En un charco
No vengas ahora. (No vengas ahora,
aunque es de noche.)
Huye.
Hay días malos, días que crecen
en un charco de lágrimas.
Escóndete en tu cuarto y cierra la puerta y haz un nudo
en la llave,
y mírate desnuda en el espejo, como
en un charco de lágrimas.
Me acuerdo que una vez me mordiste los ojos.
Se te llenó la boca de pus y hiel; pisabas
en un charco de lágrimas.
Despréciame. Imagíname convertido en una ruta gris,
sucia, babeante, con las tripas esparcidas
en un charco de lágrimas.
Blas de Otero
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