendados y yo a tientas, palpando paredes, con caja, sin llave, conmigo y sin tí. Si ves una llave debajo de la alfombra, despreocúpate, no es para tanto y si la encuentro yo, prometo liberarlos todos. Nunca más volveré a encerrar mi llanto en caja alguna, ni por muy hermosa, ni por muy segura que sea.

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